[Novedad] «De la naturaleza afectiva de la forma»: Una lírica del derrumbe

La estética literaria del autor nacional Nicolás López-Pérez (en la imagen destacada) esgrime un enunciado escrito en precisa prosa poética de verso libre, una técnica que destaca por su poca habitualidad, considerando la opinión que suele oírse de esa corriente desde los tiempos del barroco.

Por Ezequiel Urrutia Rodríguez

Publicado el 4.3.2021

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes libro al otro lado
El comienzo de la vida más hondo que todos los idiomas
O el comienzo de la muerte largo como un acantilado de sueños.
Nicolás López-Pérez

Con estas palabras, el poeta chileno Nicolás López-Pérez presenta otra de sus obras líricas: De la naturaleza afectiva de la forma, ofrecida por el equipo de Astronómica, Chile, en conjunto con el de Metaliteratura, Argentina (2020).

La obra en cuestión, esgrime un enunciado escrito en precisa prosa poética, una técnica que destaca por su poca habitualidad, considerando la opinión que suele oírse de esta desde los tiempos del barroco. Pero donde así como en su obra anterior, el poeta recuerda por qué este movimiento de pluma guarda su encanto, pese a que su fuerte radica en su frenético verso libre.

Y no es para menos, después de todo. Considerando también el objetivo de esta pieza, en que López–Pérez da forma a una figura literaria complementada con un fino trabajo fotográfico, el cual, a su vez, predice las emociones que su autor se dispone a plasmar. Una vida que se derrumba.

Dentro de la poesía es habitual el hallar letras dedicadas al amor, ya sea para enaltecer la imagen del ser amado, o bien, descargar una lluvia de angustia que busque hacernos llorar (razón por los que muchos suelen guardar recelo a este tema en la poesía).

Bajo esta premisa, López no sería la excepción, salvo quizá por la forma en que compone esta imagen mental, figura donde aquellos momentos que atesora son representados en esta construcción que se derrumba. Igual que esas ilusiones perdidas en el olvido.

Hasta ahí, las primeras impresiones de un lector receloso del amor sería que López–Pérez solo se encuentra clamando su pena, así como muchos, y tal vez su composición lírica no es muy diferente a lo que otros han escrito. Pero justamente es por eso que aplicar prosa poética permite a su texto presentar un aura que lo vuelve distinto a la tradicional carta de amor.

Para empezar (como se dijo antes), la prosa poética destaca por ser esta redacción intermedia entre la declamación y la narración, así como el soliloquio que incita esa llama reflexiva de un ojo crítico ante los sucesos retratados. Esto permite que los sentimientos a su pérdida sean más que solo lamentos, sean, sencillamente, un proceso. Una síntesis de un periodo que, así como empieza, se acaba:

“Tal vez este mensaje sea anacrónico. Tal vez todo esto sea demasiado extemporáneo. Esta sintaxis de ilusión y cartografías perdidas. No se sabe con certeza qué es recordar, sí lo que se recuerda o el recuerdo de las palabras que lo recuerdan. Palabras, frases, articulaciones que se encuentran con ventanas y puertas por donde la percepción expulsa. El choque es con las cosas. Una excreción de procesos mentales, de un estar en el mundo. Un acceso a lo que ya no está, lo que ya no es, lo que se soñó y ya. Con las palabras uno habla para sí mismo” (López-Pérez, p. 13, 2020).

Otro elemento a relucir de este trabajo es el peso que el autor le otorga al tiempo, figura que en situaciones de crisis es fácil tiranizar, pero si recordamos lo inevitable de su naturaleza, así como de su paso, e incluso, de la captura de sus movimientos en aquellas cápsulas que llamamos “sucesos”, hasta nos permite ser gratos ante esa última página, sabiendo que, pese a todo, nada quita las marcas de un coloso construido en nuestra memoria, aun si solo quedan las ruinas de lo que antes fue nuestra vida.

De esas obras que vale la pena volver a leer.

 

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Ezequiel Urrutia Rodríguez nació en la comuna de San Miguel (1996), pero ha vivido toda su vida en los barrios de Lo Espejo.

Es egresado de administración empresarial del Centro Educacional Alberto Hurtado y de pedagogía general básica de la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez, con la mención en lenguaje, comunicación y literatura.

También es el autor de la obra homónima Kairos, del sello independiente Venático Editores, y es el artífice del canal de YouTube Poesía con Armin, en el cual adapta su repertorio a material audiovisual.

Asimismo, es socio activo de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) y participa del grupo en Podcast, Momento Literario.

 

«De la naturaleza afectiva de la forma» (Astronómica & Metaliteratura, 2020)

 

 

Ezequiel Urrutia Rodríguez

 

 

Imagen destacada: Nicolás López-Pérez.