«Obra reciente», de Salvador Amenábar: Un artista dueño de su paleta

El dibujo metódico y la expresión libre de la mancha crean contrastes muy interesantes, ya que es el procedimiento creativo, la pintura en sí misma, simple, sin dobles lecturas, la que permiten al espectador apreciar la llaneza de un gesto sumamente elocuente. Logrando con esta dualidad una propuesta atrayente y seductora en su planteamiento.

Por Isabel Torres Macchiavello

Publicado el 14.09.2017

Esta exposición presentada por la Corporación Cultural de Las Condes en sus salas principales muestra la obra reciente del pintor chileno, radicado hace más de diez años en Valparaíso. Son más de 80 pinturas y dibujos en diversos formatos, los cuales contienen múltiples relatos que sorprenden por su gesto pictórico reducido a trazos y manchas con fuertes influencias impresionistas, dentro de la estructura de un dibujo sólido.

El dibujo metódico y la expresión libre de la mancha crean contrastes muy interesantes, ya que es el procedimiento creativo, la pintura en sí misma, simple, sin dobles lecturas, la que permiten al espectador apreciar la llaneza de un gesto sumamente elocuente. Logrando con esta dualidad una propuesta atrayente y seductora en su planteamiento.

La exposición se divide en distintas temáticas, donde el artista retrata variados imaginarios, en las cuales destacan telas de gran formato, que describen con gran soltura los “tugurios” de Valparaíso, en piezas que evocan las obras impresionistas del París de fines de siglo XIX, como el título de Edouard Manet, «Un bar aux Folies Bergére», de 1882; o bien que referencian a Henri Tolouse Lautrec con sus dibujos a pastel acerca de los burdeles y tabernas de la Ciudad Luz, o en su defecto a Edgard Degás, con «La bebedora de absenta», de 1874. Sus cuadros de antros porteños (los de Amenábar) muestran personajes decadentes, borrachos y prostitutas, ambientes que traslucen seres obscuros, que podrían fácilmente identificarse como demonios, mezclados entre los hombres errantes del Puerto.

Otro grupo de telas de esta muestra, exhiben, a su vez, mundos fantásticos como orgías y bacanales, con seres míticos que asemejan brujas y animales de características humanas, por lo que se puede apreciar en estos títulos la gran y clara influencia pictórica y temática de Goya, y de su “Aquelarre”, de 1797, y también de su serie de grabados “Los disparates”, que datan de 1815-1824, aproximadamente. Lo interesante de estos óleos es que el artista logra crear una atmósfera convincente en base a trazos libres, combinados con un dibujo eficiente y gracias al uso indiscriminado de su principal aliado a lo largo de su producción creativa: las veladuras y transparencias, con las cuales Amenábar logra y obtiene, de manera eficaz, profundidad y volumen.

 

«Aquelarre 2», (2016), óleo sobre tela, 76×84 centímetros

 

Quisiera destacar especialmente sus paisajes, bastante logrados, como “Majada”, de 2016, óleo sobre tela de 90×200 centímetros, que consigue transportar instantáneamente a las sensaciones del improvisado espectador su aroma a tierra y la calidez de un día de inicios de otoño, vivido en la montaña cordillerana.

 

«Majada», (2016), óleo sobre tela 90×200 centímetros

 

Asimismo, la serie de estudios de figura humana femenina en lápiz y el conjunto de estudios al óleo, de escenas de su taller de modelos, en posiciones analizadas a modo de una especie de apunte realista contemporáneo, donde se pueden apreciar el uso de la pintura como pasta, en un recurso poco utilizado por su obra en general.

 

«Interior», (2014), óleo sobre tela, 57×94 centímetros

 

«Obra reciente (pintura y dibujo)» es una exposición interesante, de muchos recursos, en la cual existe un apogeo de una propuesta técnica. Finalmente, destaco el siguiente retrato, en cuya técnica se vislumbran nuevos caminos y búsquedas plásticas: la pura y simpleza capturada, de un momento cargado de emoción y de belleza.

 

«Retrato 2», (2017), óleo sobre tela, 150×84 centímetros

 

Salvador Amenábar es un pintor dueño de su paleta, de sus gestos y de sus formas, a quien se agradecen las reminiscencias pictóricas de los primeros impresionistas y del maestro Francisco de Goya, en citas que concreta resolutivamente a través de sus trazos impetuosos y de sus veladuras. Sin embargo, a pesar de lo definido que es su propuesta, la temática está muy encasillada por la influencia de los maestros mencionados y sería una gran sorpresa, ver ojalá, en el futuro, tópicos estéticos más contemporáneos dentro de su técnica tan particular y atractiva.

 

 

Imagen destacada: «Autorretrato 2», (2014), óleo sobre cartón, 29×22 centímetros

Crédito de las fotografías: Corporación Cultural de Las Condes