Sobre la crisis patrimonial y de seguridad que afecta a la Zona Típica William Noon —ubicada en el centro neurálgico del barrio Manuel Montt—, y la tragedia de un grupo de vecinos acorralados hace ya más de cuatro años por las flagelantes consecuencias del comercio sexual, el Diario «Cine y Literatura» conversó con la representante comunal que ha expuesto los problemas de este monumento nacional —una y otra vez— ante la figura del alcalde Jaime Bellolio Avaria.
Por Enrique Morales Lastra
Publicado el 22.3.2025
Durante la fría madrugada del sábado 6 de julio de 2024, ocurrió lo que nunca había sucedido en los casi 100 años de historia del conjunto habitacional William Noon de la comuna de Providencia: un voraz incendio destruyó por completo dos inmuebles de la Zona Típica, y no alcanzó a las restantes unidades, solo por la eficaz acción e intervención en el conato, entre otras, de la Tercera Compañía de Bomberos de Santiago.
La catástrofe se produjo por un desperfecto eléctrico ocasionado luego de que un calefactor explotara ante la nula reacción de los terminales energéticos de la casa, que debieron haber bajado al instante el llamado «automático» de los tableros pertinentes, ante la imprevista «sobrecarga» del amperaje en el recinto.
Tales hechos fueron sin duda el punto de inflexión del abandono sufrido por este barrio patrimonial, que ya había visto como sus hermosas y patrimoniales calles, eran tomadas sin oposición por parte de las autoridades ni menos de sus propios vecinos, por una red de prostíbulos y de hostales clandestinos.
Las casas siniestradas —que estaban unidas por un amplio y bello patio interior—, permanecen todavía derruidas, sin techo y con su esqueleto de madera de roble al descubierto, como mudas testigos de la ruina sufrida por el centenario condominio, pues al propietario afectado le fue mal con el seguro en contra de incendios, y hoy las ofrece a la venta, así como están, a través de un portal especializado en esas transacciones comerciales.
Si el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa anotó en el primer párrafo de su monumental novela Conversación en La Catedral (1969): «¿En qué momento se había jodido el Perú?».
Ahora, cabe interrogarse: ¿Cuándo se jodió la Zona Típica William Noon?
«Hay temor —responde una vecina—, pues si tu denuncias y ventilas estas situaciones, las personas que se ven favorecidas por estos negociados (prostíbulos y hostales ilegales) se unen y van inclusive a funarte a donde trabajas o estudias, porque operan en conjunto, en patota, y de una forma que te dejan toda violentada y asustada, pero con la certeza de que quizás es mejor mirar para otro lado, y hacerte la que no sabes nada», acusa la mujer.
«Si te echan encima hasta a los gallos que cuidan autos en Manuel Montt —prosigue—, y a los adictos a la pasta base que viven en situación de calle con el objetivo de amedrentarte», confidencia aterrada la anónima propietaria.
El asunto habría comenzado a gestarse con el clímax de la pandemia por el Covid-19: varias oficinas de distintos rubros emigraron, y quebraron estudios de arquitectos, psicólogos e inclusive productoras audiovisuales como la recordada Carrusel, la cual se especializaba en el difícil arte de sonorizar diversas obras del género cinematográfico, en los modernos y equipados estudios que tenía para tales propósitos.
Bajo ese desolador panorama de crisis social y de empobrecimiento generalizado, es que irrumpió el célebre «inversionista», quien comenzó a arrendar casas patrimoniales a precios por sobre el mercado, y en las cuales empezaron a gestarse una serie de residenciales furtivas (administradas por ciudadanos colombianos), pero también aparecieron prostíbulos e inmuebles donde se ejercía el comercio sexual durante las 24 horas del día.

El sábado 6 de julio de 2024 un incendió destruyó dos casas patrimoniales de la Zona Típica William Noon
Cuatro años acorralados por la prostitución
Lo que se pensaba sería un problema pasajero —mientras discurría la crisis económica gestada por la emergencia sanitaria y los vecinos ordenaban sus «platas y arreglaban sus cuentas», según afirma la misma vecina—, se ha transformado en un conflicto social y de seguridad que se ha extendido, sin embargo, por los siguientes cuatro años (2021 – 2025), hasta la actualidad.
Así, el problema de seguridad y de acuciante incivilidad que se atestiguan cada día en el barrio, se encuentra lejos de ceder. A Carol por ejemplo, hace unos días la abordaron en el frontis de su domicilio, por la calle Eliodoro Yáñez, y le preguntaron sin más y a boca de jarro: «Mijita, ¿tiene alguna horita libre…?», ya que la confundieron con una trabajadora sexual, por el solo hecho de que para la mala fortuna suya, su domicilio se encuentra al lado de uno de estos locales.
En efecto, y a fines de este mes de junio que concluye, son tres los inmuebles que ubicados al interior de los límites del conjunto habitacional William Noon, se dedican full time y sin descanso a la prostitución, y que de esa forma convierten en víctimas de sus desagradables externalidades negativas, tanto a los vecinos como a los usuarios del barrio.
Con todo, y pese a que las urgentes dificultades del condominio protegido por la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales y por su Reglamento sobre Zonas Típicas o Pintorescas (promulgado en 2016), han sido inclusive expuestos con detalles en recientes y sucesivos concejos municipales de la administración local donde se encuentra emplazado (más de cinco veces en total); las coyunturas urbanas que afectan a los edificios diseñados por los famosos arquitectos Ricardo Larraín Bravo (1879 – 1945) y Víctor Jiménez Cruz en 1928, se mantienen a pie firme y sin que les entren balas, ni menos les conviertan goles.
El drama casi cinematográfico de la Zona Típica William Noon
«Cuando uno lo cuenta, parece increíble, como si fuera una película, pero no lo es, en esa corta calle (Alberto Magno) y por Manuel Montt y Eliodoro Yáñez, existen prostíbulos que funcionan a vista y paciencia incluso de los inspectores municipales cuando han decidido responder a un llamado, de los tantos que se hacen, para fiscalizar a estas ‘elegantes actividades'», reflexionaba el politólogo Gonzalo Quezada en las páginas del Diario Cine y Literatura, hace unos días.
El exacadémico del Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile y gestor de la Fundación Pensar Providencia se refería con esa descripción a las profundas complejidades urbanas y de protección, que generan la impunidad de las cuales disfrutan tanto el ejercicio de la prostitución, como el acelerado desarrollo y crecimiento de los denominados hostales clandestinos en el sector.
Hoy —repetimos— son tres los inmuebles de la Zona Típica que son utilizados para el ejercicio del proxenetismo.
Pero en su momento (primer semestre de 2023) llegó a constatarse la sorprendente cantidad de cinco prostíbulos distintos que existían y realizaban sus polémicas actividades, en el interior de los límites del llamado conjunto habitacional William Noon de la comuna de Providencia.
Los dueños de cada una de esas propiedades reciben entre $5 y $7 millones por concepto de arriendo al final de cada mes.
Quizás, ya sería hora de que la Fiscalía Local de Ñuñoa-Providencia, como lo plantea más abajo la concejala Solange Wolleter, tome el toro por las astas en este espinoso asunto.
En el reino de los hospedajes secretos
Por otro lado, con la carencia o bien la ausencia de la autorización municipal necesaria (a la fecha de hoy), ejercen como residenciales, hostales o simples lugares que prestan servicios de alojamiento, las siguientes direcciones emplazadas en la Zona Típica William Noon:
Alberto Magno 1346, Alberto Magno 1347, Alberto Magno 1360, Alberto Magno 1366, Alberto Magno 1370, Alberto Magno 1376, Alberto Magno 1383, Alberto Magno 1396, Alberto Magno 1421, Manuel Montt 488, Manuel Montt 492, Manuel Montt 520, Manuel Montt 522 y Manuel Montt 526 (estas dos últimas propiedades se encuentran unidas en su interior, y juntas ofrecen —bajo el resguardo que garantiza la impunidad—, una disponibilidad de once habitaciones en total).
También, se pudo detectar a una casa (Eliodoro Yáñez 1346) en la cual una serie de profesionales del área de la salud (psicólogos) atienden a sus pacientes sin presentar en los registros municipales las respectivas patentes para tales propósitos de consulta médica.
Asimismo, en el inmueble de Alberto Magno 1340 se acaba de instalar un centro de medicina subrepticio, con oficinas donde se ofrece atención psicológica, consultas de obstetricia y tratamientos de orden ginecológico.
Como la joya de la corona, un ciudadano colombiano de nombre Albeiro (quien de acuerdo a la versión de algunos vecinos cercanos a su persona, se encontraría en calidad de indocumentado o bien en condición de irregular en el territorio nacional), administra cuatro casas patrimoniales y las hace funcionar como hostales ilegales sin ningún tipo de impedimento —junto a su pareja de la misma nacionalidad, llamada Lina— en la misma calle Alberto Magno (numerales 1346, 1366, 1370 y 1376).
«Veo una pasividad desde administraciones anteriores en relación a este caso en particular»
Para buscar soluciones a estos complejos temas de carácter patrimonial y urbanísticos, el Diario Cine y Literatura conversó con la concejala de Providencia, Solange Wolleter Dávila, quien insistentemente ha planteado las problemáticas de la Zona Típica William Noon, en diversos concejos municipales durante este año 2025.
Debido a su esforzado trabajo en terreno, la actual representante comunal se ha transformado en la principal carta electoral que tiene el Partido Republicano (PR), para conquistar el anhelado sillón del Palacio Falabella de la Avenida Pedro de Valdivia, con miras al próximo período edilicio (2028 – 2032).

La concejala Solange Wolleter Dávila
—¿A qué motivo adjudicas la pasividad de la administración municipal conducida por el alcalde Jaime Bellolio en lo relativo a adoptar decisiones concretas para enfrentar la crisis de seguridad y de conservación patrimonial que padece la Zona Típica William Noon?
—En concreto, más allá del actual alcalde, veo una pasividad desde administraciones anteriores en relación a este caso en particular.
Lamentablemente, la legislación vigente tampoco acompaña para enfrentar la crisis de seguridad. Eso, sumado a un déficit de funcionarios en el área, complejiza la labor de fiscalización.
«La legislación vigente, que es ineficaz, se suma a los pocos funcionarios municipales destinados a fiscalizar»
—Parece una película cinematográfica, decía el politólogo Gonzalo Quezada de la Fundación Pensar Providencia, en estas páginas, pero sucede en una pequeña calle de la comuna de Providencia, ¿de qué forma se puede explicar que dos ciudadanos colombianos puedan establecer una verdadera red de hostales clandestinos (cuatro en total) en la calle Alberto Magno, y en la práctica resulte imposible que sean fiscalizados por la autoridad municipal?
—Tal como expliqué en la anterior pregunta, la legislación vigente, que es ineficaz, se suma a los pocos funcionarios municipales destinados a fiscalizar.
A mi parecer es grave que personas —sin importar su nacionalidad—, estén cometiendo eventualmente algún tipo de delito y que desde la Municipalidad no se estén realizando las triangulaciones con distintos órganos gubernamentales para enfrentar de manera radical esta situación.
La idea de un «allanamiento» en la Zona Típica William Noon
—En la sesión del concejo municipal del martes 3 de junio, te referiste a la posibilidad cierta de utilizar el apoyo de Carabineros con el fin de poder fiscalizar a las direcciones que cobijan a espacios donde se desarrolla libremente el comercio sexual en la Zona Típica William Noon. ¿Cómo podría ser llevada a la práctica esa diligencia? ¿De qué manera sería factible un despliegue de seguridad de esa naturaleza? ¿Lo ves en verdad realizable?
—La Ley de Alcoholes es clara respecto a la fiscalización que se debe tener respecto de todas las patentes de alcohol, no existe distinción entre una u otra, en ese sentido, como no quedé conforme con la respuesta que se me dio en la primera oportunidad que consulté a la Dirección de Fiscalización por este tema, y en el concejo del martes 3 de junio se me volvió a dar la misma respuesta.
En consecuencia, en la práctica sí es viable realizar el operativo con la orden judicial respectiva.
De hecho, hace unos años atrás, no recuerdo si fue en el primer o en el segundo periodo de la exalcaldesa Evelyn Matthei, desalojaron una ‘oficina’ en pleno corazón de Providencia por reiterados reclamos realizados por los vecinos, y en esa instancia se descubrió un prostíbulo clandestino.
Entonces, si me preguntas si es viable hacerlo, por supuesto que sí.
«Una problemática a nivel nacional y con raíces más profundas»
—En julio de 2024, un incendio provocado por un desperfecto de instalación eléctrica destruyó dos casas patrimoniales en la calle Alberto Magno, las cuales hoy se ofrecen a la venta en ruinas y con una serie de proyectos ya aprobados por la Dirección de Obras Municipales (DOM), dice la oferta inmobiliaria de la misma en internet. ¿Cómo se explica que la respectiva autoridad edilicia le entregue con tanta facilidad esos permisos a un propietario que por lo visto ni siquiera cumplía con lo mínimo en la conservación técnica de sus domicilios?
—La Ley 17.288 en su artículo 12 señala que el dueño del inmueble declarado como monumento histórico, debe mantener, conservar —no destruir ni construir sin previa autorización del Consejo de Monumentos Nacionales—, y que la falta de cumplimiento de la normativa acarrea una sanción de multa de 5 a 200 UTM.
Ante esto, sería interesante saber si eso ocurrió o no.
Ahora bien, lamentablemente el inmueble quedó con daños considerables por causa del incendio, al ser fuerza mayor, el dueño puede vender tal como está la propiedad y el comprador adquirirla con las limitaciones que conlleva un inmueble declarado monumento histórico.
Y ante la pregunta sobre la DOM y sus aprobaciones, recordemos lo que sucede en Valparaíso con los monumentos históricos que se incendiaron y al tiempo después surge un edificio nuevo, en fin, más allá de lo que vemos en nuestra querida comuna, es una problemática a nivel nacional y con raíces más profundas.
También puedes leer:
—[Crónica] Zona Típica William Noon: La lucha de un barrio patrimonial en contra de la prostitución.
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En la calle Alberto Magno opera una red de hostales clandestinos los cuales en su mayoría son administrados por ciudadanos colombianos
Tráiler:
Imagen destacada: Solange Wolleter y calle Alberto Magno.