«Biblioteca feminista», de Florencia Abbate: La genealogía de una producción cultural

El volumen lanzado por la escritora argentina es una publicación necesaria para explorar los movimientos y comprender las voces que han moldeado el discurso emancipador de la mujer hasta la fecha del día de hoy, pues sus páginas nos permiten entender dónde estamos y las victorias que se han conseguido a lo largo de estos siglos al respecto, específicamente desde el año de la crucial Revolución Francesa (1789).

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 16.3.2020

Biblioteca feminista. Vidas, luchas y obras desde 1789 hasta hoy, de Florencia Abbate (Planeta, 2020) es otra publicación necesaria para explorar los movimientos y comprender las voces que han moldeado el discurso feminista hasta hoy. Esta biblioteca nos permite entender dónde estamos, los logros que se han conseguido a lo largo de estos siglos; el avance, que no ha de darse por sentado, que hemos logrado.

Florencia Abbate, doctora en letras por la Universidad de Buenos Aires, además de novelista (El grito, Magic resort), ha venido desarrollando una notable carrera en torno a su campo de estudio y de acción. El 2015, Florencia fue parte del grupo de comunicadoras y activistas que organizó la primera marcha de “Ni Una Menos” ese año. En Biblioteca feminista, que se abre con un poema de Susana Thénon, Abbate entrega un documento que, como el título indica, cubre los hitos más relevantes, a partir de la revolución francesa de 1789. Esta revolución es de conocimiento común: “pero lo que rara vez se menciona en los manuales es el papel crucial que tuvieron las mujeres en aquellos años en que la forma de entender el poder cambió para siempre”. Específicamente, Abbate se refiere a la “Marcha hacia Versalles, también conocida como la Marcha de las Mujeres”. Citando a Jules Michelet, reescribe: “Los hombres tomaron la Bastilla y las mujeres tomaron el poder real”.

“Mary Wollstonecraft, la insumisa”, es el primer ejemplo que Abbate rescata en su biblioteca, aludiendo como ancla a su texto Vindicación de los derechos de la mujer (1792). La francesa Flora Tristán, con Peregrinaciones de una paria (1838), en el capítulo “Contra el matrimonio forzado” es convocada en el capítulo dos. “Clara Zetkin: la organización de las trabajadoras” es el tercer capítulo donde Abbate posiciona la voz de la alemana: “una de las mayores figuras de la tradición que hoy llamamos feminismo socialista, al que ella llamaba ‘movimiento socialista de mujeres’, dado que, en su época, la palabra feminista se asociaba a las sufragistas, que eran mujeres burguesas”.

Alexandra Kollontai: “la primera mujer en la historia en ocupar un cargo de ministra de Estado”, y una militante primordial, “tanto por sus ideas como por su actuación política durante los años previos y posteriores a la Revolución rusa”, protagoniza el capítulo cinco de esta biblioteca. El trabajo de Abbate por sacar a flote la figura de Kollontai es admirable, pues su figura no ha gozado de la visibilidad que amerita. El perfil de Kollontai se pule con subcapítulos que tratan de su vida o la gran huelga de mujeres. Abbate dice que tal como las mujeres francesas se cansaron de la crisis económica en el país, desestabilizando la autoridad del rey, las rusas, cansadas de hambre y de guerra: “organizaron una huelga que terminó en una crisis política máxima: provocó nada menos que la abdicación del zar Nicolás II [Nicolás el Sanguinario], un hombre que se creía ‘enviado de Dios’ y que descendía de una dinastía que había estado gobernando Rusia desde 1613”.

Emma Goldman es condición sine qua non en el repaso histórico. Nacida en Rusia y emigrada a los Estados Unidos, Goldman se ve afectada por la realidad norteamericana, que comienza a ver síntomas en la ciudad de Chicago, un foco de agitación crítico. Corre el año 1886 con huelgas obreras que reclaman una jornada laboral de ocho horas. Emma es una ávida lectora y activa vocera. Se mueve dando charlas en la arena política y se une al movimiento anarquista de los inmigrantes judíos. “El deseo de libertad”, es el título de este capítulo que rinde homenaje a la gran Emma Goldman, para quien: “la emancipación fundamental no comienza ni en las urnas ni en las leyes, sino en el alma y en el cuerpo de cada mujer”.

“Simone de Beauvoir y la crítica al androcentrismo” y “Kate Millett: hacia una teoría del patriarcado” son los capítulos que siguen en el recuento de Abbate. Política sexual, de Millett, publicado en 1970, fue considerado el libro más emblemático del feminismo radical en su época. Abbate dice que Millett: “sigue los pasos de Simone de Beauvoir en El segundo sexo… su principal objetivo es desmontar, desde una perspectiva crítica, las representaciones misóginas y sexistas de las producciones culturales”. Henry Miller, Norman Mailer, D.H. Lawrence caen en su denuncia cargada de ironía e irreverencia.

Angela Davis no puede faltar en esta biblioteca: “Angela Davis y la potencia de los feminismos negros” constituye el capítulo diez, donde se rescata su sobresaliente liderazgo como una mujer afroamericana nacida en Alabama, un lugar “llamado Dynamite Hill (Colina dinamitada)”, por el gran número de casas dinamitadas por el Ku Kux Klan. Mujeres, raza, clase son los aspectos que este capítulo aborda. Asimismo, releva voces como las de Audre Lorde, Alice Walker y bell hooks.

La biblioteca recoge, en sus capítulos once y doce, dos voces indispensables: Monique Wittig (“El sabotaje a la mente hétero”, donde se citan también a otras influyentes pensadoras, como Luce Irigaray, Teresa de Lauretis y Rosi Braidotti) y Judith Butler. De Wittig, Abbate rescata su: “interés particularmente intenso por el lenguaje”, pues, dice: “no hay en realidad un afuera del contrato heterosexual, porque dicho contrato es ‘un objeto inexistente, un fetiche, una forma ideológica que no se puede captar en la realidad, excepto a través de sus efectos, cuya existencia yace en la mente de las personas, pero de una manera que afecta sus vidas por completo, sus maneras de actuar, de moverse y de pensar’”. La figura de Butler toma forma como descendiente de inmigrantes húngaros y rusos judíos, asesinados en la década de los 40. Es a partir de este bagaje traumático en su familia de origen que Butler se embarca en su pesquisa por repensar los géneros de modo transversal, poniendo atención a las producciones culturales, especialmente cinemáticas. Dice Abbate: “La obra de Butler suscitó grandes polémicas dentro de los feminismos porque se animó a proponer una teoría feminista que apostaba por ir más allá de la noción de ‘las mujeres’ como sujeto político al cual el feminismo debía representar”, y cita su ya clásico Cuerpos que importan.

Abbate termina su estudio con un epílogo que cita a las autoras que no aparecen en la biblioteca, pero que implícitamente forman parte de éste, como Virginia Woolf, Sor Juana Inés de la Cruz y Donna Haraway. Y concluye: “Porque hacer memoria también es tomar conciencia de todo aquello con lo que contamos: las luchas históricas, los ejemplos vitales, los conceptos-brújula que son como una escoba que nos permite cabalgar. Probablemente resulte más romántico creer que todo es nuevo y que comenzamos una protesta de la cual no había precedentes… porque sabemos que la amnesia ha sido una estrategia para restarnos poder y que podemos ser más fuertes si pisamos sobre las huellas del deseo”.

 

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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerposRéplicasNuestros desechosNo me ignoresCardumenSi ellos vieranConcepciones y Sinestesia; y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island. Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Biblioteca feminista. Vidas, luchas y obras desde 1789 hasta hoy», de Florencia Abbate (Planeta, 2020)

 

 

Florencia Abbate

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Crédito de la imagen destacada: Planeta de Libros.