Concierto 4 del Ceac de la Universidad de Chile: La odisea espacial de Alexander Mickelthwate

La última fecha de presentaciones oficiales de la agrupación laica y universitaria contó con la participación del director alemán que por doce años ha sido el encargado musical de la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Winnipeg, y quien ahora se desempeñará como titular de la Filarmónica de Oklahoma, en los Estador Unidos. La ejecución de la «Jupiter» de Mozart se caracterizó por los finales ejemplares de sus cuatro movimientos, en tanto que la interpretación de «Los planetas», de Gustav Holst, lució por la fuerza sonora de las cuerdas y la belleza de los timbres obtenidos por las distintas secciones instrumentales.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 21.5.2018

El cuarto concierto de la temporada regular 2018 de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en el Teatro de la Universidad de Chile, los días 18 y 19 de mayo tuvo a los compositores Wolfgang Amadeus Mozart y a Gustav Holst como protagonistas, según lo ya adelantado por el Diario Cine y Literatura durante la semana pasada. Así las cosas, el programa fue dirigido por el reconocido director alemán Alexander Mickelthwate (1970).

La siguiente crítica especializada fue elaborada de acuerdo a los elementos musicales, estéticos y técnicos que se pudieron apreciar en la reciente función del día sábado 19 de mayo, desarrollada desde las 19:40 horas, sobre el escenario del ex Teatro Baquedano.

Del compositor austríaco se interpretó su Sinfonía Nº 41 en do mayor, K. 551, Júpiter, (1788), que es la última de las sinfonías que compuso el genio de Salzaburgo antes de morir.

1. Allegro vivace: Los violines estuvieron, desde su entrada, controlados, exhibiendo un arco ligero y afinado. Las cuerdas bajas a su vez aportaron un sonido definido que hacía de contrapunto a los violines. Buen manejo de los silencios por parte del director. Trompetas y cornos cumplieron. También se oyeron aplicados los vientos de madera. Cuerdas perfectamente equilibradas. Vientos y cuerdas no se opacaron en sus volúmenes. La fuga estuvo cercana a la perfección, y el director logró convocar a la orquesta. Final ejemplar.

2. Andante cantabile: Tema hermosamente presentado por los violines para traspasárselo a los vientos. Excelente control y variación de dinámicas. Sonido profundo de chelos y de contrabajos. Bien los unísonos de cuerdas. Jornada iluminada que hizo brillar la música de Mozart. Extrema delicadeza en violines primeros. Efectivo acompañamiento de vientos. Exquisito fraseo y sonido de los chelos. Gestualidad expresiva en la dirección. Buenos pianísimos del corno al final.

3. Menuetto (allegretto): Buen comienzo surgiendo casi imperceptiblemente. En algunos pasajes el volumen de los violines primeros iba más allá del equilibrio con el resto de las cuerdas. Este hecho hizo que el movimiento desmereciera respecto a los dos primeros.

4. Allegro molto: Tempo rápido que exigió al máximo a las cuerdas de sonido grueso. El director germano supo controlar el desarrollo de las fugas internas. Los violines tendían a subir el volumen cuando se aceleraba el tempo, sin embargo, en general, Alexander Mickelthwate controló bien el desarrollo de las dinámicas. Bronces aplicados, faltó destacar más el juego entre las cuerdas graves y agudas en sus contrapuntos. La última fuga de voces múltiples exige un control dinámico que en breves pasajes se perdió pero, en términos generarles, se logró el efecto y la unificación orquestal.

Intermedio

Del compositor inglés Gustav Holst (Cheltenham, 1874 – Londres, 1934) se interpretó la suite orquestal  Los planetas Op. 32 (1788) que es la más popular de las obras compuestas por éste.

1. Marte, el portador de la guerra: Buen comienzo, en los fortísimos los bronces extraviaron levemente el tempo. La marcha obtuvo un sonido macizo destacando el trabajo de los timbales y de los trombones. Las entradas claras del director permitieron unificar a la orquesta.

2. Venus, el portador de la paz: Movimiento marcado por el solo de corno. Buen trabajo con los cambios dinámicos de cuerdas. Al corno le costó mantener su sonido en las líneas largas en piano. Bien el concertino en su solo acompañado por el oboe. Movimiento más tenue en el cual la orquesta logró mantener la atmósfera de misterio.

3. Mercurio, el mensajero alado: Música que juega con los timbres de las distintas secciones orquestales. Un tema sencillo repetido por distintos instrumentos y en diversas intensidades.

4. Júpiter el portador de la alegría: Tema interpretado con fuerza por las cuerdas con activa participación de la percusión, trompetas y con un buen solo de cornos. Luego la orquesta desarrolló un segundo tópico de inspiración española. Las cuerdas exponen un tema más solemne y elegíaco, casi como un himno. Una breve sección intermedia encargada a los vientos de madera para a continuación pasar a la fanfarria. Se retoma el tema hispano con cornos y percusión, incluida una pandereta. Buen final de cornos y trompetas.

5. Saturno, el portador de la vejez: Inicio con flauta traversa, dos arpas y contrabajos. El tema se desarrolla por vientos y luego por cuerdas graves, con una doble acentuación de dos notas repetidas durante todo el movimiento. Solo de arpas con acompañamiento de contrabajos. Movimiento sutil y misterioso. Terminó con un diminuendo de cuerdas.

6. Urano, el mago: Inicia con una entrada estentórea de trombón solista, muy efectiva, sigue un tema sencillo. Activa participación de los bronces. Juego de colores entre la percusión de bombo y pandereta con vientos de madera y de bronces. Arpegio de cuatro notas en el arpa que se repiten como un leit motiv para después interpretarse por la orquesta en un tutti forte y en otra tonalidad. El arpegio del arpa en piano junto con dos golpes de percusión finalizan el movimiento.

7. Neptuno, el místico: Nuevamente un tema sencillo en escalas ascendentes y descendentes que se repiten y se desarrollan. El órgano eléctrico toca una melodía (que emula a la parte de voces corales) acompañada por el arpa. Con el órgano perdiéndose en un pianísimo es que concluye la obra.

La temporada 2018 de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile proseguirá durante los días viernes 25 y sábado 26 de mayo cuando la agrupación laica y universitaria sea nuevamente dirigida por el alemán Alexander Mickelthwate en un programa donde se ejecutarán la «Cantata sobre la muerte del Emperador José II» y el concierto Nº5 en Mi bemol mayor para piano y orquesta, opus 73, «Emperador», ambas partituras de Ludwig Van Beethoven, en jornadas dobles que se desarrollarán en el Teatro de la Universidad de Chile, desde las 19:40 horas.

Para obtener una mayor información de esos espectáculos, revisar aquí.

 

 

Después de conducir por doce años a la Orquesta Sinfónica de Winnipeg (Canadá), el director alemán Alexander Mickelthwate hará lo propio con la Filarmónica de Oklahoma en los Estados Unidos

 

 

Tráiler:

 

 

Crédito de la imagen destacada: Alexander Mickelthwate, por La Tercera (http://culto.latercera.com)