El cronista argentino relata cuando en una travesía reciente por las calles antiguas de la capital española, se cruzó con el fantasma de don Ramón del Valle Inclán y de sus esperpénticos personajes en la literaria calle de la Montera.

Por Alberto Ernesto Feldman

Publicado el 1.5.2020

Leo la placa que dice: «Calle de la Montera», y mis 74 años se vuelven trece y recuerdo Luces de Bohemia, uno de los “Esperpentos” favoritos de don Ramón del Valle Inclán, que junto con Divinas palabras, leímos en un lejano 1954, en primer año del Bachillerato con el inolvidable profesor de castellano Raúl Moglia.

¿Estaré frente a lo que fue en 1920 la taberna de Pica Lagartos, donde Enriqueta, la joven prostituta, reclama a Máximo Estrella, el poeta ciego, el billete de lotería impago que resultará premiado…? El Madrid de hoy y el de hace 100 años me hacen ojitos.

Mi hija es entusiasta seguidora de la cantante madrileña Ana Belén, a tal punto que mi nieta lleva su nombre. Hoy fui a Lavapiés para conocer el barrio donde vivió, porque también me sedujo cuando escuché por primera vez “España, Camisa Blanca de mi Esperanza”, dedicada en su primera edición al poeta Blas de Otero, quien acuñó en un poema la frase que le da título.

Frente a la casa que fue de la cantante, esperé el paso de algún vecino para pedirle que me tome una foto. Un pedido de mi hija que debía satisfacer. Un señor muy amable accedió a mi pedido y entramos en conversación.

Resultó ser Eduardo Puceiro, actor y director teatral de destacada actuación en su Galicia natal, y en numerosas películas, amigo personal de Ana Belén con quién actuó en Divinas palabras, película de 1987. Ella personificaba a Mari Gaila, y Puceiro, al alcalde pedaneo.

Pude cumplir con mi hija y mi nieta y me encontré nuevamente con Ramón del Valle Inclán y mi pasado escolar. Pero al despedirnos, sucedieron otras casualidades; me aconsejó que no vuelva a Buenos Aires  sin ver antes a mi compatriota Héctor Alterio en la obra El padre, en el teatro del “Círculo de las Bellas Artes”.

Se sorprendió cuando le mostré las entradas que tenía para esa misma noche y me dijo que si saludaba a Alterio, le mandara saludos para el director de la obra, José Carlos Plaza, quien había sido su profesor de teatro. Así lo hice, esa noche presencié un excelente espectáculo teatral, saludé a Héctor Alterio y pude trasmitir los saludos de Puceiro para Plaza, el director de la obra. Todo fue un placer, son cosas que ocurren en Madrid.

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Alberto Ernesto Feldman nació en Buenos Aires, en 1941, y abandonó estudios de medicina cuando cursaba cuarto año y a partir de allí se desempeñó como chofer en el transporte de pasajeros y de carga. En el año 2006, al jubilarse, tomó clases de clarinete y por sugerencia de su esposa y de su hija, quizás cansadas de escucharlo, se anotó en un taller literario municipal, lo cual a los 65 años le abrió las puertas del quehacer literario. Escribe cuentos cortos y relatos, algunos de ellos han sido premiados o mencionados en la Capital y en las provincias de Buenos Aires, Jujuy, Mendoza, Misiones, Chaco y Santa Fe. Intervino en las antologías El diálogo nos amontona de Editorial Dunken, y en la editada por el Centro Vasco Francés, ambas en Buenos Aires; Cada loco con su tema, Gula, e Ira editadas en México por el Grupo Editorial BENMA, y en España, participó en Escenarios editada a su vez por la Asociación Española de Neuropsiquiatría en 2013, y en las antologías Facer Españas editadas en 2014 y 2016, respectivamente por la Editorial Orola, de Madrid.

A comienzos de 2013 ha editado por primera vez en forma individual un volumen de cuentos y relatos titulado Castillos reales, castillos mentales; a principios de 2014 su segundo trabajo: Tango final en Saavedra y otros 36 cuentos y relatos, en febrero de 2015 su tercer volumen, Un caballito en el rincón y otros 33 cuentos y relatos. A fines de ese mismo año, su cuarta obra, Miss Alice al mediodía, 28 cuentos, relatos + un poquito de teatro. La obra Tomando café frente al Obelisco y otros 32 cuentos y relatos, en tanto, que es su quinto volumen, fue editado en agosto de 2016.

La placa conmemorativa de la Calle de la Montera en Madrid

Alberto Feldman (a la derecha)

Imagen destacada: La calle Montera de Madrid, a inicios del siglo XX.