[Crítica] «Crash»: La primera novela pornográfica basada en la tecnología

El protagonista de esta emblemática novela del autor británico J. G. Ballard, se verá envuelto en una violenta espiral donde el hecho de un accidente de tráfico se convierte en una poderosa metáfora sexual, y en una imagen simbólica que condensa nuestras fantasías de poder, violencia, velocidad y deseo.

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 18.10.2025

«A lo largo de Crash, he utilizado el coche no solo como imagen sexual, sino como metáfora total de la vida del hombre en la sociedad actual. Como tal, la novela tiene un papel político, más allá de su contenido sexual, pero aun así me gustaría pensar que Crash es la primera novela pornográfica basada en la tecnología».
J.G. Ballard

La editorial Minotauro, especializada en novelas de ciencia ficción, acaba de publicar una de las novelas más desasosegantes y transgresoras dentro del género.

Crash (1973), de J. G. Ballard (1930 – 2009), es una obra que entrecruza en su argumento dos elementos de gran fuerza evocadora: el sexo y la violencia. Los protagonistas de la narración buscan, y encuentran, un placer desmesurado e irracional en los accidentes de tráfico.

Con todo, Crash se inicia con la muerte del personaje Robert Vaughan en un accidente de coche. El narrador, llamado James Ballard, recuerda como:

«A lo largo de nuestra amistad, ensayó su propia muerte en muchos accidentes de tráfico, pero este fue el único de verdad. Condujo directo a la colisión contra la limusina de la actriz de cine, su coche saltó la valla del paso elevado del aeropuerto de Londres y se estrelló contra el techo de un autobús repleto de pasajeros de una compañía aérea».

 

Fantasías de poder, velocidad y deseo

Tras sobrevivir a un violento accidente de tráfico cerca del aeropuerto, Ballard conoce al doctor Robert Vaughan, en otro tiempo divulgador científico y figura televisiva. Esta enigmática figura lidera a un grupo de personas supervivientes de accidentes de tráfico.

Su «perturbadora obsesión con la tecnología, el deseo y la muerte», los conduce a recrear célebres siniestros automovilísticos, como los sufridos por Jayne Mansfield o James Dean.

El protagonista se verá envuelto en una violenta espiral donde el accidente de tráfico: «se convierte en una poderosa metáfora sexual, una imagen que condensa nuestras fantasías de poder, violencia, velocidad y deseo».

Luego, en 1996 el director de cine David Cronenberg adaptó la obra de Ballard, llevando a la pantalla el sexo y la violencia a terrenos inexplorados.

James Spader, Holly Hunter, Rosanna Arquette, Deborah Unger y Elias Koteas protagonizan esta cinta llena de secuencias nocturnas y accidentes de coche de todo tipo. Con la inquietante banda sonora del compositor Howard Shore.

 

 

 

 

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Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, realiza sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma Casa de Estudios superiores.

Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.

Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.

 

«Crash», de J. G. Ballard (Ediciones Minotauro, 2025)

 

 

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: J. G. Ballard.