[Crítica] «Quirke en San Sebastián»: Un familiar campo de batalla

Con una clara y fuerte herencia de los estilos de Nabokov y Henry James, sumado a la atmósfera «noir» heredada de Chandler y de Hammett, la narración del escritor irlandés John Banville no es solamente descifrar un enigma policial, sino que además sirve de excusa para sumergirse en las profundidades del alma humana, que siempre es insondable y misteriosa.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 3.8.2021

Benjamin Black es el seudónimo con el que el escritor irlandés John Banville (Wexford, 1945) firma sus novelas policiales. Banville ha sido galardonado con una serie de premios a nivel internacional: Premio Franz Kafka, Premio Austriaco de Literatura Europea (2013) y el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2014. En el año 2005 obtuvo el premio Man Booker Prize por su novela El mar.

Acerca del escritor se ha señalado que: “interesado como lector en el género negro practicado por clásicos como Georges Simenon o Ross MacDonald, John Banville no tenía pensado probar suerte con él hasta que se encontró con un esqueleto de guion que no fue aprobado para convertirse en una producción audiovisual y decidió intentar darle forma de novela. Así, por azar, nacería El secreto de Christine, la primera entrega protagonizada por el patólogo forense Quirke y ambientada en el Dublín de los años 50, firmada con el seudónimo Benjamin Black.”

Esto sucedió en el año 2006, cuando el escritor irlandés sorprendió al mundo literario al publicar esta, su primera novela negra. A partir de ese momento, se iniciaba una serie de relatos protagonizadas por el célebre doctor, cuyo éxito de ventas la transformó posteriormente en una serie televisiva.

En esta ocasión Quirke se encuentra de vacaciones en el País Vasco, lugar donde ha visto a una amiga de su hija, lo que no tendría nada de extraño de no ser porque ha sido asesinada años atrás.

A partir de este hecho, se van sucediendo los acontecimientos que nos pasearan por una historia que contiene todas las características del policial negro: intriga, suspenso, misterio y por supuesto, un enigma que debe ser resuelto, enigma que siempre esconde un secreto detrás de la vida de cada ser humano.

Y cuando le han preguntado acerca del secreto de las vidas responde:

“Por supuesto. Vivimos vidas secretas. Nos levantamos y nos vestimos interpretando un personaje que disfrazamos y maquillamos para jugar a eso frente a los demás. Nunca admitimos la profundidad de nuestra sexualidad ni siquiera con nuestras parejas. Nunca podemos ser auténticos, como los son los animales. Así que ese es nuestro lastre pero también, nuestra gloria”.

Como siempre, Black traza un viaje tranquilo por el exterior, en el que no hay persecuciones ni escenas espectaculares, pero que está lleno de incertidumbres que transitan por el interior de cada personaje.

Con una clara y fuerte herencia de los estilos de Nabokov y Henry James, sumado a la atmósfera noir heredada de Chandler y Hammett, la narración no es solamente descifrar un enigma policial, sino que además sirve de excusa para sumergirse en las profundidades del alma humana, que siempre es insondable y misteriosa.

Las relaciones al interior de la familia también son un campo de batalla por el que la narración introduce sus tentáculos, revelando de esta forma los secretos que se guardan al interior de esta institución.

Sin lugar a dudas, que esta última entrega de las aventuras de Quirke vienen a consolidar a un personaje ya arraigado en las letras internacionales, y por supuesto reafirman el talento de un escritor que ha sabido desdoblarse para incursionar en diferentes estilos narrativos.

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura de la última Casa de Estudios.

 

«Quirke en San Sebastián», de Benjamin Black (Editorial Alfaguara, 2021)

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: John Banville.