[Crítica] «Tierra de campeones»: Intensidad nortina

La tercera novela del autor nacional Diego Zúñiga es una obra escrita con un lenguaje y una prosa poco común, capaz de envolver en una atmósfera singular y la cual dejará al lector enganchado del Chungungo Martínez y de los peculiares personajes que transitan por estas páginas.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 18.12.2023

El escritor nortino Diego Zuñiga (Iquique, 1987) ha sido capaz de construir una obra narrativa que con los años ha crecido en forma cualitativa hasta asentarse en las bases de la mejor literatura emergente producida en el país.

Así, su último trabajo creativo es una novela, la tercera de su bibliografía, bautizada como Tierra de campeones, y en sus páginas relata la historia del campeón mundial de caza submarina nacido en Chile.

Sin embargo, como toda buena novela, ese tópico es solamente la punta del iceberg, pues en las profundas aguas de este discurso estético y literario se encuentra la historia de un país que en algún momento fue azotado por la virulencia del régimen militar liderado por Augusto Pinochet.

«Aprendimos a nadar en el río» (p. 13), se lee en la primera frase que abre una obra de más de 250 páginas, y que lentamente, pero de forma hipnótica, lleva a conocer y a escudriñar en una serie de personajes que sin lugar a dudas son difíciles de olvidar.

El primero de ellos es el Chungungo Martínez, un niño con una capacidad poco común para soportar bajo el agua sin respirar, al cual vemos crecer en un mundo duro, inhóspito, pero un entorno común al de muchos pescadores, hombres y mujeres que viven de los recursos que les proporciona el mar.

Luego, es aquel muchacho quien nos guiará a lo largo de toda la narración a conocer una época que ya no existe, unos años de gloria para el deporte nacional, y que además son años teñidos por el dolor emocional y psicológico de una sociedad dividida políticamente.

 

Algo terrible acontece

Y es que de telón de fondo de la narración hay un monstruo gótico: el del gobierno autoritario que toca con sus tentáculos envenenados todos los rincones de la sociedad. En efecto, los militares y los civiles golpistas producen un quiebre en la biografía nacional y comienzan a dejar su estela de muerte, asesinatos y desapariciones por los cuatro rincones del país.

La narración parece ir en dos sentidos: por un lado, a través de la historia de estos personajes que son tocados por la muerte y por otro, en la dirección del grupo de hombres y mujeres conocedores de que algo terrible acontece, de que hay un monstruo que amenaza con sus rondas y vueltas, pero que nada pueden hacer al respecto.

Esta obra es un claro ejemplo de la forma en la cual un escritor crece y aumenta la solidez de su prosa, pues Zuñiga se refiere a la memoria sin ser esta una novela del recuerdo, y es capaz de narrar los tiempos oscuros para rematar con una leve luz de esperanza al finalizar.

Y además, es capaz de construir unos personajes lejos de los estereotipos, sino que por el contrario, muy vivos, bastante singulares y capaces de ayudar a abrir nuestros ojos en las profundas y oscuras aguas del terror cotidiano.

Al finalizar, el autor regala un par de frases que dejan con el estómago apretado, tal como si esas letras dejaran un testimonio para seguir y continuar con esta verdadera posta creativa:

«Hay palabras que están muertas, pero quién sabe si es culpa de ellas o de nosotros. Chungungo, ¿qué vas a hacer con esas palabras».

En definitiva, Tierra de campeones es una obra intensa, escrita con un lenguaje y una prosa poco común, capaz de envolver en una atmósfera deslumbrante y que dejará al lector inevitablemente enganchado del Chungungo Martínez y de los personajes que transitan por estas páginas.

 

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«Tierra de campeones», de Diego Zúñiga (Random House, 2023)

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Diego Zúñiga.