En esta antología de versos y otros textos del autor chileno Víctor Ilich —seleccionada por Gretchen Abernathy—, el mensaje estético es un coro que canta la trayectoria creativa, y la palabra es la clave para alcanzar un nuevo yo y un mundo más amable y espiritual.

Por Stefano Macrillo

Publicado el 23.9.2023

Pasear por un campo y recoger flores. Explorar la biblioteca para descubrir un libro. Elegir un libro y conocer las palabras de Víctor Ilich. Encontrarse con un ramo de flores para regalar. ¿Por qué tantas flores? Porque en esta antología surge la rebelión del sujeto y se hace unánimemente colectiva.

La palabra promueve, por ende, no es en contra de, no es un arma sino una herramienta insurreccional, un instrumento para un artesano refinado, un laúd para seducir con melodías introspectivas e irónicas. La palabra desafía diferentes perspectivas y sin duda trae consigo algunas dudas en prosa sobre el instructivo para la vida.

De esta manera, la elección de los textos nos conduce en la lectura por cuatro caminos que no desembocan en un mar laberíntico, sino que por el contrario nos orientan hacia un horizonte definido, un unicum de significados, hacia un corpus homogéneo de sentidos.

Al principio tomamos nota de la fuerza contenida en la Insurrección de la palabra, una exhortación metafórica a levantarse. La palabra que enciende el placer del caos, de la deconstrucción lingüística y de los contenidos; de aquí a navegar más lejos hacia el descubrimiento de un nuevo status a bordo del barco seguro del poder transformador de las palabras.

La palabra, que busca en su locura una salida.

No hay atajos para la verdad

En el oximorónico Réquiem para un hombre vivo no se evitan ni el dolor ni la muerte, sino que, a través del vuelco eclesiástico de la oración a los muertos, podemos afrontar la búsqueda de la verdad en los nudos de la existencia que se opone a las falsedades de nuestro tiempo.

Así, en el arte de crecer todos los golpes valen.

En Venga tu reino existe el deseo de no tener que esperar demasiado para construir lo que hoy nos corresponde. La intuición, la poesía, el vuelco de las reglas, el caos del que nacen nuevos colores versus el orden que aprisiona la riqueza de la psique, del amor.

Venga tu reino, sin atajos, porque no hay atajos para la verdad.

Para cerrar la antología, la abertura a la Duda. El pensamiento que, cuando se acerca a la orilla, se deja llevar por las idas y venidas y emprende de nuevo el viaje por la ruta de las palabras, la muerte, la verdad, los orígenes, las transformaciones.

Para dudar debe ser como las olas del mar, cuando esté cerca de la orilla, déjese llevar por el vaivén, si es necesario, retráctese. Vuelva a empezar. Mire de vez en cuando hacia atrás.

Cuatro rutas, pero el viaje es uno. Muchas flores, pero el ramo es uno. El mensaje es un coro que canta la trayectoria poética. La palabra es la clave para alcanzar un nuevo yo y un mundo más amable. Palabras y contenidos de un solo poeta por descubrir.

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Stefano Macrillò (Macerata 1962, Italia) trabajó durante treinta años en el sector de la comunicación (Grupo Mediaset), y vivió en Salerno, Versilia, Madrid, Venecia, Milán y Florencia. Fascinado por la cultura hispanoamericana, se licenció en lenguas y literaturas extranjeras modernas y contemporáneas (española y portuguesa) en la Facultad de Letras y Filosofía de Pisa con una tesis sobre las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra.

«Word Insurrection», de Víctor Ilich (Independently Poetry, 2023)

Stefano Macrillò

Imagen destacada: Víctor Ilich.