El Gobierno del Presidente Piñera: Frágil como un barquillo

Formaron un gabinete provisional parlamentario de dudosa fortaleza política, bajo el «premierato» de Blumel, para controlar a los pacos y a los partidos oficialistas y de oposición, con una difícil y tercera tarea: el control emocional del Primer Mandatario que anda tan lacrimoso.

Por Omar Pérez Santiago

Publicado el 4.12.2019

El martes 12 de noviembre había luna llena.

“Ideal”, pensó Piñera, un alma tan supersticiosa como tacaña.

“Hablaré al país y pondré orden.”

Su única medida no era original: llamar de nuevo a los milicos a las calles.

Por varios minutos la tele mostró el podio vacío, una teatralidad tan rancia como inquietante. Piñera hablaría a las 22.

Pero salió a las 22:22. Otro signo de incertidumbre e inseguridad, la hora espejo.

Salió flanqueado por los ministros Rubilar y Blumel. Quizás la señora Rubilar tenía ganas de llorar. ¿Para qué salen si ambos son feos?

“Está cada vez más flaco, el huevón”, pienso. ¿Piñera ya no come?

Piñera abrió la boca. Pero no dijo nada.

Murmuró algo sobre unos pacos en retiro. Nada enfático.

 

MAL AUGURIO

Es un mal augurio dudar en plenilunio o luna llena, dice un oráculo lunar, sobre todo en el día número 12. Y a la hora 22:22.

¿Qué había ocurrido?

Los rumores dicen que los milicos le quitaron el piso. Piñera se supo inútil. El poncho le quedó gigante.

 

ESOPO

Se aplica a Piñera la fábula del griego Esopo, El árbol y la caña: Un árbol grande, pero con raíces muy pobres, fue desarraigado por la tormenta y lanzado a través de una corriente. Chocó con una delgada caña que no se rompió en tan terrible tempestad:

La caña le dijo:
– Yo no me quiebro porque yo cedo fácilmente a la tormenta. Tú te resistes y sin raíces sólidas fuiste derribado.

 

PREMIERATO

Piñera sin alternativa entregó las riendas del gobierno al ministro del Interior, Blumel. Se formó así un “premierato”, un sistema de gobierno que atribuye poderes a una especie de Primer Ministro, tipo Fruna o Jurel. Así se formó una suerte de “Gobierno Paralelo”.

Blumel se parece al actor Peter Dinklage que hace el papel de Tyrion Lannister de la serie Juego de tronos. Es un hombre que ha rozado tangencialmente la política, pero su ilusa vanidad lo ha llevado a aceptar un rol incierto.

Así, el viernes 15 muy de noche, Blumel, el “Premierato” o  “presidente encargado”  formó en unas horas un Gobierno Provisional con  parlamentarios para convocar a un plesbicito.

El edificio del ex Congreso Nacional fue proyectado en 1859 por el Presidente Manuel Montt, sobre unos terrenos de los jesuitas. En ese palacio, Blumel concuerda con partidos políticos el llamado a un plebiscito de entrada sobre una nueva Constitución.

La Ciencia Política llama Gobierno Provisional a aquel gobierno que ejerce hasta que se elabora y aprueba una nueva Constitución para un nuevo régimen político.

 

GOBIERNO PROVISIONAL PARLAMENTARIO

En el caso chileno es un frágil Gobierno Provisional de facto que depende de los parlamentarios, que están tan denigrados como el Presidente.

La confusa institucionalidad se extiende desde el ministro Blumel al diputado Desbordes y al diputado Boric. Es difícil comprender dónde acaba Blumel y dónde empieza Desbordes y Boric. ¿Dónde empieza y acaba el gobierno provisional como tal?

Blumel tiene dos tareas básicas: control de los pacos y control de los partidos políticos. Tiene una tercera tarea, una labor de control emocional: serenar a Piñera.

Su objetivo es encerrar la política. O que la calle no haga más política.

 

INDIGNOS DE SHAKESPEARE

El pasado muestra que los Gobiernos Provisionales son quebradizos, de duración y fin incierto. Son efímeros.

Muchas veces sus personajes quedan como sujetos absurdos o ridículos y rara vez son nombrados en la historia. Indignos de una historia de Shakespeare.

La historia tiene un alegre componente cínico.

 

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Omár Perez Santiago es un escritor y cronista chileno que egresó de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, y que luego estudió historia económica en la Universidad de Lund (Suecia). Sus últimos libros publicados son: Julia, la belleza y el sentido de la vida (novela), El pezón de Sei Shonagon (novela), Caricias, poemas de amor de Michael Strunge (traducción), Allende, el retorno (novela), Introducción para inquietos, de Tomas Tranströmer (traducción, 2011), Nefilim en Alhué y otros relatos sobre la muerte (cuentos, 2011), Breve historia del cómic en Chile (2007) y Escritores de la guerra. Vigencia de una generación de narradores chilenos (ensayo, 2007).

 

Omar Pérez Santiago

 

 

Crédito de la imagen destacada: Desconocido.