[Ensayo] «Pretty Baby»: Un viaje a las cárcavas de la condición humana

El largometraje de ficción protagonizado por la actriz Brooke Shields y dirigido por el realizador francés Louis Malle, quien fue un señalado miembro de la Nouvelle Vague de principios de los años 60, aquel movimiento cinematográfico que aportó innovaciones formales y de fondo al cine europeo de la época.

Por Luis Miguel Iruela

Publicado el 11.12.2025

Una de las plagas digitales de nuestro tiempo es el intercambio de archivos con pornografía infantil en Internet.

En la cultura occidental de hoy en día, se consideran variantes de la conducta sexual las que hasta hace bien poco eran calificadas como «perversiones» por el psicoanálisis. Incluso aquellas que pueden causar graves lesiones físicas como las prácticas sadomasoquistas.

A título de ejemplo, es el caso de las asociaciones BDSM, siglas de bondage (ataduras), disciplina, sadismo, masoquismo.

En estas asociaciones cualquier actividad de este tipo está consensuada entre los participantes y no desestructura su vida habitual, lo que se supone que ayuda a distinguirlas de la patología. Se debe a Lacan esta diferenciación entre un comportamiento sexual convenido y otro de raíz psicótica o psicopática.

De todas formas, no deja de capturar la atención el hecho de encontrarse el sadismo extremo en la esencia de diversos tiranos de la historia, generadores de orgías de sangre y muerte: Calígula, Heliogábalo, Gilles de Rais (Barba Azul), Elizabeth Bathory, apodada La condesa sangrienta por el librito de Alejandra Pizarnik, además de un largo etcétera.

La única actividad sicalíptica que queda proscrita por las leyes es la paidofilia, sobre todo por el profundo trauma que ocasiona en los niños y prepúberes. Episodio que jamás olvidan las víctimas y que condiciona su desarrollo adulto.

Se cita con frecuencia, la costumbre griega de las relaciones eróticas entre maestros y alumnos como parte de la labor docente, pero desde la aparición del cristianismo en la historia y la ética de Kant de considerar al ser humano como un fin y no como un medio, no es admisible este comportamiento con alguien inmaduro y falto de libre albedrío.

 

Todo un modelo de hipocresía

La película Pretty Baby (La pequeña), filmada en 1977, aborda el problema, destacándolo como una postura de cierto tipo de sociedad al narrar la vida diaria en un prostíbulo de Nueva Orleans a principios del siglo XX. Un significativo viaje a las cárcavas de la condición humana.

Con todo, la puesta en escena del celuloide se limita a mostrar sin esconder nada, pero sin enfatizar tampoco lo que enseña, de modo que el espectador recibe una desasosegante impresión de sordidez cotidiana.

Está dirigida por Louis Malle (1932 – 1995), un señalado miembro de la Nouvelle Vague de principios de los años 60, un movimiento cinematográfico que aportó innovaciones formales y de fondo al cine europeo de la época. Parte de los realizadores de esta generación provenía de la crítica, en concreto de la revista Les cahiers du cinéma como Godard y Truffaut.

Malle fue un gran director con una filmografía muy sólida que casi siempre se atrevió con asuntos difíciles y escabrosos. A título de muestra, con el filme noir (Ascensor para el cadalso, Los amantes); el suicidio, con la adaptación de la novela de Drieu La Rochelle, El fuego fatuo; la traición y Lacombe Lucien; el incesto en La souffle au coeur o la pasión amorosa como destrucción en Damage.

Por último, muy curiosa resulta la adaptación que rodó de Zazie dans le métro durante su época pop, una novela burlesca de Raymond Quenau sobre el arte de narrar historias.

Si comparamos esta película con Lolita, el relato de Vladimir Nabokov y el largometraje de Stanley Kubrick, veremos que el personaje de Papi es más joven que Humbert Humbert y no se relaciona con mujeres adultas a pesar de acudir a diario a un burdel.

Es, como buen fotógrafo aficionado, proclive a mirar, aunque no le obsesiona el fetichismo del protagonista de Lolita. Como este último muestra sumisión hacia la niña, que campa por sus caprichos por toda la casa sin casi ningún límite. Se casa con ella, aunque dejará de gustarle con toda probabilidad cuando se convierta en una mujer.

En cuanto a la ilación de la fotografía y la paidofilia, es interesante recordar aquí el caso de Lewis Carroll y sus daguerrotipos de amiguitas cuidadosamente coleccionados en un álbum.

 

La representación audiovisual de un enigma

Ahora bien, Pretty Baby supone una vuelta de tuerca en el tema y descubre un núcleo más sórdido, el de la pederastia social. En un prostíbulo de lujo, próceres de la sociedad de Louisiana subastan la pérdida de la virginidad de una prepúber con foto testimonial incluida, la cual se hace famosa como un bocado exquisito.

Se trata, por lo tanto, de una pedofilia consentida, casi institucionalizada por los presentes en la ceremonia. Sería un equivalente de la pornografía infantil actual en Internet. De este proceder se saca provecho económico por parte de la madame y lascivo del lado de los clientes.

Parece, entonces, que estas prácticas constituyen uno de los subterráneos del ser humano. Hace pocos años, hubo en los Países Bajos un proyecto de partido formado por menoreros con la intención de conseguir la legalidad para sus aficiones, equiparándolos a otras actuaciones sexuales.

Además de Papi, el camarógrafo que mira a la pequeña por un objetivo, hay otros personajes decisivos en la historia, como la madre de Violet, que simboliza la transformación de prostituta a mujer respetable por medio de un rechazo radical de su pasado.

Se muestra digna y arrogante con Papi cuando ella había abandonado a su hija en un lupanar. Todo un modelo de hipocresía, base esta, sin duda, de la organización comunal del pueblo de Storyville, donde se desarrolla la acción.

La madame representa el intermediario que comercia con las debilidades de los demás. Egocéntrica, vive para sí misma y sus «vicios», el consumo de alcohol y cocaína, lo que le da una gran coherencia ya que es un personaje creyente en el cinismo como eje de la vida en sociedad.

Trasluce miseria moral, reflejada en su decrepitud física, en el gobierno tiránico del burdel y en la ola de puritanismo que ocasiona la pérdida de su reino.

Violet, la pequeña, es el ejemplo de cómo los niños pueden crecer en circunstancias terribles vividas de manera normal. «¿Qué tienen de malo las putas?», pregunta Pretty baby.

Los niños en la casa de citas sin escolarizar, momento ilustrado por una escena en la que Violet recibe una carta, mira el papel con extrañeza y lo arroja al suelo con indiferencia, dando a entender al espectador que no sabe leer. Sin embargo, a pesar de todas las experiencias continúa siendo una niña, como enseña la emocionada secuencia en la que descubre y acaricia una muñeca.

En definitivas cuentas, se trata de un sexo aprendido y fingido por alguien impúber que ya simula. Relaciones venéreas no sentidas ni desveladas de forma natural, sino aprendiendo a ser prostituta, a acercarse a los hombres por su debilidad menos gloriosa y sin ningún afecto. Crece sin un referente masculino estable, nada más que varones brutales y lascivos, un pianista homosexual y el niño pelirrojo.

Cuando la madre, ya establecida, vuelve a buscarla, el plano final de la película muestra el rostro inexpresivo y enigmático de Violet ocupando buena parte de la pantalla, un recuerdo del palmito de Greta Garbo en la conclusión del filme de Rouben Mamoulian, Cristina de Suecia.

Violet se ha convertido en un enigma. ¿Cómo será su vida? ¿Cómo será de adulta? ¿Cómo serán sus relaciones?

En Lolita se perfilaba el futuro, aquí, en cambio, representa un enigma, quizá evolucionando hacia un misterio.

 

 

 

 

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Luis Miguel Iruela Cuadrado es un poeta y escritor, doctor en medicina y cirugía por la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en psiquiatría, jefe emérito del servicio de psiquiatría del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid), y profesor asociado (jubilado) de psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid.

Dentro de sus obras literarias se encuentran: A flor de agua, Tiempo diamante, Disclinaciones, No-verdad y Diccionario poético de psiquiatría.

En la actualidad ejerce como asesor editorial y de contenidos del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Luis Miguel Iruela Cuadrado

 

 

Imagen destacada: Pretty Baby (1978).