El reinicio de la serie audiovisual dedicada al clásico héroe de DC Comics corresponde a un largometraje de ficción emocionante, divertido y que derrocha personalidad artística, dotado además con un trío de interpretaciones magnéticas a cargo de David Corenswet, Rachel Brosnahan y de Nicholas Hoult, y una dirección al más puro estilo irreverente del realizador estadounidense James Gunn.
Por Giorgio Kazdikian
Publicado el 19.7.2025
En el año 2013 se estrenó El hombre de acero, de la mano de Zack Snyder, una cinta que tenía como propósito catapultar a los personajes de DC Comics a la gran pantalla en forma de universo cinematográfico (a cargo del mismo Snyder), replicando el éxito que había tenido Marvel Studios con este formato.
Aquello dio como resultado una saga de películas irregulares, con varios aciertos, tales como Wonder Woman (2017) o Shazam (2019), así como entregas despreciadas tanto por la audiencia general como por la crítica especializada, como Batman vs Superman: El origen de la justicia (2016) o La Liga de la Justicia (2017).
Por ello, tras diez años del estreno del primer eslabón de este experimento, se le dio fin con Aquaman y el reino perdido (2023), en un intento por rescatar la franquicia mediante un reinicio completo.
El encargado de esta labor fue James Gunn (1966), quien anteriormente había trabajado en Marvel con la trilogía de Guardianes de la galaxia, y que también fue responsable de dos de los mayores aciertos de esta etapa de DC: El escuadrón suicida (2021) y Peacemaker (2022). Dos obras audiovisuales que destacaron por su fidelidad al material de origen y por el elevado nivel de guion en la creación y comprensión de sus personajes y de su mundo.
Después de dos años del anuncio de este reinicio, este mes de julio se estrena Superman (2025), el primer paso en el plan de diez años de Gunn para el desarrollo del nuevo universo cinematográfico de DC.
El valor de la bondad, la verdad y la justicia
En un mundo que ha perdido la esperanza, Superman (David Corenswet) lucha por proteger a la humanidad y devolverle el valor de la bondad, la verdad y la justicia.
Ahora, explicar la historia de esta película es una tarea bastante complicada, pues en ella encontramos un número exagerado de tramas y subtramas, con un ritmo un tanto frenético, lo cual podría dar la impresión de ser confusa o desordenada. Por ejemplo, el largometraje comienza en plena acción, omitiendo el origen del héroe y dejando de lado una introducción tradicional.
No obstante, Gunn mantiene el control sobre cada uno de los hilos conductores y personajes que presenta, y les da a todos un tiempo en pantalla apropiado, logrando que cada uno tenga un desarrollo efectivo.
Snyder presentó a Superman con un enfoque de ser supremo, casi divino, resaltando lo grandioso de su poder. En cambio, Gunn destaca en Clark Kent su humanidad, aquello que lo convierte en un faro de esperanza para el mundo, siendo sus mayores fortalezas sus valores y la forma en que aprecia la belleza del planeta Tierra. David Corenswet reencarna a este superhéroe con ese toque de inocencia que tanto caracteriza al Superman de las viñetas.
Rachel Brosnahan interpreta a una Lois Lane despiadada y aventurera, que demuestra todas sus habilidades como reportera. A su vez, la pareja formada por Brosnahan y Corenswet desborda química y podría representar la iteración definitiva de estos personajes en el cine.
Quien se roba la película es Nicholas Hoult como el villano Lex Luthor, mostrando la encarnación misma del odio, acompañado de un par de monólogos que solo endulzan aún más la increíble interpretación del actor.
Por otro lado, hay múltiples personajes secundarios que no hacen más que llenar de vida el mundo de Metrópolis y que, en su mayoría, cumplen un rol importante dentro de la trama o cuentan con un arco interno a lo largo de los eventos. Destacando a Nathan Fillion como Guy Gardner y a Edi Gathegi como Mr. Terrific.
Relevante en el contexto sociopolítico actual
En el ámbito de la fotografía, repite Henry Braham, anterior colaborador de Gunn, evocando el más puro estilo de las viñetas de los cómics, con movimientos de cámara asombrosos, especialmente en las escenas de acción. Asimismo, la dirección de arte y el uso del color refuerzan el estilo comiquero de la cinta, al mismo tiempo que resultan muy atractivos visualmente.
Volviendo a lo que caracteriza el estilo de James Gunn, uno de sus mayores fuertes: la comedia. En esta obra, el humor es desenfadado y sencillo. En su mayoría, los chistes funcionan, aunque alguno que otro no aterriza del todo, lo que a veces obstaculiza el flujo de la trama.
De igual manera, hay ocasiones en las cuales los diálogos caen en una exposición excesiva y se sienten poco genuinos. Esto contrasta con escenas escritas de forma fascinante, como la entrevista que le hace Lois a Superman o un monólogo muy emocional por parte de Corenswet.
Con todo, es importante mencionar que la película trata temas delicados —como los conflictos armados, la corrupción o la xenofobia— de una manera respetuosa y manteniéndose relevante en el contexto sociopolítico actual.
En resumen, Superman es una película emocionante, divertida y que derrocha personalidad. Con un trío de interpretaciones magnéticas a cargo de David Corenswet, Rachel Brosnahan y Nicholas Hoult, y una dirección al más puro estilo irreverente de James Gunn.
Un largometraje de ficción que nos llena de esperanza por la humanidad, el género de superhéroes y este nuevo comienzo para DC en la pantalla grande, siendo Supergirl (2026) la próxima adición a la saga.
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Giorgio Kazdikian (Santa Marta, Colombia, 2006) hizo el Bachillerato Internacional Voramón en Barcelona, y actualmente estudia cinematografía en la Escuela Superior de Cinematografía y Audiovisuales de Cataluña (Universidad de Barcelona).
Apasionado por la narrativa visual, es director y escritor de cortometrajes como Gala (2024).
Tráiler:

Giorgio Kazdikian
Imagen destacada: Superman (2025).