[Entrevista] Manuela Iribarren: «ByMaria es un nombre que representa a la mujer de clase social más popular en Chile»

En este diálogo con el Diario «Cine y Literatura, la diseñadora y creadora de la famosa marca de pickles y de salsas, con gran influencia en la cultura culinaria del país, aborda el sello artístico y feminista que ha intentado darle a su exitoso emprendimiento desde sus orígenes, hace ya casi una década.

Por Rocío Casas Bulnes

Publicado el 4.3.2023

Alimento para el cuerpo y para el espíritu. La reconocida ByMaria comenzó hace diez años ofreciendo una deliciosa receta de pickles.

Hoy, con una variada selección también incluyendo salsas, es una marca chilena que causa impacto en todas las regiones del país, tanto por su calidad como por su conciencia ecológica y laboral.

La gastronomía y la cultura alimenticia es un quehacer artístico y eso se nota en ByMaria también a nivel del discurso visual.

En esta entrevista, Manuela Iribarren Ebner —la gestora del establecimiento situado en la céntrica calle Franklin 741— comparte sus experiencias sobre la historia de dicho emprendimiento tanto a nivel personal y social, siendo madre y empresaria, los cambios que ella observa en el tiempo dedicado a este y las medidas que urge tomar para que otras empresas creativas puedan levantarse con dignidad.

 

«Es una empresa horizontal»

—¿Podrías compartirnos brevemente la historia de ByMaria y cómo llegaste a ese nombre?

—ByMaria parte hace diez años. Mi hermano socio (Lucas), que también es diseñador como yo, viaja al sur y una amiga de él que es gringa le enseña a hacer esta receta con los pepinos de su huerto que es con vinagre de manzana, un poco de semillas de mostaza y cúrcuma.

Él vuelve a Santiago y prepara esta receta. Todos somos muy buenos para comer en la familia.

Ahí es cuando nace la primera chispa de generar un proyecto con estos pickles. El 2012 fue la idea y en 2013 empezamos a desarrollar más o menos nuestros valores o pilares para llevarla a cabo. En esa misma búsqueda, como diseñadores, creamos la marca.

Creemos que María, además de que mi hija se llama así y nació al mismo tiempo que el proyecto, es un nombre que representa mucho a la mujer luchadora, trabajadora, de clase social más popular en Chile y en Latinoamérica.

Entonces queríamos representar esa fuerza junto a esa parte gringa que es la persona que nos enseña la receta. Así se genera este ByMaria.

 

«Tenemos una brecha salarial acotada»

—¿Cuál es tu impresión sobre la importancia que ocupan en nuestra sociedad contemporánea los emprendimientos independientes?

—Bueno, es un proyecto privado de todas maneras, no es parte del Estado. Creo que en Chile, sobre todo cuando partimos, no se le daba la importancia necesaria —y creo que todavía no se le da— a proyectos que involucren ciertos pilares.

Creo que más que ser independiente se trata de generar proyectos que a una le hagan sentido. En este parecer nosotros con mi hermano hicimos una lista de cosas que para nosotros eran fundamentales.

Primero pagar el doble del sueldo mínimo para partir, en el cargo más básico de la empresa. Tenemos una brecha salarial acotada, es decir la diferencia entre el menor y el mayor sueldo es baja. Es una empresa horizontal, o lo más que se pueda ya que es muy difícil por cómo está conformada la sociedad. Pero escuchar a las personas, tratar de entenderlas y también darles el lugar que corresponde.

También hicimos una empresa pensándola lo más sustentable posible. Hacemos huella de carbono cero, reciclamos hace varios años, hacemos compost. Eso quiere decir que del cien por ciento del vidrio, carbón y metal aluminio nos hacemos cargo de que se recicle en esa misma cantidad, trabajando activamente con recicladores y recicladoras.

Otro de nuestros puntos fundamentales en el proyecto era que fueran productos muy ricos y de una trazabilidad bastante clara en cuanto a de dónde viene cada ingrediente. Por lo tanto también tenemos marca país en nuestro frasco. Además de mucho diseño y mucho márketing.

Creo importante que las empresas independientes, si eso se refiere a crear proyectos de manera autónoma, tengan ayuda fundamental para poder organizarse.

Porque hay muchas personas que tienen muchas ideas pero siguen trabajando de manera precaria. Es decir sin salud, sin seguridad social, sin Fonasa, sin AFP y todo lo que eso implica. Entonces ahí la cosa se complica para poder generar empresas más sólidas.

 

«La cultura alimentaria en Chile y en el mundo es importante»

—En relación a los quehaceres artísticos y creativos, en tu opinión, ¿cómo son considerados los emprendimientos culinarios?

—Entiendo que tú te refieres a que los emprendimientos culinarios son artísticos y creativos. Eso igual a mí me hace sentido. Creo que los emprendimientos culinarios cada vez están teniendo más sentido y más espacio en esta sociedad.

Se nota, porque cuando yo partí había muy pocos proyectos que tuvieran que ver con la alimentación con las características, el tamaño y los conocimientos que tenemos hoy día en ByMaria. Me parece que la gente le interesa cada día más y está más abierta a los cambios. Así como a comprar a empresas que tengan consideraciones respecto a los puntos que hablamos en la pregunta anterior.

Veo que se está abriendo ahí un abanico de oportunidades importante. También creo que el 2022 y este año, no sé si son años muy buenos para invertir. Hay que ir lentamente generando estos cambios.

Asimismo, me parece importante que a nivel estatal exista ayuda, no solo fondos concursables sino también ayudas más consistentes respecto a diferenciación de impuestos o ese tipo de medidas si es que uno cumple con ciertos requisitos.

Yo siento que los proyectos culinarios sí deberían ser proyectos que uno quiera hacer para cambiar un poco la sociedad, o generar un granito de arena de cambio, no creo que uno solo haga comida por hacerla y luego más encima la envase en cualquier cosa, sin tener idea de los ingredientes que estás usando. Hay que darle un sentido más profundo que eso.

La cultura alimentaria en Chile y en el mundo es importante, creo que es fundamental que se respete, que sea de buena calidad así como valorar la materia prima autóctona.

Ese lado artístico y creativo que mencionas también se puede desarrollar a través de la imagen que quieres representar y todo el imaginario conceptual de tu marca.

 

«La posibilidad de generar un proyecto ayuda a expandir la libertad creativa»

—¿Has experimentado una libertad vocacional y laboral con tu negocio? ¿Cómo la describirías?

Yo estudié diseño gráfico, después estudié dirección de arte, y trabajaba de manera semi independiente siempre con proyectos que yo más o menos escogía pero donde igual había un rango jerárquico, pues yo estaba a merced del director o del director de arte siendo su asistente.

La posibilidad de generar un proyecto sí me ayuda a expandir mi vocación y mi libertad creativa. Con eso yo me he sentido muy satisfecha. También, a medida que avanza el tiempo y la empresa, se genera algo más robusto y es harta responsabilidad. Estás a cargo de muchas personas y de que esas personas a fin de mes reciban un sueldo.

Sí siento una libertad vocacional, mas a la vez cargo con muchas responsabilidades y eso no sé si lo puede llevar cualquier persona a cabo porque en estos diez años he trabajado muchísimo. Puedo aplaudir tener los espacios para hacerlo, así como los horarios, pero sí es una pega constante y de mucha responsabilidad.

 

«Mi hija es el impulso que me levanta para poder seguir trabajando todos los días»

—En relación a la maternidad, ¿existen vínculos entre ella y tu emprendimiento?

—Claro que sí. Nosotros creamos ByMaria en el mismo momento que yo fui madre. Yo tenía ganas de ser una mamá presente, eso quiere decir que quería maternar, amamantar, estar en el desarrollo de mi hija.

Generar este proyecto me ayudó a poder hacerlo y me ayuda hasta ahora porque puedo manejar mis tiempos. También aplaudo la tecnología porque puedo trabajar desde el computador, desde el teléfono y estar presente como madre.

Para mí funcionó por lo que yo esperaba y lo que yo anhelaba siendo mamá. Así que sí, tiene vínculos directos y estrechos. Desde que se llama María mi hija hasta que ella ha visto el desarrollo del proceso, me acompaña y está junto a mí.

Se puede decir que ese es el impulso que me levanta para poder seguir trabajando todos los días y generando este proyecto.

 

Una empresaria feminista

—¿Consideras que los emprendimientos independientes en general abren más caminos para ambientes laborales feministas (entendiendo el feminismo como igualdad política, social y económica de los sexos)?

—Me encantaría poder decir que sí. En mi caso y en ByMaria, sí. Nosotros tenemos igualdad totalmente paritaria respecto a los sexos en la empresa.

Tratamos de trabajar con la misma cantidad de mujeres y de hombres para partir, es decir no tenemos para nada un sesgo respecto a la participación femenina, al revés, la apoyamos. Y no solo femenina, también las disidencias .

Yo, por lo menos, no creo que hay un masculino y un femenino, creo también que hay que respetar eso y abrazarlo. En mi caso sí fue así.

Podría decir igual que a la sociedad le falta harto y muchos proyectos independientes y empresas que se están generando no sé si consideran estos puntos y sería fantástico, como dije antes, que el estado fuera una ayuda real al darse cuenta y visibilizar las empresas que sí están teniendo actitudes paritarias, feministas, ecológicas, sustentables, de buenos tratos, de los sueldos.

Entonces yo creo que depende del emprendimiento, depende de la persona que lleve a cabo éste. Y me encantaría que esas empresas feministas fueran muchas más y que se hablara más del tema. Pero, al mismo tiempo, creo que sí se han generado organizaciones.

Mujeres Empresarias, entre otras, donde sí se potencia el emprendimiento femenino, donde sí se generan más herramientas. A nivel de Estado sí se han generado algunas ayudas pero creo que son herramientas que falta fortalecer aún más.

 

El contexto de los emprendimientos culinarios

—¿Tienes algún consejo para lectores que quieren emprender de forma independiente dentro de las artes culinarias?

—Sería muy bueno, antes de partir cualquier proyecto, sentarse a armar un mapa conceptual de ideas y de lo que tú quieres aportar con este emprendimiento.

No creo que los emprendimientos culinarios se tengan que desarrollar a través de solo querer vender un plato, un producto, sino más bien generar todo este contexto de a quién le quiero vender, cómo lo quiero vender, de dónde voy a sacar las materias primas, qué quiero representar, qué quiero proyectar, cuánta gente quiero contratar, cuál va a ser mi aporte a esta sociedad con este emprendimiento en las artes culinarias.

Eso es más o menos lo que se me ocurre que puedo aconsejar. Y mucha paciencia.

 

 

 

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Rocío Casas Bulnes es investigadora, docente y comunicadora especializada en estudios culturales. Doctora en estudios americanos con estudios previos en la historia del arte y literatura. Con más de diez años de investigación constante en proyectos de financiamiento estatal y privado, tanto en Chile como en el extranjero. Autora de publicaciones en medios periodísticos, especializados, y de los libros El hombre de siempre (Ed. Hueders, 2014) y Fauna improbable (Ed. IDEA, 2023).

 

Rocío Casas Bulnes

 

 

Imagen destacada: Manuela Iribarren junto a su hermano Lucas.