[Crítica] «Acariciando el aire»: Un diario de muerte de la amada

En este volumen, el autor chileno Cristián Brito Villalobos es íntimo y moderado, explícito y descarnado: la mayor parte del libro son poemas, pero también nos presenta páginas de lo que podría ser una bitácora existencial, anotaciones que él hizo durante el casi año y medio en que su compañera sufrió un mortal cáncer.

Por Gabriel Canihuante

Publicado el 3.3.2023

Comentar libros no es fácil, aunque a veces pareciera que sí, pero no. En el caso de la poesía es aún más difícil porque ocupa esencialmente la función emotiva o expresiva. Como aprendimos alguna vez con Roman Jakobson, mediante ella el redactor expresa sus emociones o sentimientos.

El periodista y poeta Cristian Brito Villalobos (1977) publicó recientemente Acariciando el aire (Cuarto Propio, 2023) y este es un libro que me animo a comentar. Residente en La Serena, expone allí el doloroso tránsito entre la vida y la muerte de la mujer amada. Doblemente doloroso.

Brito, a ratos, es íntimo y moderado, a ratos, explícito y descarnado. La mayor parte del libro son poemas, pero también nos presenta páginas de lo que podría ser un diario de vida, anotaciones que él hizo durante el casi año y medio en que su amada sufrió un cáncer.

 

«¿Te dije que te quiero?»

Ser humano implica sufrir. Ni modo. Duelen las encías en la primera infancia. Los desamores y el bullying en la adolescencia; los despidos injustificados, las derrotas políticas, el sufrimiento propio y el ajeno. También gozamos, claro, disfrutamos la vida en todo lo que se puede, pero Acariciando el aire no se escribió para hablar de alegrías.

El dolor de ver morir a un ser amado es de los más intensos. Cuando se trata de un anciano padre o una anciana madre, uno se resigna y hay palabras sinceras de consuelo. Vale. Pero no es el caso. Y por eso el dolor de Brito es doble, porque sabe que no puede hacer nada para cambiar la realidad:

«Soy sólo un hombre que escribe poemas/ poemas que no salvarán a la vela que se apaga…».

Así, su impotencia queda también manifiesta en el micro poema de dos escuetos versos titulado: «Cada mañana: salgo de mi cama/ caigo al vacío».

Duele la muerte, la muerte lenta, la anunciada e inevitable muerte. Lo peor es el contraste, duele porque hay vida del otro lado. Una frontera imperceptible que nos separa. Brito grita su dolor en sus poemas y nos contagia su pena, su rabia, su soledad, incluso. Difícil leerlo.

En el poema «Mis razones», aclara que no escribe «para críticos ni periodistas» como parte de una larga lista de no deseados lectores. Bien. Y sostiene —en otro listado del mismo poema— que escribe para: «que algún día un lector diga/ esto es poesía».

Y, sí, sin duda. Acariciando aire es poesía. Poesía hecha del dolor propio y del ajeno. Y es también un poemario lleno de amor. En uno de sus micro poemas, sin título siquiera, apenas un verso, una simple línea, el autor pregunta: «¿Te dije que te quiero?».

Hay tantas formas de expresar amor, una de las más bellas es escribir, creo yo. Y Cristian lo logra a costa de su dolor.

Lo expone para que todos lo sepamos. Lo que uno puede hacer es simplemente leerlo y agradecer.

 

 

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Gabriel Canihuante (Santiago) es un periodista chileno titulado por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. En la actualidad ejerce como docente en la Universidad Central de la Región de Coquimbo y es autor de diversas obras de ficción y de ensayos. Entre las últimas destaca Jorge Peña Hen, biografía breve (Editorial Universidad de La Serena, 2017).

 

«Acariciando el aire», de Cristián Brito Villalobos (Editorial Cuarto Propio, 2023)

 

 

 

Gabriel Canihuante

 

 

Imagen destacada: Cristián Brito Villalobos.