[Entrevista] Sara Baras: «Me apetece mucho ir a Chile»

Mientras aguarda la presentación de su montaje «Vuela», para este sábado 11 de mayo en el Teatro de la Laboral en la asturiana y señorial villa de Gijón, la destacada bailaora de flamenco se dio el tiempo de dialogar en torno a su arte y de su trayectoria profesional, con el diario «Cine y Literatura».

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 5.5.2024

La bailaora y coreógrafa hispana Sara Baras (Cádiz, 1971) presenta su espectáculo Vuela. En esta ocasión es la ciudad de Gijón, en el escenario del Teatro de la Laboral, donde su público podrá disfrutar de un espectáculo flamenco de primera magnitud.

Con ocasión del veinticinco aniversario de la compañía de Baras, la artista gaditana ha rendido un sincero homenaje al gran genio de la guitarra flamenca: Paco de Lucía. Vuela es un montaje dividido en cuatro actos, y donde el baile y la música flamenca se presentan en estado puro.

Sara Baras se desarrolla en el baile flamenco desde que era una niña y empezara dando clases en la academia de su madre. Desde entonces, ha emprendido una carrera de gran prestigio internacional, y la cual le ha llevado por los teatros más importantes del mundo.

Así, y en un breve descanso dentro de su apretada agenda, es que hemos tenido la oportunidad de conversar con una artista que pone el «alma» en todo lo que baila.

Integrado de cuatro partes escénicas («Madera», «Mar», «Muerte» y «Volar»), Vuela se presentará este sábado 11 de mayo, a las 20:00 horas, en la sala principal del moderno Teatro de la Laboral en Gijón.

 

Amistad con Paco de Lucía

—Regresas a Gijón con Vuela, un homenaje a Paco de Lucía. ¿Cómo surge este tributo, por tu parte, al genio de la guitarra?

—Pues al celebrar los 25 años de la compañía, en vez de recordar las coreografías o los espectáculos que más me han marcado, quise pensar en el maestro que más me ha influenciado y, coincidiendo con el décimo aniversario de su fallecimiento, era un momento precioso para poder agradecerle todo lo que nos ha dado.

No solo artística y profesionalmente, sino también personalmente, ya que tuve la suerte de tener una amistad muy bonita con él, y sus consejos y su cariño.

 

«Poder representar en vida la aceptación de la muerte»

Vuela es un espectáculo flamenco que has divido en cuatro actos. ¿Puedes contarnos con qué se va a encontrar el espectador que vaya a verte?

—Es un espectáculo con una energía muy bonita, muy positiva, en el cual el recorrido que hacemos por los cuatro actos están partidos en quince palabras que las interpretamos, que las vivimos, que les ponemos música y coreografía a estas quince palabras que nos marcan.

«Madera», que es la primera parte, está dedicado a la tradición, a los instrumentos y al suelo, no solamente por el zapateado y la percusión que Paco [de Lucía] introdujo en el flamenco, sino, en general, por las raíces. Después «Mar» que va dedicado al mar, el maestro tenía pasión por él, y también representa nuestra tierra, coincide que somos de la misma tierra [Cádiz] y tenemos la misma pasión por el mar.

La «Muerte» es, quizás, el crecimiento más importante que tenemos a la hora de poder representar en vida la aceptación de la muerte y poder sentir a las personas que perdemos; no las tenemos cerca pero sí dentro.

Y finalmente, «Volar» que es la libertad para poder celebrar, a través de la música y los sentimientos, la suerte que tenemos en la vida.

La música la ha compuesto Keko Baldomero que es el director musical de la compañía desde hace mucho tiempo, y que está en un momento bestial. Se intercalan momentos de música del maestro, con momentos que él ha creado y que le dedicamos directamente a Paco de Lucía.

A partir de la inspiración que Paco nos produce hemos creado este espectáculo.

 

«Nos queda mucho por aprender y mucho por dar»

—Hablabas antes de los 25 años de tu compañía. ¿Cómo percibes que han evolucionado tus coreografías en todos estos años?

—Yo creo que mucho. Miro atrás y me siento muy orgullosa del crecimiento que ha tenido. Siempre digo lo mismo, no tengo palabras para agradecerle al público porque es una compañía privada que se mantiene del público y ahí seguimos, aunque respeto al artista que se queda en lo que funciona, no creo que sea nuestro caso.

Hemos intentado, en cada espectáculo, aportar y subir un escaloncito más y, a partir de correr el riesgo, poder tener momentos de improvisación y poder añadir elementos que te hagan crecer, y yo creo que la evolución ha sido buenísima. Aun así, nos queda mucho por aprender y mucho por dar, pero la evolución es muy buena.

 

«Los palos van con tu vida»

—De los distintos palos del flamenco, ¿con cuál te identificas más como bailaora?

—Bueno, yo le tengo un cariño especial a la farruca, es el palo del flamenco que me acompaña desde el principio, pero también unos de mis favoritos son la seguiriyas, me encanta la soleá, en este caso hago un zapateao, bailo por tientos, bailo por fandangos, que también me gusta muchísimo, realmente es que creo que los palos del flamenco es un abanico tan grande, y yo llevo tanto tiempo bailando, que a cada uno le encuentro un momento en el que me apetece uno más que otro, parece que van como con tu vida.

Ahora mismo estoy muy metida con el fandango, y me encantan, siempre, las seguirías.

 

Improvisar: «ese riesgo que te hace crecer»

—Cuando sales al escenario, a pesar de que existe una coreografía, unos ensayos, en el baile flamenco, ¿hay lugar para la improvisación?

—Sí, eso siempre.

Hay un momento en el que todo está, por supuesto, estudiado, controlado y trabajado, pero también están los espacios donde tú tienes que dejarte llevar por tu corazón, por tus sentimientos y es ahí donde se crea esa magia y esa conexión con el público o con un músico o con un silencio, donde aparece, realmente, ese riesgo que te hace crecer y poder sentir de una manera diferente.

Es muy importante que todo esté en su sitio, pero también que tú tengas tu espacio para poder improvisar.

 

«Tu lenguaje es tu cuerpo»

—Cuando te surge una idea para una nueva coreografía, ¿cómo es su evolución hasta que se transforma en lo que es tu espectáculo?

—Hay un momento en el que tu lenguaje es tu cuerpo, entonces es como si hablaras, como si tuvieras que escribir. Te sale una idea y empiezas a crear mediante tu forma de expresión. Sale siempre de una idea y empiezo a trabajarla, a comunicarme.

En ocasiones la música está muy presente, entonces montas a través de la música. A veces, al contrario, montas una rueda de movimientos o un espacio de tiempo, de compases, y después vamos adaptándolo a la música, o a la idea que queramos tener. Pero lo importante es que sale de una idea, de algo que te apetece contar.

 

«Un proceso que me apasiona»

—En tu compañía tienes el doble papel de coreógrafa y bailaora. ¿Con qué disfrutas más?

—Yo dirijo los espectáculos de la compañía que han sido hasta ahora dieciocho, y yo he dirigido dieciséis. Llevo toda la vida dirigiendo, coreografiando e interpretando. Realmente todo me encanta.

Siento una pasión y tengo una suerte de poder dedicarme a esto porque todo me gusta: coreografiar cuando estoy con las chicas de la compañía y empezamos en el estudio, no solamente en el escenario, sino en el estudio, y ya después lo pasamos al escenario y dirigir con luces, vestuario, todo me encanta.

Y después el momento donde creo que termina mi entrega es en la interpretación, ya bailando. En ese momento tengo todo listo y preparado para que llegue mi momento y empiezo a entregarme yo directamente como artista.

Pero todo es un proceso, creo que no podría elegir uno, todos me apasionan.

 

«En el flamenco la técnica es muy difícil»

—Camarón, Paco de Lucía o Enrique Morente, crearon una obra que, en ocasiones, se salió de la ortodoxia del flamenco. ¿Buscas trascender de lo flamenco en tus espectáculos?

—Busco tener mi sello propio, una identidad; por cierto, la compañía ya tiene esa identidad. Yo busco hacerlo bien y crecer y poder compartir, y poder ser honesta conmigo misma y no parar de mostrar mi amor y mi respeto al flamenco y al mundo del teatro.

De esa manera, con tanto trabajo, con tantos compañeros, con tantos maestros que me han ayudado creo que se consigue. En el flamenco la técnica es muy difícil, pero llega un nivel, cuando es muy alto, que consigues apartarla y dejarte llevar por lo que sientes, y ahí es donde aparece tu propia personalidad y donde se va creando un sello propio.

Yo espero, para la gente que viene detrás, que estén presentes los valores del trabajo, de la entrega, del trabajo en equipo. Respetar el trabajo de cada uno y tener la suerte de poder expresarte con algo que te apasiona tanto.

 

La importancia de la tradición

—El flamenco, desde hace muchos años, tiene una extraordinaria acogida tanto a nivel nacional como internacional. ¿En qué momento crees que salió de los corrales de vecinos, de los pequeños tablaos, para convertirse en algo universal, y llenar los mejores teatros de todo el mundo?

—Pues mira, yo creo que maestros como Paco de Lucía, Enrique Morente, Camarón, Antonio Gades, Carmen Amaya, toda esa generación de maestros, han marcado un antes y un después en el mundo del flamenco, y son los que han abierto las puertas al mundo del flamenco.

Hoy día cuando viajas por fuera de España, sientes el respeto y el cariño que se le tiene a nuestro arte y yo creo que es gracias a ellos. También es importante el flamenco desde el principio, los primeros que no llegaron tan alto pero que, por supuesto, sin ellos, sin esa tradición no podría existir la siguiente generación.

Cuando tú ves la historia de Paco, te das cuenta de la lucha y de la insistencia para que considerasen este arte como un arte grande. La lucha por poner este arte donde merece. Y yo creo que lo consiguieron.

 

Posible gira a Sudamérica

Cine y Literatura es un diario de Chile, y sus lectores están deseando saber si vas a viajar a ese país con tu compañía.

—Pues mira, no sé si el año que viene. Todavía no está la gira internacional, así que lo tendré que preguntar.

Pero ojalá, porque la verdad es que me apetece mucho.

 

«Me encanta el público asturiano»

—¿Qué supone para ti regresar a Gijón? Por lo que sé tienes vínculos especiales con esta región.

—Al público asturiano le tengo un cariño especial porque en estas tierras me han pasado cosas que me han marcado mucho en mi vida. Además, mi abuela, que también se llamaba Sara, era asturiana.

Parece que ahí hay una conexión muy bonita. Y a mí me encanta el público asturiano y la tierra en sí. Estoy muy contenta de volver.

 

Una pasaje del montaje «Vuela», creado por la bailadora y coreógrafa española Sara Baras

 

 

«Vuela» se presentará en el Teatro de la Laboral, de la ciudad de Gijón, este sábado 11 de mayo

 

 

Tráiler:

 

 

 

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Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, está realizando sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma casa de estudios superiores.

Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.

Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: Sara Baras (por Sofía Wittert).