“Escribir desde el trapecio”, de Andrea Jeftanovic: Una trayectoria corporal y literaria

Este libro de crónicas ha sido concebido por su autora como un registro de los recorridos escriturales que ha realizado y que han sido determinantes en su propio quehacer creativo. En este sentido, representa una propuesta carto-corpográfica ensayística en donde la pluma de la narradora va revelando sus viajes internos, externos, y la íntima relación que para ella tiene el ejercicio creativo con el cuerpo como materialidad que permite la realización de las ideas.

Por Jessenia Chamorro Salas

Publicado el 17.9.2018

Escribir desde el trapecio, el libro de la escritora, académica y crítica de teatro, Andrea Jeftanovic, es una recopilación de la trayectoria que ella ha realizado en el mundo de las letras. Casi veinte años de investigación, análisis y reflexión en torno a autores, obras y propuestas, han dado innumerables frutos en las publicaciones que ha realizado en diversos medios y plataformas, revistas, diarios, ensayos, críticas, entre otros, en donde ha entablado prolíficos diálogos cuyo eje fundamental es la literatura y el ejercicio escritural.

Este libro de ensayos ha sido concebido por su autora como un registro de los recorridos literarios que ha realizado y que han sido determinantes en su propio quehacer creativo. En este sentido, representa una propuesta carto-corpográfica ensayística en donde la pluma de Jeftanovic va revelando sus viajes internos, externos, y la íntima relación que para ella tiene el ejercicio escritural con el cuerpo como materialidad que permite la realización de las ideas.

Esta visión carto-corpográfica de Escribir sobre el trapecio se evidencia de antemano en su índice, en donde la división de los capítulos está estructurada con base en la anatomía del cuerpo humano, pues cada capítulo hace referencia a una región corporal que para la autora resulta fundamental. Por una parte, “Región Sacra” aborda textos en donde Jeftanovic brinda una visión íntima sobre la literatura y el quehacer literario. Por otra parte, “Región Cervical” analiza narrativas contemporáneas, con énfasis en el tema de la memoria y la escritura de mujeres. Mientras que, en “Región Dorsal” recopila parte de su investigación acerca de la infancia como leitmotiv literario y textos en donde ha abordado la fotografía como objeto estético. Por su parte, en “Región Lumbar” Jeftanovic reúne algunas de sus más representativas columnas sobre teatro, en donde problematiza temáticas dialogando con las distintas propuestas escénicas. Por último, en “Escapulas” el capítulo final, la autora expone su lectura sobre aquellos autores que ha resultado pilares fundamentales para su labor, tanto por la afinidad literaria (Pedro Lemebel, Isidora Aguirre) como por el vínculo geográfico (David Grossman, Etgar Keret).

De esta manera, Escribir desde el trapecio se estructura anatómicamente, a través de regiones corporales que para Jeftanovic han sido imprescindibles para el desarrollo de su quehacer, regiones corporales que se conciben como materialidades necesarias para la construcción de la corporalidad total del libro en cuestión, el cual es resultado de la ardua sincronía entre cada una de las regiones del cuerpo, es decir, de un sistema total que las reúne, tal como el propio libro que recopila sus ensayos fundamentales.

En su Prólogo, Jeftanovic sostiene: “Escribir desde el trapecio (…) implica una postura corporal para escribir horas frente a la pantalla o consultando libros. Es necesario saber sentarse, inclinarse sobre el escritorio y descansar a intervalos para evitar contracturas. Mi obsesión por la musculatura de la espalda viene porque soy hija de kinesióloga (…) Ojeaba el manual de kinesiología (…) Me gustaba escudriñarlo porque el cuerpo humano era dibujado como una red de arterias y músculos intercomunicados” (12). Precisamente eso es lo que realiza Jeftanovic en su carto-corpografía ensayística, trazar recorridos literarios conformando un tejido con el que reviste su propia anatomía, la corporalidad material de un sistema interconectado de referencias que la sustentan y que proyectan sus pulsiones investigativas.

El título de este libro, Escribir desde el trapecio conlleva la doble acepción de la palabra “trapecio”, ya que para Jeftanovic, por un lado, éste es un músculo fundamental por ser el que guía el movimiento tanto de la espalda como de los brazos, y que, por ende, resulta imprescindible para el ejercicio escritural. Por otro, el trapecio corresponde a la barra horizontal suspendida en sus extremos por dos cuerdas paralelas que se utiliza para los ejercicios circenses o acrobáticos, es decir, un lugar en donde se está expuesto a un abismo que impele detenerse por un instante y reflexionar sobre lo que se encuentra alrededor. De este modo, Escribir desde el trapecio implica esta doble acepción, anatómica y circense, ambas ligadas al movimiento y al ímpetu, que Jeftanovic rescata asociándolas al acto escritural, tal como afirma en su Prólogo: “Todo autor es un artista del trapecio, no porque viva en las altas cúpulas, como en el cuento de Franz Kafka, sino porque se dedica a un ejercicio solitario suspendido en el vaivén de las ideas” (11).

La lista de autores sobre los cuales Jeftanovic reflexiona en su libro es amplia, nombrar algunos sería excluir a otros, por ello Escribir desde el trapecio representa un itinerario ensayístico que su autora ha realizado durante años por novelistas, poetas, dramaturgos, fotógrafos, pintores, discursos, textualidades, montajes y formatos varios, adentrándose en cada uno de ellos interna y externamente, absorbiéndolos en su propia anatomía a través de una lectura incansable y proyectándolos escrituralmente por medio de cada uno de los ensayos que componen esta recopilación.

Una carto-corpografía en donde Jeftanovic recorre el mundo de las letras desde distintas posiciones anatómicas, la de lectora, escritora, académica y crítica, y en donde el trapecio es el elemento que marca el tempo del recorrido. Porque escribir para Andrea Jeftanovic es un vaivén en donde el abismo es la puerta de entrada a la palabra.

 

Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile.

 

El volumen de crónicas, artículos y ensayos lanzado por las Ediciones Universidad Diego Portales a comienzos de esta temporada (2018)

 

 

Crédito de la imagen destacada: Jessenia Chamorro Salas