«Fausto», elenco internacional en el Municipal de Santiago: Con el mito desarrollista en las calles

El estreno del sexto título de la temporada lírica del coliseo de la calle Agustinas -en una jornada que marcó la despedida de su cargo del cuestionado director general del recinto, el aventurero francés Frédéric Chambert-, exhibió el brillante desempeño del tenor ruso Sergey Romanovsky y de la soprano chilena Marcela González, en los roles principales.

Por Deysha Poyser

Publicado el 13.11.2019

El teatro Municipal de Santiago ofrece desde este sábado 9 de noviembre hasta el próximo 16, la grand opéra Fausto del francés Charles Gounod, basada en el viejo y famoso arquetipo. Alusiva al drama de Goethe y en medio de la revuelta social más importante que ha vivido nuestro país en mucho tiempo, el título o más bien la tragedia consagrada por el alemán, ilustra muchos temas que este estallido ha puesto en el debate público y que se pueden comprender bajo el mito desarrollista. Sin embargo, la ópera es modesta en su temática y nos ofrece más bien un fragmento de esta historia. Si seguimos al best seller de Marshall Berman en el que distingue tres fases del Fausto; el soñador, el amante y el desarrollista, la ópera intenta capturar con poética ligereza al amante. Cansado hasta al hastío de horadar en su vasto mundo interior, el Fausto desea volver a vivir y a cambio, empeña su alma al diablo. Este volver a vivir, es volver a amar, volver al asombro y la pasión juvenil.

No hay normalidad. El pre-estreno gratuito abierto al público y a las 11 de la mañana, fue agradecido con gran participación. El estreno tanto internacional como estelar en el también extraordinario horario de las tres de la tarde, amasó a una cantidad de asistentes similar. Algunas palabras sobre la visualidad. Una elocuente puesta en escena, fortalecida por un trabajo de iluminación impecable y sutil. La escenografía y el vestuario de ciertos personajes (Mefistófeles), un tanto aparatosos y barrocos, acentuaron sin embargo  el carácter teatral de la pieza que hiciera famoso a su autor. Se sabe que Gounod privilegiara el canto en la composición operática en su función teatral, de manera que la música juega un rol fundamentalmente melódico de gran fuerza atmosférica. Destaca a su vez el ritmo como un elemento que hace ingresar al público en pasajes que tradicionalmente hace de espectador pasivo enfrentado al desarrollo emotivo de voces interiores, como las arias, distinto a ello, nos encontramos con ritmos populares de su época (fines del siglo XIX), como el vals que nos involucra corporalmente al evocar la danza.

Un notable ejemplo por su potencia es la famosa aria Le veau d’or. La interpretación de Daniel Miroslaw como Mefistófeles en esta escena -como en todas, realmente-, es impresionante. Es un personaje vertebral de gran presencia, cuya exigencia vocal como actoral es crítica. Siendo el bajo del elenco internacional, Miroslaw llama la atención por el dominio del gesto escénico y el color oscuro de su voz, acompañado de una brillosa sensualidad que funcionó al temperamento irónico y terrible del personaje. Las voces del Fausto (Sergey Romanovsky), Margarita (Paulina González) y Valentín (Zhengzhong Zhou), tuvieron un papel luminoso cuya solidez funcionaba por contraste a la oscuridad diabólica. Wagner (Matías Mondaca), Siebel (Marcela González) y Marthe (Evelyn Ramírez) permitieron agilizar la historia con interpretaciones frescas, particularmente esta última. La presencia del coro y la orquesta dirigidos por Jorge Klastornick y Pedro-Pablo Prudencio respectivamente, revelaron una comprensión común; orgánica coordinación y fuerza escénica para el fondo de esta historia.

La caída del Fausto casi no aparece realmente, sí la de Mefistófeles en cuanto al alma de Margarita. La pieza que vemos a diferencia del clásico de Goethe, es una que se acota a la tensión del bien sobre el mal con la libertad como móvil. El otro problema, el de hacer converger el autodesarrollo personal con el desarrollo económico y social, se sigue leyendo tanto en el clásico como en las calles.

 

Deysha Poyser es licenciada en ciencias biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y actualmente es tesista de la misma casa de estudios a través de su programa de licenciatura en estética. Sus intereses e investigaciones académicas y personales se enmarcan en una preocupación por una reflexión fenomenológica consistente sobre lo vivo, la vida, la subjetividad y la experiencia. Cultiva su amor por las artes en su tiempo libre.

 

Una imagen de «Fausto» en el Municipal de Santiago

 

 

«Fausto» en el Municipal de Santiago

 

 

Crédito de las imágenes destacadas: Marcela González Guillén.