«La bohème», en el MET de Nueva York: La esencia lírica del drama

El maestro Marco Armiliato dirigió la pieza dándole espacio a la música y permitiéndole ser la protagonista de la velada. En las arias, dúos y leit motiv uno sentía la pasión de la obra pucciniana aun antes de escuchar a ningún cantante. Cuando entraba la voz, la orquesta remarcaba los momentos argumentales y acompañaba con ductilidad en las dinámicas del volumen. Su mayor mérito fue permitir que el drama surgiera a raudales y llenara el teatro y las salas HD de todo el mundo, agotando los pañuelos de los oyentes.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 1.3.2018

El último sábado 24 de febrero, en el Teatro Nescafé de las Artes de Santiago se proyectó la función de la ópera de Puccini La bohème desde el Metropolitan Opera House de Nueva York, y la cual se verificó ese mismo día en el principal escenario lírico del planeta (el estreno correspondió al día 16).  El elenco de la presentación registrada estuvo conformado por los siguientes cantantes: Mimí: Sonya Yoncheva, Rodolfo: Michael Fabiano, Marcello: Lucas Meachem, Musetta: Susanna Phillips, Shaunard: Alexey Lavrov, Colline: Matthew Rose, Benoit/Alcindoro: Paul Plishka. La conducción de la orquesta estuvo a cargo del maestro italiano Marco Armiliato. En tanto, el mítico régie Franco Zeffirelli pensó la producción y el diseño de escena. El diseño de vestuario fue una idea de Peter J. Hall.

Marco Armiliato: Contratado por el Metropolitan para dirigir en la temporada de ópera con cuatro títulos italianos incluyendo Turandot, Madama Butterfly e Il Trovatore. Dirigió La bohème dándole espacio a la música y permitiéndole ser la protagonista dramática de la velada. En las arias, dúos y leit motiv uno sentía la pasión del drama pucciniano aun antes de escuchar a ningún cantante. Cuando entraba la voz la orquesta remarcaba los momentos dramáticos y acompañaba con ductilidad en las dinámicas del volumen. Su mayor mérito fue permitir que el drama surgiera a raudales y llenara el teatro y las salas HD de todo el mundo, agotando los pañuelos de los oyentes.

Michael Fabiano: El tenor norteamericano de origen italiano canto con un carácter más americano que latino. Poseedor de un bello instrumento, su voz sonaba llena y timbrada en gran parte del registro. De correcta presencia escénica su desplante dramático fue de menos a más a medida que trascurría la obra. Empezó algo duro y esquemático, con un rictus forzado y rígido, logrando sus mayores méritos en las escenas de conjunto y en el final al arrojarse sobre la moribunda Mimí. Su aria Che gelida manina transcurrió sin sobresaltos hasta el momento del celebérrimo do sobreagudo en donde su voz perdió calidad y armónicos sonando dura y forzada, presumiblemente debido a la tensión y a la exigencia del clímax. Off  the record se comentó, en versiones de otros medios, que durante la función de estreno (el 16 de febrero) la orquesta -al momento de comenzar el aria-, bajó medio tono de forma, por lo cual el Do se transformó en un Si, algo que se le habría comunicado previamente al tenor. Sin embargo, esta información no está confirmada. En esta ocasión, los mejores momentos los alcanzó Fabiano en los dúos con Mimí y Marcello.

Sonya Yoncheva: En su segunda colaboración de la temporada con el Metropolitan, antes había cantado una Tosca de “emergencia” ante la cancelación de la soprano Kristine Opolais. Ahora, la soprano lírica búlgara presentó una Mimí musical y dramáticamente correcta. Su aria Si, mi chiamano Mimi fue un punto alto de la velada. Su voz se adaptaba perfectamente al color exigido por la partitura. El dramatismo fue entregado a la interpretación musical no careciendo de dotes actorales, los cuales desarrolló adecuadamente en cada escena. Quizá si su punto débil fue que no pudo transmitir la fragilidad y el deterioro físico de la protagonista.

Lucas Meachem: El barítono lírico norteamericano conquistó a la audiencia con su simpatía y carisma. Su interpretación dramática de un pintor bohemio nunca pareció afectada sino que fluyó con naturalidad refrescando cada una de sus escenas. La voz resplandeció en los momentos necesarios como en los dúos con Rodolfo.

Susanna Phillips: La soprano lírica norteamericana, ganadora en 2010 del Met’s Beverly Sills Award, acometió una interpretación brillante de la caprichosa Musetta llevando a su personaje desde la frivolidad del segundo acto hasta la amiga solidaria y empática de la parte final. Su voz fue el complemento perfecto a su actuación y viceversa.

Alexey Lavrov: Nos mostró a un Schaunard activo y movedizo en los dos primeros actos, y el cual se complementaba perfectamente con el carácter más reservado y académico del filósofo Colline. Brilló especialmente en el primer acto siendo un partner efectivo del pintor y poeta en la primera parte de esa fracción escénica. Su voz poseía un color fresco y juvenil además de volumen. Su actuación brillaba dentro de los límites de su personaje. Un verdadero acierto.

Matthew Rose: El bajo norteamericano exhibió al filósofo mesurado y bonachón que requiere el libreto. Se complementó bien con sus compañeros de bohemia y nos brindó una emotiva aria Vecchia zimarra, senti, cuando se desprendía de su abrigo en un acto de caridad hacia Mimi. Su repertorio abarca roles secundarios en óperas italianas y alemanas, además de oratorios.

Paul Plishka: Cumple con la tradición del Metropolitan de grandes cantantes que terminan sus carreras en roles secundarios casi siempre cómicos. Cumplió con el oficio que aporta una dilatada trayectoria operística.

Dos últimas menciones:

1) Franco Zeffirelli: Este destacado artista y senador italiano aún activo a sus 95 años nos presentó una producción con guiños expresionistas sobre todo en el primer acto, con una escenografía que siendo teatralmente correcta tenía la virtud de adaptarse eficazmente a la transmisión por HD a todo el mundo. Así, pudo apreciarse en esa pieza – ático, con un coqueto balcón durante la parte inicial de la obra. El segundo acto nos movilizó fehacientemente al barrio latino de París, Montmartre y sus cafés, en un hipotético fin de siglo XIX. La visión teatral de Zeffirelli fue apuntalada por un gran y eficaz diseño de vestuario de 2) Peter J. Hall, cuya principal virtud era que la gente común y corriente, los soldados, los niños, los artistas, las floristas lucían elegantes con ropas sencillas cuyos colores y confección aportaban a todo el conjunto.

Como anécdota cabe agregar que, dentro del elenco del Metropolitan, en el rol de Shaunard, en la función del día 1 de noviembre de 2018 de «La bohéme», cantará el barítono chileno Javier Arrey.

La próxima cita en el Teatro Nescafé de las Artes, en tanto, se encuentra fijada para el sábado 10 de marzo, a las 15:00 horas, cuando se proyecte en vivo y en directo desde el escenario del MET de Nueva York, y nuevamente en calidad HD, el montaje de Semiramis (1823), obra del compositor italiano Gioachino Rossini. Para mayor información, revisar aquí.

 

La soprano Sonya Yoncheva (Mimí) y el tenor Michael Fabiano (Rodolfo) en la versión de «La bohéme» 2017-2018 del MET de Nueva York

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: La soprano búlgara Sonya Yoncheva en el rol de Mimí, en «La boheme» de la temporada 2017-2018 del MET de Nueva York