María Paz Narbona y Claudia Pérez: «Realidad Poética es una muestra de la capacidad organizativa de la comunidad al margen de las políticas culturales estatales»

Las organizadoras del Primer Festival de Poesía que se desplegará el próximo sábado 3 de agosto en el Centro Agustín Ross de Pichilemu (Sexta Región del país), y que reunirá a un grupo de destacados y de prometedores artistas multidisciplinarios de la escena local, describen al Diario «Cine y Literatura» su experiencia y reflexiones después de crear vínculos creativos en una localidad de la provincia costera -alejadas del manto protector del Estado- y de los hasta el momento ausentes lineamientos en el área, por parte del gobierno de Sebastián Piñera, en las comunas periféricas de Chile.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 30.7.2019

La poesía atraviesa al modo de un oxígeno invisible la existencia de María Paz Narbona y de Claudia Pérez, dos gestoras culturales chilenas e independientes: ambas tienen en la creación de imágenes literarias, es decir mediante el uso libre de la palabra escrita, la manifestación de una fuerza espiritual que les proporciona un consuelo, y también el arma de una batalla que nunca acabará, puesto que jamás ha comenzado: la descentralización de la labor artística al interior del país -impulsada desde el poder político y administrativo central del Estado-, llámese este «ministerio», «seremi» y a veces también municipio.

En este diálogo con el Diario Cine y Literatura, las organizadoras del Primer Festival «Realidad Poética» 2019 de Pichilemu, y que reunirá a treinta artistas consagrados (pensemos en Lila Calderón) y a otros que recién dan sus primeros pasos en el circuito creativo (como los escritores Rodrigo Torres Quezada y Emersson Pérez), analizan lo que significa emprender un quehacer cultural autónomo desde la provincia costera, los esfuerzos que han debido forjar a fin de llevar a cabo la iniciativa que verá la luz el próximo sábado 3 de agosto en el Centro Agustín Ross de Pichilemu, y su visión del impacto que han tenido las políticas en el área, enunciadas por el gobierno de Sebastián Piñera, desde su rol conductor a través de la acción ejecutiva del recientemente instalado Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

 

-¿Cómo se conocieron, y de qué manera empezaron a trabajar juntas y se establecieron en Pichilemu?

-Nos encontramos por alcance, por vivir en un pueblo muy pequeño, por compartir en la rutina espacios comunes. Cuando recién nos conocimos hablamos de hacer un proyecto visual, eso quedó en el tintero porque justo viajé en el verano a Santiago a estudiar música y Claudia viajó a otra localidad a construir su casa. Al volver, estuve enclaustrada tres meses escribiendo y justo coincidimos en un momento cuando Claudia había ganado el Fondart para desarrollar la feria del libro en Pichilemu y yo había terminado de escribir un libro de poesía. Le mostré mi libro, lo leyó y me propuso la idea de hacer un festival que nos sacaría del autoexilio.

 

-¿De qué forma nació la iniciativa del Festival Realidad Poética?

-La iniciativa surge de las ganas de terminar con el aislamiento en el que vivíamos hace ya un tiempo, de inventar un espacio habitable y estimulante, de hacerle frente al contexto histórico en el que nos encontramos. Algo que rompiera con los formatos típicos, algo que desbordara los límites y nos diera otro tipo de experiencias. Una instancia que nos permitiera congregarnos de otra manera. Desde ese tipo de problemáticas es que surge Realidad Poética. Luego de vivir varios años en ciudades más grandes, con una oferta cultural mucho más diversa y con personas viviendo esa diversidad, nos encontramos la una a la otra, una vez más en el pueblo fantasma de Pichilemu invernal y nos dijimos, tenemos que hacer algo. Esto fue lo que salió.

 

-¿Desde hace cuánto tiempo planifican este proyecto?

-Desde hace dos meses. Dos meses de mucho trabajo, de apostar por algo imposible, un proyecto que habitaba sólo en nuestra imaginación.

 

-¿Podrían reseñar un breve perfil biográfico e intelectual de cada una?

-Nací y crecí en Santiago, en Peñalolen para ser exactos. De algún modo, es un lugar donde se habita la ruralidad. Empecé a escribir poesía desde que era una niña y en algún momento de mi adolescencia me detuve. Se tornó peligroso para mi, el acto de escribir me mostraba una intensidad de mi misma que me asustaba. A los 19 años me fui a Buenos Aires a estudiar durante un año y regresé porque colapsé con el mundo universitario y con el mundo moderno en general. Me retiré a la ruralidad, me fugué de las aprehensiones y partí rumbo a Cauquenes, Región del Maule. Ahí conocí a los personajes bohemios del pueblo, poetas, músicos y también la decadencia propia de un lugar sin ningún tipo de desarrollo más que la pujante industria vitivinícola. Formé una banda y empezamos a tocar en los únicos dos bares dónde aceptaban música en vivo. Volví a Santiago, al centro mismo, siempre muy cerca de la música. Estudié traducción y decidimos probar suerte en Pichilemu. Empecé a componer canciones, a escribir letras y terminé llegando de vuelta a la poesía sin proponérmelo. Volví a ella por que nunca me fui. Siempre estuvo, siempre ha sido el lugar imposible dónde me gusta estar.

 

Mi nombre es Claudia Pérez, nací en Malmö, una ciudad al sur de Suecia, el año 1980.

Viví allí hasta el 93′ que fue cuando “volvimos” a Chile y aquí estudié traducción. Saliendo de eso me fui a España en donde estudié fotografía. Viví en Málaga durante casi siete años, allí participé del colectivo Konektin Pipol, trabajé en un proyecto fotográfico llamado Santiago, expuse en tres espacios distintos y trabajé con la compañía de teatro Bajotierra.

Volví a Chile el año 2010. Llegué prácticamente directo a vivir al campo pelarquino, con mi hija de 3 años. Allí fui cofundadora del colectivo Manifiesto Artístico Cultural Pelarco, estudié gestión cultural en Surmaule y en Trama, y trabajé con la compañía de teatro Pat´Coté.

En Pelarco además creé un vivero junto a mi compañero y preparé una exposición llamada Éxitasis del midsommar que fue exhibida en Filsa el año 2015 y también fue publicada en la revista catalana Carpaccio Magazine.

Llegué a Pichilemu el 2018, en marzo. Nada más llegar tejí mucho, pinté otro tanto y mi paseo diario era a la biblioteca y el segundo semestre del año pasado trabajé junto al Canal Comunitario Pichilemu TV en el Festival de Cine de Pichilemu.

 

-¿Cuál es la fundamentación estética del Festival Realidad Poética?

-La fundamentación estética de Realidad Poética se basa en nuestra curiosidad de ver un encuentro multidisciplinario con la poesía como protagonista. De ver la potencia de todos los participantes en acción, del deseo de tener esa experiencia. Es nuestra capacidad imaginativa lo que nos impulsa. Todo lo que suceda será una sorpresa, el producto aún no lo conocemos. Imaginamos el comienzo de Realidad Poética y estamos a la espera de ver lo que sucede.

 

-¿Se podría decir que el Festival es una elaborada y crítica respuesta al centralismo de las políticas culturales surgidas desde el alero del Estado?

-El Estado chileno no entiende o no tiene la voluntad de comprender el quehacer del artista y su relevancia. Y en este sentido, el centro tampoco se salva. Las políticas culturales del Estado se basan en una dinámica de competencia, de concurso. Este formato de desarrollo hace desistir a cualquiera y termina generando distancias entre los participantes de la escena literaria, porque el otro se ganó el Fondart, porque uno entre cientos logró editar su libro. En respuesta la comunidad se organiza. Existen cientos de editoriales independientes que sobreviven por la pura convicción de quienes las inician y este compromiso se debe al talento y a la potencia de los escritores chilenos. Mientras que el Estado chileno no hace más que reproducir sus dinámicas de precarización en todos los ámbitos posibles. Hablan de integración, de diversidad, de descentralización pero en términos reales, terminan entregándole espacios sólo a los ganadores que son un porcentaje ínfimo.

Las municipalidades, organismos fundamentales en el mundo rural, son un laberinto de burocracia y de conversaciones muchas veces estériles. Te piden un montón de requisitos para que al final una termine trabajando gratis para el Estado en el desarrollo de sus políticas culturales y además, te tratan como si ellos te hicieran un favor. En resumen, el festival de poesía Realidad Poética, es una muestra de la capacidad organizativa de la comunidad al margen de las políticas culturales estatales.

 

En tanto gestoras culturales independientes, ¿cuál es su visión de la acción creadora en la práctica del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio durante el gobierno de Sebastián Piñera?

-Creemos que la labor del Ministerio de las Culturas y las Artes durante el gobierno de Sebastían Piñera ha sido nefasta. Basta con observar lo que ha sucedido con el aporte que dejó de percibir la industria del cine. Banco Estado, empresa que genera utilidades del orden de 9.600 millones al año, los dejó sin el aporte para ellos insignificante de 200 millones, mientras que para toda la sociedad de artistas asociados a esa industria este aporte era fundamental. Nos preguntamos, ¿dónde esta la real motivación tras un movimiento político de ese tipo? ¿Cuál es la voluntad del Estado chileno en estos tiempos en cuanto al desarrollo cultural de nuestro país? Claramente, nos encontramos ante una contradiccón profunda y una hipocresía indignante.

 

¿Tienen algún referente profesional o artístico femenino a quien admiren en su labor en ese sentido?

-Nos parece muy interesante el trabajo del colectivo Pliegue, una multiplicidad filosófica estética que busca nuevos formatos de funcionamiento al margen de las politicas culturales y educativas del Estado.

 

-¿Cuáles son sus expectativas concretas en relación a esta iniciativa para la comunidad de Pichilemu?

-Queremos generar una instancia desde la comunidad y para la comunidad de Pichilemu dónde la diversidad y el desarrollo de la cultura sea realmente el motor de marcha. No tenemos más expectativas que las de poder tener la experiencia de este encuentro.

 

-¿Se imaginan al Festival Realidad Poética proyectado a lo largo de los años y de cara al futuro del balneario y de la Región?

-Nos imaginamos a Pichilemu como un centro cada vez más activo en la generación de artistas. Que la poesía lo inunde todo. Que la poesía nos muestre eso que habita en los bordes de nuestra imaginación. Esperamos que el Festival Realidad Poética crezca y sea el hogar donde se recibe a los artistas como se merecen, con mucha atención, con mucho afecto y con la mejor disposición del mundo.

 

El Primer Festival Realidad Poética 2019 se efectuará el próximo sábado 3 de agosto en el Centro Cultural Agustín Ross de Pichilemu, a partir de las tres de la tarde, con tres minutos.

 

Programación del Primer Festival Realidad Poética de Pichilemu

 

 

Afiche oficial del Festival «Realidad Poética» 2019

 

 

El Centro Cultural Agustín Ross de Pichilemu

 

 

Imagen destacada: Las gestoras culturales María Paz Narbona y Claudia Pérez.