«¿Podrás perdonarme?»: La hermandad del resentimiento

Nominada a tres premios de la Academia que se deciden este domingo 24 de febrero en Los Angeles, California, se exhibe en la cartelera local este largometraje de la realizadora estadounidense Marielle Heller, y al cual nuestra redactora argentina ha definido como un drama exhaustivo, cuidado en los detalles, sólido, sin concesiones, humano, y sutil en temas tabú: una lúcida reflexión sobre la identidad y el arte, en definitiva.

Por Alejandra M. Boero Serra

Publicado el 24.2.2019

«… ¿Una buena falsificación no puede dar tanto placer como el original? ¿En un punto no es lo falso más verdadero que lo auténtico? ¿Y en el fondo no es el mercado el verdadero escándalo?…».
María Gainza, en La luz negra

Un buen personaje y una buena historia, con eso cuenta la directora Marielle Heller (responsable también de Diario de una chica adolescente, 2015), además del excelente guión de Nicole Holofcener (Saber dar, Una segunda oportunidad, La tierra de hábitos constantes) y Jeff Whitty. El argumente parte con las memorias de Lee Israel, una escritora de biografías que ya no tiene llegada al público y, tampoco, acceso a las editoriales. Esto genera la imposibilidad de llevar una vida digna y la caída libre en la, casi, indigencia: no poder solventar un alquiler ni costear los gastos veterinarios de una mascota, quizás el único por el cual se sintió querida la protagonista.

Esta mujer sumida en la depresión, en la sensación de fracaso , en la certeza de que las reglas del sistema no son las que ella elige para funcionar en sociedad, en la disyuntiva de volver a escribir para seducir a las casas editoriales y a los lectores, sin la seguridad de poder crear una historia propia, de confiar en su propia voz, encuentra una carta «original» y decide venderla. El posible comprador no la ve demasiado atractiva y allí la brillante y «original» idea de «mejorarla» y así empezar una empresa delictiva para sobrevivir: falsificar y vender cartas íntimas de autores que ama y conoce a la perfección como Noël Coward, Lillian Helman o Dorothy Parker. Una ironía, o crítica a la razón cínica de nuestra época: reafirmar su identidad y su dignidad haciéndose pasar por otros. Pero los coleccionistas, la justicia y el FBI que con su entrenada paranoia pisa su sombra y su impostura, no entienden de mímesis y poiesis…

En el descenso al infierno Lee conoce al dandy gay Jack Hock, un hombre rebelde, un libre y desprejuiciado que va a hacer lo que sea para ganarse la vida: tanto ayudar a esta heroína tan fuera de estereotipos -resentida, alcohólica, desastrada, en fin, un personaje, en principio, poco simpático para cualquier platea- como traicionar una amistad construida a base de decepciones compartidas.

Dos seres curtidos en la adversidad encarnados en dos actores en estado de beatitud: Melissa McCarthy (Damas en guerra) y Richard E.Grand ( británico omnipresente en filmes y series de todos los géneros) merecidamente nominados a mejor actriz y mejor actor secundario en los premios Oscar 2019, y cuya entrega ya estamos palpitando (hoy domingo 24 de febrero). Una dupla con química que termina conquistando al espectador, aún cuando la intención de la directora no es narrar una historia condescendiente y melodramática. Estamos frente a un drama real donde la comedia se cuela en dialógos ríspidos e inteligentes.

Grandísimo mérito de un guión que mereció la tercera nominación en los premios de La Academia. Y tópicos – ¿qué es una copia, qué es un original?, las máscaras y la ingenuidad ante la fama «eternamente pasajera», la hipocresía del mundo de los coleccionistas-, que ayudan a repensarnos.

En un Manhattan de los años 80′ y 90′ ambientado a lo Woody Allen, los vericuetos de la ilegalidad por fuera del thriller, una biopic que atrapa sin subrayar en las emociones fáciles, una cámara lenta y sobria, que de manera lineal pone en escena toda una humanidad vulnerada y vulnerable en la piel de personajes complejos, reacios a la empatía, bloqueados social y emocionalmente. Un lujo de película que merece una mirada atenta.

Exhaustiva, cuidada en los detalles, sólida, sin concesiones, humana, sutil en temas tabú: una lúcida reflexión sobre la identidad y el arte, ¿Podrás perdonarme? (Can You Ever Forgive Me?, 2018) es una obra para recomendar por su sinceridad. Ojalá elijamos detenernos en estas ficciones que se abren a preguntas filosóficas y estéticas que nos siguen interpelando: las disrupciones en el arte y en la vida. ¿Realidad, ficción, original, copia? Quizás, indagar en lo que significa el/los simulacro/s.

Alfombra roja y good show!

 

Alejandra M. Boero Serra (1968). De Rafaela, Provincia de Santa Fe, Argentina, por causalidad. Peregrina y extranjera, por opción. Lectora hedónica por pasión y reflexión. De profesión comerciante, por mandato y comodidad. Profesora de lengua y de literatura por tozudez y masoquismo. Escribidora, de a ratos, por diversión (también por esa inimputabilidad en la que los argentinos nos posicionamos, tan infantiles a veces, tan y sin tanto, siempre).

 

Los actores Richard E. Grant y Melissa McCarthy corren por el Oscar en diversas categorías esta noche, gracias a su trabajo en «¿Podrás perdonarme?» (2018)

 

 

 

 

Alejandra M. Boero Serra

 

 

Tráiler: