«Radiotanda»: El desafío de encarnar el pasado

Las nuevas generaciones nunca tendrán la oportunidad de ver a Ana González y seguramente muy pocos saben quién fue. Ahora bien, lo que sí podemos hacer es llevarla a nuestro tiempo, personificarla en esta época, haciendo analogías con las problemáticas que existieron en la década de 1960 y las coyunturas sociales, políticas y culturales, de hoy en día.

Por Eduardo Taylor

Publicado el 23.09.2017

El radio teatro se toma las tablas de la sala Mori con “Radiotanda”. La obra da un homenaje al famoso programa humorístico de los años ’60 que tenía como protagonista a la actriz Ana González (1915 – 2008) que hacía de la “Desideria”. Una empleada doméstica que exigía que le respetaran sus derechos laborales. Ana González marcó a generaciones de oyentes gracias a su talento y a su carisma. La responsable de encarnar a la “Desideria”, en esta ocasión, fue la intérprete Ximena Rivas.

Una gran cortina roja se derrama desde el fondo del escenario. En un rincón están los vestidos de la “Desideria”, su traje de nana, su abrigo de zorrillo, sus sombreros pertenecientes a otra época. Al medio hay un gran piano de cola que es ejecutado solemnemente por Angelo Solari, quién además participa del radio teatro interpretando a algunos personajes.

También contamos con el talento vocal de Braulio Martínez, quien encarna al fallecido locutor Ricardo Montenegro. Él mismo recrea un símil de la publicidad que emitía la radio por aquellos años. Por último, tenemos al músico Daniel Salas, el cual interpreta las percusiones y el acordeón. Este último instrumento logra darle un ambiente afrancesado a la obra, lo que estaba de moda por esos años.

Así, este elenco se encarga de representar un mundo que ya no está, un humor de un país que hemos dejado atrás. Por lo mismo, la propuesta puede ser riesgosa, el humor es uno de los géneros más difíciles de tratar. Además, tiene un carácter efímero que hace preguntarnos: ¿lo que fue chistoso en los años ’60 puede ser gracioso en el Chile del año 2017?

Ximena Rivas se mueve con mucha energía en el escenario, ella luce bien, tan bien, que quizás su interpretación podría no ser sincera. Encarnar a un actor es una labor difícil, más aún si el género elegido es el humor. Por lo mismo, a veces da la sensación de que se sobre explotan ciertos recursos cómicos, tales como bromear gritando y bailar flamenco o pronunciar mal una palabra complicada.

Konstatín Stanislavsky consideraba que la encarnación de un personaje no tiene que ver con recrearlo al pie de la letra, la gracia está en interiorizar el movimiento y buscarlo con el cuerpo, de manera que no sea posible distinguir entre el intérprete y el papel. Si hay una frontera entre el intérprete y el papel, el movimiento se vuelve artificial. De todas formas, el público familiarizado con el programa y con las producciones de la actriz puede sentirse a gusto.

Las nuevas generaciones nunca tendrán la oportunidad de ver a Ana González y seguramente muy pocos saben quién fue. Ahora bien, lo que sí podemos hacer es llevarla a nuestro tiempo, encarnarla en esta época, haciendo analogías con las problemáticas que existieron en la década de 1960 y las coyunturas sociales, políticas y culturales, de hoy en día. El desafío de resucitar el pasado sigue presente buscando esas analogías.

Quizás, sería más novedoso realizar una encarnación de Ana González que abarque su personalidad con múltiples matices. No sólo el lado jocoso de la “Desideria”, sino también su humanidad. La actriz luchó contra la dictadura militar, escondiendo a refugiados políticos en su propia casa. También tuvo una relación lésbica que ocultó durante toda su vida. Por último, el alzhéimer la término alejando del teatro. Eso potenciaría enormemente la catarsis entre el público y su cercanía con Ana González.

 

La actriz Ximena Rivas se mueve con mucha energía en el escenario, ella luce bien, tan bien, que quizás su interpretación podría no ser sincera

 

Quizás, sería más novedoso realizar una encarnación de Ana González que abarque su personalidad con distintos matices: su militancia política y su sexualidad lésbica, por ejemplo

 

Ficha técnica:

Sala: Teatro Mori Bellavista

Dramaturgia: Ximena Rivas

Dirección musical: Ema Pinto

Dirección artística: Ema Pinto y Mariana Muñoz

Elenco: Ximena Rivas, Ángelo Solari, Braulio Martínez y Daniel Salas

Vestuario: Carla Casalli

Producción: Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM

Edad recomendada: Desde 12 años

Duración: 60 minutos

Temporada: Del 21 de septiembre al 1 de octubre

Horario: Jueves a sábado 21:00 horas y domingo 20:00 horas

Valores: Jueves y domingo $8.000, viernes $10.000 y sábado 12.000 general

Dirección: Calle Constitución Nº 183, Providencia, Santiago

 

Crédito de las fotografías: Jorge Sánchez, del Teatro Mori Bellavista