Reposición de «Prefiero que me coman los perros»: El impacto emocional de un relato

El montaje que reinstala la sala Taller Siglo XX Yolanda Hurtado es un texto nacido de un evento real llevado a las tablas, mas no es una crónica. La obra merece una revisión justamente por el contenido, por cómo la noticia extraída de los medios golpea tan fuerte a la comunidad que se replantea una ficción para escarbar en lo que la prensa entrega superficialmente, pero no contando la realidad, sino que mintiendo en la ficción para escarbar en algo que el diagnóstico de la cotidianidad no está proporcionando. Y la pieza, en sí, es un choque necesario al espectador.

Por Faiz Mashini

Publicado el 16.11.2017

Casos muy distintos pero de fenómenos similares, como la película “El caballo de Turín” del director Bela Tarr, se inspiran en el momento en que Friedrich Nietzsche se abraza a un caballo en la calle que es violentado por el cochero. El filósofo alemán se atormenta no de esa escena, sino de la violencia del hombre como especie. Marca tal precedente, que el autor decide internarse en lo desconocido: la intimidad del personaje que azota al animal, seguirlo, y ver dentro de su casa, la miseria de aquel hombre y de Europa completa a fines del siglo XIX.

Un evento real registrado en la biografía de uno de los pensadores más emblemáticos, permite elucubrar. La imaginación construye una historia que se desprende de la realidad, y se adentra en una intimidad inventada para explicar un problema. Ese fenómeno ocurre con “Prefiero que me coman los perros”. Aunque la anécdota es totalmente diferente, tiene algo en común. Nace de un hecho insoportable registrado en los noticiarios, proponiendo la tragedia como principio del relato, pero se adentra en una problemática sicológica como punto de partida para el ejercicio teatral y dramatúrgico, indistintamente.

Esto nos hace cuestionarnos, el por qué de la ficción, y de toda disciplina narrativa. ¿Cuál es la función de un relato a nivel social?

En la página 110 de la revista creada por George Bataille, Acéphale, dice lo siguiente:

“El mito, en el sentido literario y platónico del término, es un procedimiento que reemplaza la prueba por el relato y la demostración por la imagen”.

¿Qué significa? Más que dar una respuesta propiamente tal, me interesa verificar lo que esta compañía ha desarrollado, y es por eso que pongo un ejemplo cualquiera de una historia que surge de un hito de la realidad, para imaginar una posibilidad nueva, proponiendo teatralmente, a través de este relato y de esta imagen.

Ocurre algo distinto en un espacio como Taller Siglo XX Yolanda Hurtado. En un teatro de cámara, todo se hace más cercano, acentuando la noción de estar inmerso. Como la puesta en escena está dada por un espejo, que enfrenta al público, hacia arriba una diagonal edifica un techo de espejo, también se está más abajo. La paleta cromática de los vestuarios también se percibe más evidente. Predomina así un color rojizo cercano al burdeo, en la vestimenta de los tres personajes, combinado con colores más fríos pero apastelados como el azul de jeans o el verde del vestuario del uniformado. Las luces también sugieren un reforzamiento a esta paleta cromática, siendo mayor la captación de los colores teñidos en esta misma lógica del color. Al estar más lejos se gana en la imagen, pero al estar más cerca se potencian las perspectivas y la presencia del actor, los tonos y las sutilezas de la voz y el fraseo.

Esta es una obra necesaria de revisar, pues propone una realidad claustrofóbica, inmersa en la sicología de los tres personajes, acentuando la noción de que es preferible algo tan grotesco y terrorífico como ser devorado por canes, antes que enfrentar un cotidiano normal, luego de la tragedia.

 

La escritora y actriz chilena Nona Fernández, quien acaba de obtener en México el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, debido a su actividad literaria

 

Ficha técnica:

Dirección: Jesús Urqueta
Dramaturgia: Carla Zúñiga
Elenco: Nona Fernández, Monserrat Estévez, Cristián Keim, Nicolás Zárate
Producción: Ana Cosmelli
Diseño de espacio e iluminación: Belén Abarza
Diseño de vestuario: Tatiana Pimentel
Diseño sonoro: Álvaro Pacheco
Diseño gráfico: Javier Pañella
Video: Eduardo Bunster
Realización escenografía: Manuel Morgado y Nicolás Muñoz
Fotografías: Andrés Lagos
Prensa: Carlos Bonomini
Técnico de video: Francisco Herrera

Funciones: Desde el 3 al 26 de noviembre de 2017
Horario: Viernes y sábado a las 21:00 horas, domingo a las 19:30 horas
Valor de las entradas: $6.000 general, $4.000 estudiantes y tercera edad
Sala: Taller Siglo XX Yolanda Hurtado
Dirección: Calle Ernesto Pinto Lagarrigue Nº 191, Barrio Bellavista, Recoleta, Santiago

 

Crédito de las fotografías: Taller Siglo XX Yolanda Hurtado