Toni Morrison: Genia y figura de la literatura estadounidense contemporánea

Se ofrece una semblanza crítica a la obra de la narradora norteamericana y Premio Nobel -quien acaba de fallecer-, y donde se repasan sus creaciones artísticas claves, desde la inaugural y desgarradora «Ojos azules», hasta la postrera, y todavía no traducida al castellano, «God help the child».

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 10.8.2019

Con la publicación de su primera novela, Ojos azules, Toni Morrison se transformó en una escritora única, pavimentando una avenida que la transformaría en una de las principales exponentes de la literatura estadounidense contemporánea. La penúltima norteamericana en obtener el Premio Nobel de Literatura, ostenta otra peculiaridad: es la única mujer afroamericana en haber recibido el galardón.

Con su Masters (investigación centrada en algunos exponentes de la llamada corriente de conciencia, como William Faulkner y Virginia Woolf, cuyos ecos se pueden ver en muchas de sus novelas, notablemente en Ojos azules), Morrison trabajó por varios años como editora para la editorial Random House, donde tuvo un rol crucial al posicionar textos de escritores afroamericanos. En esa frecuencia circula la narrativa de Morrison, quien, una y otra vez, volvió al terreno racial con cada propuesta, y se resistió a privilegiar personajes “blancos” en sus novelas. Las “tramas” de Morrison son abismantes: Ojos azules trata de una niña despreciada por todos por su fealdad, y cuyo único deseo y móvil en la vida, es conseguir tener ojos azules, como las actrices que identifica en la pantalla del cine hollywoodense. Su ídolo es Shirley Temple y su ideal de belleza es el que se le ha introyectado a tal nivel, su propia imagen es aborrecible hasta para ella misma. Todos abusan de este cuerpo dócil que pasa a transformarse en un depósito de prejuicios raciales para hablar de lo que se nos impone como ideal de belleza en una sociedad segregada. En su novela Una bendición (que obtuvo el premio Pulitzer) vemos a una madre con tintes bíblicos, Sethe, quien mata a su propia hija, de dos años, pues prefiere que muera a entregarla a la plantación de Kentucky de la cual han escapado, y donde, gracias a la reversión de leyes, es exigida.

El único “cuento” que Morrison escribió, según su propia opinión, es “Recitatif”, un relato con dos niñas, Twyla y Roberta, conviviendo en un centro de acogida. Aquí, la estrategia es la de no explicitar la raza de ninguna de las dos. Nunca sabemos realmente cuál de las dos chicas es afroamericana, y, de este modo, su narración pone a prueba las certezas y, notoriamente, los prejuicios, con el solo ejercicio de lectura. Ese relato, que también cuenta con un simbolismo de tintes religiosos –hay un jardín que hace eco del jardín del edén y su perdición: el conocimiento–, también nos muestra a ese otro, Maggie, la cocinera sordomuda, con una discapacidad y que ha sido abusada; Maggie altera las percepciones de las dos protagonistas, quienes, después de años de desencuentro, coinciden en su vida adulta y el fantasma de Maggie está ahí para penarlas. Las versiones son disímiles; Twyla y Roberta discrepan en su recuento de los abusos y del cruel ataque en el jardín, donde (supuestamente) masacraron a Maggie. Tampoco sabemos la raza de Maggie y no queda claro si las niñas abusaron de ella o no, en su intento por vengarse inconscientemente de sus propias madres, incapacitadas de criar a sus hijas, relegadas al orfanato.

La última novela que Morrison publicó es God help the child (2015), y su pluma no ceja en su intento por dar voces a los marginados raciales de su país. Y su mensaje parece más actual que nunca, a la luz de la creciente violencia que el país ha atestiguado estos últimos años, recurrentemente. Su última ficción (se espera un libro de ensayos este año), God help the child, nos muestra a Bride, la protagonista veinteañera, como centro narrativo. La novela está contada por distintas voces, y, a través de ellas, vemos con nitidez el trauma que inconscientemente carga Bride, quien circula por las páginas con inocencia, sin dimensionar el estigma que acarrea. Su madre es afroamericana, pero de tez clara, al igual que el padre, y siente que algo no anda bien en el mismo momento del parto, cuando comprende que su hija es de un tono tan oscuro, es tan negra, que la rechaza: le impide llamarla Madre o mamá. A cambio, le ofrece el apelativo “Sweetness” (Dulzura). Tampoco la castiga físicamente, pues evita a toda costa tocarla; la envía a su pieza y así sortea cualquier contacto físico para con su hija. Sin embargo, Bride se transforma en una chica bella a cargo de una empresa de cosméticos. Su belleza es la del otro, del exotismo. Un diseñador le recomienda usar solamente blanco, para resaltar su piel. Y eso es lo único que Bride usa, fascinada al descubrir las numerosas tonalidades del blanco: marfil, ostra, blanco papel, nieve, crema, champaña, fantasma, hueso, etcétera.

En una de sus últimas entrevistas, Morrison comentó que su idea era separar el color de la raza y enfatizar su rol como construcción social: ese ranking de color donde los privilegiados son aquellos cuyo tono es más cercano al blanco, y los perdedores aquellos cuyo tono se aleja del ideal; vale decir, se oscurece. Esta preocupación se manifiesta en la novela de manera metafórica, sutil, y, sin embargo, es una alerta que habla de esa mirada discriminadora que cae sobre ciertas víctimas del sistema, incluso en el circuito más íntimo y familiar. En escenas cargadas de indirecta crítica social, la madre de la protagonista confiesa: “Su color es una cruz que cargará siempre. Pero no es mi culpa. No es mi culpa. No es mi culpa. No lo es”.

 

También puedes leer:

La canción de Salomón, de Toni Morrison: Lucha de gigantes.

 

Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es escritor, periodista y PhD en literatura hispanoamericana por la Washington University in St. Louis, Estados Unidos. En la actualidad ejerce como profesor titular de la Universidad Chileno-Británica de Cultura y académico de la Universidad Andrés Bello, y su última novela publicada es Sinestesia (Editorial Cuarto Propio, Santiago, 2019).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Gold Help the Child», de Toni Morrison (Estados Unidos, 2015)

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: La escritora estadounidense Toni Morrison (1931 – 2019).