«Alexis de Tocopilla»: Una crónica de “Tropitambo”, el nuevo libro de Rodrigo Ramos Bañados

La íntima semblanza que efectúa el periodista y escritor nortino acerca del goleador histórico de la Selección Chilena de Fútbol, y la indagatoria en torno a su relación con el entorno humilde y carente, pero acogedor, donde se formó humana y emocionalmente el hoy crack del Manchester United, y cuya biografía ha inspirado una obra cinematográfica, en etapa de filmación en la actualidad.

Por Rodrigo Ramos Bañados

Publicado el 30.12.2018

La historia es conocida. Gracias a la bendición del fútbol un niño dejó las secas calles de un pueblo deprimido del desierto de Atacama, y un destino incierto. Su gambeta indescifrable —que rememora al Garrincha del Mundial del ’62— navegó por el Río de la Plata, y luego lo recaló en Italia, donde hoy es estrella y considerado un diamante casi pulido, casi. Según esas tasaciones de futbolistas —que para algunos más parecen un mercado de esclavos o de gladiadores— Alexis Sánchez cuesta hoy 30 millones de euros, lo mismo que vale un Boeing 747. O hilando más fino, si convertimos los euros en pesos, Alexis cuesta alrededor de 19 mil millones de pesos. Tocopilla requirió 15 mil millones de pesos para su reconstrucción después del terremoto de 2007. Alexis cuesta lo que vale su ciudad.

Gracias a este “santo jugador” —digno de rezos en la demencia futbolística—, Tocopilla reapareció en el mapa. Así lo afirma el historiador y docente Damir Galaz. “Con él, Chile y el mundo recordó que hay una pequeña aldea salitrera económicamente marginal al norte de Chile. Porque si vemos los reportajes sobre Alexis, la gente se sorprende con la pobreza de Tocopilla y hacia el exterior se cuestiona la imagen desarrollada de la región minera de Antofagasta y vuelve a surgir la realidad de los países latinoamericanos en cuanto a la marginalidad y postergación de los pequeños pueblos, a los cuales ese crecimiento económico no les llega”.

Tocopilla ha sido generosa a la hora de parir futbolistas. Alexis engrosa esa larga lista de astros tales como Tomás “Rata” Rojas, de Colo Colo; Daniel Chirinos de Audax; Ascanio Cortés, el primer chileno en jugar en River Plate, y el caso de otro mundialista: Armando “Colo Colo” Muñoz. “Pero como el fútbol es más masivo, evidentemente, Tocopilla se nombra mucho más. Ahora sabemos que cuando anda por acá la televisión, es básicamente por Alexis Sánchez. Antes de eso, la tele sólo venía cuando le pegaban al viejo pascuero, o por algún accidente grande. Ni siquiera por la grave contaminación o el terremoto”, afirmó Galaz.

Alexis, de algún modo, es remedio para las tristezas de Tocopilla. Una pastilla dulce en medio de la amargura. Una ilusión.

Los casi 31 mil habitantes de Tocopilla saben cuándo el niño llega a su palacio. “Pueblo chico, infierno grande”, dicen en el mercado. La ciudad muta. Tal vez muchos sueñan con el millonario Farkas y su “plata a la chuña”, y ahí está el problema.

La casona donde vive su madre Martina está ubicada en la calle Orella de Tocopilla, en el sector norte alto, cerca del cementerio. Todos saben dónde queda, basta preguntar. Es el refugio del futbolista cuando regresa. Tiene todas las comodidades. Últimamente se aísla allí con su familia y amigos. Galaz afirma que las afueras de su casa se llenan de admiradores, de gente curiosa que quiere verlo, que trata de saber algo, “es como bien folclórica dicha situación: la gente afuera esperando alguna señal del astro, hay tacos, no se puede estacionar, le golpean la puerta… Y cuando va a la discoteca, es muy notorio porque anda un gran grupo con él. Y muchos de ellos, parasitando de su situación económica”.

Mario Galea, quien conoce al jugador desde pequeño y es dirigente del Club Alexis Sánchez —“equipo que no ha recibido ningún peso del futbolista”, aclara de entrada—, calcula e indica que la casa del “Maravilla” cuesta más de 100 millones de pesos —cifra muy alta para una ciudad donde casi la mitad de la población vive en viviendas básicas y otros en mediaguas— y es el resultado de la unión de dos casas. Enumera las comodidades: piscina, jacuzzi y plasma en todas las habitaciones.

Para algunos, Alexis más bien parece una suerte de Ricky Ricón. En efecto, “es el único millonario de Tocopilla”, subraya Galaz.

David Jesús López, conocido como “El Manzana”, es amigo de “peluseo” de Alexis. Sobre los plasmas, el joven especifica: “son 5 plasmas de 30 pulgadas que tienen en la casa. Alexis, en su pieza, tiene uno de 50 pulgadas, con sonido espectacular y conectado a Telmex. Su habitación tiene todas las comodidades”.

En La Prensa de Tocopilla dicen que una vez se paseó por la ciudad en un Nissan Z, de alrededor de 20 millones de pesos y provocó, obviamente, bastante alboroto, pues allí nadie tiene un auto de esas características. Se le veía más en la calle, con la gente. “Estas exhibiciones generaron expectativas —afirman en el diario local—. Sin embargo, en sus últimas visitas no se ha dejado ver y pasa encerrado con su familia y amigos”.

Mario Galea cree que su familia ha influenciado en su aislamiento. “Él ha ido perdiendo el cariño por Tocopilla. Hay descontento, pues cambió. Cuando inauguramos el club que lleva su nombre oficialmente, por ejemplo, lo invitamos a él y a su familia. Sin embargo no asistieron. Pensaron que nos íbamos a aprovechar de él o que le sacaríamos plata. Siempre han pensado lo mismo. Al final los niños (cerca de 40) y sus padres quedaron desilusionados”.

El Manzana aclara el panorama. “Él se junta con sus amigos. Jugamos a la pelota en el Chile Sporting —cancha de pasto sintético— y a veces vamos a la playa artificial. Sin embargo lo molestan mucho, le piden autógrafos y que se saque fotos con todos. Asuntos de ídolo”.

“A veces a Alexis no le gusta ser Alexis Sánchez”, aclara Pablo Cesar Leyton, y recuerda algunas anécdotas del jugador de las gafas Rayban tipo mosco en Antofagasta. Prefiere pasar desapercibido.

Leyton dice que al futbolista siempre le gustó viajar a Antofagasta, pues le gustaba comprar e ir a las discotecas. “Varias veces vino a las discotecas no siendo tan famoso. Una vez fue a la Vox, donde la pasó bien bailando, a pesar de que salió pasado a humo de cigarro. El humo de cigarro le molesta y todo lo que tenga algún mal olor”.

En las últimas visitas a la ciudad, dice Leyton, se ha alojado en el hotel Holiday Inn junto a su familia y amigos, y ha ido a comer a los restoranes del sector. “Le atrae bastante el mall. Una vez fuimos con su familia y sobrinos y, a pesar de todos los resguardos que tomamos, lo reconocieron. Tuvo que esconderse en la farmacia Cruz Verde. Después salió con el alboroto habitual que provoca. A pesar de esto, todo se lo toma con buen humor”.

Leyton calificó a su amigo como chistoso, burlesco y bueno para la talla. “Le gusta imitar en buena onda a la gente. Siempre fue sano. Tuvo claro su destino desde un principio. Como amigo es bueno, un chico humilde que no ha olvidado de donde salió”.

Bien peinado, perfumado e impecable, aunque medio revoltoso. El retrato escolar de Alexis Sánchez en la Escuela E-10 de Tocopilla, Bernardo O’Higgins, donde cursó una fragmentada educación básica (interrumpida por los viajes al sur para entrenar en diversos equipos de fútbol), es el de un niño normal, pero sobresaliente en los deportes. Su profesora de educación física, Rossana Montero, enfatiza en lo de normal. “Era como cualquier chico de su edad, no obstante marcaba la diferencia en mis clases. Siempre fue bueno para el básquetbol, fútbol y los saltos mortales. Un chico bueno para todo”. Todos coinciden y remarcan que “él solo” ganaba los partidos.

Hay varios nombres en su historia que aportaron en su desarrollo futbolero. Por genes, su tíos Juan y Pedro; también sus entrenadores, Alberto Toledo y Milton Leyton; por último, su padre adoptivo, José Delaigue. No obstante también sufrió el rechazo. A pesar de su calidad, Universidad Católica no quiso contar con sus amagues. Cobreloa se quedó con él y Nelson Acosta lo hizo debutar.

Mario Galea enfatiza que el hecho de jugar siempre con mayores lo fue puliendo. “Era un crack. Ganaba los partidos en el Club Arauco. Él junto a Leyton eran las figuras. Creo que Leyton tenía también un futuro en el fútbol, no obstante decidió otra cosa”.

“De chico era distinto” afirma su compañero de equipo, Pablo Cesar Leyton y narra una anécdota del “Dilla” (por ardilla: ágil y rápido). “Después de que llegó de Santiago, tras estar en los cadetes de Cobreloa, nos invitó Quemel Farías para reforzar Taltal en un campeonato del norte. Jugamos un sábado contra Huasco. Ganamos 11 a 2 y Alexis hizo 8 goles. Después de dar una vuelta por la plaza, el profesor Washington Olivera, de Cobreloa, lo llamó para pasar al primer equipo. Él se fue. Al final, ese partido le bastó para salir goleador del torneo. Nosotros jugamos cinco partidos más. La medalla se la dio a la mamá”.

La historia posterior es conocida.

Martina Sánchez es bastante popular en Tocopilla. Es la mujer a quien Alexis le dedica sus triunfos. Por orden del futbolista, ella no conversa sobre su hijo con ningún periodista e incluso cuando van a su casa con cámaras de televisión, cierra todas las puertas. Acceder a ella es casi una misión imposible.

Esta mujer de baja estatura, que representa alrededor de 50 años, es blanco de todo tipo de cuchicheos en Tocopilla. Los amigos de Alexis dicen que muchos están pendientes de lo que hace o deja de hacer. El padre natural de Alexis, en tanto, labora en María Elena en una empresa contratista y tiene nulo contacto con Martina.

En La Prensa de Tocopilla dicen que Martina Sánchez es habitué de los locales de máquinas tragamonedas, algo que redondea Mario Galea. “Es jugadora y pasa en la máquinas. Se gasta bastante plata en eso. Dicen que por esto el dinero que le envía Alexis, que es mucho, lo administra la hermana, porque sino su madre se lo gastaría en las máquinas”.

“Se podría decir más cosas, no obstante, él le construyó una casa bonita a su madre, es buen hijo, buen hermano e incluso cuando viajan, todos se alojan en el mismo hotel. Él es muy apegado a su familia desde pequeño”.

La superación de Sánchez desde un ambiente familiar complejo es algo que valora Damir Galaz. “Representa para Tocopilla un buen ejemplo de resiliencia, debido a su entorno y situación socioeconómica originaria. En ese sentido, su trayectoria deportiva nos muestra equilibrio cuando enfrenta la tensión de jugar en la selección y dar un buen rendimiento, lo cual conlleva un desafío y compromiso, que ha logrado en base a la superación, lo cual lo legitima aún más y le da más significación social en su entorno, entrañando con ello una gran valoración del medio y de sí mismo. Alexis es lo que es en base a la seguridad que posee sobre sí mismo. Aquello también implica que posea una gran responsabilidad al configurarse como estrella deportiva, ya que todos confían en él y se siente o es muy palmario cuando Alexis no está en cancha”.

Alexis Sánchez ha aumentado considerablemente la manía por el fútbol en el pueblo. Muchos quieren seguir sus pasos y muchos lo imitan. El problema, y como lo indica Galaz en su calidad de docente, es que algunos jóvenes creen que no es tan necesario estudiar mientras sean buenos para la pelota, “ese es el mal ejemplo de Alexis”.

 

 

Rodrigo Ramos Bañados (Antofagasta, 1973) es periodista titulado en la Universidad Católica del Norte y escritor. Trabajó en diarios de Iquique, como los desaparecidos El Nortino y El Mango, así como también en El Mercurio de Antofagasta y en su símil de Valparaíso. Como narrador de ficciones ganó una Beca del Fondo del Libro y la Lectura (1999), realizó publicaciones de cuentos en la desaparecida Revista Sabella de El Mercurio de Antofagasta (2000), además de participar en el proyecto Microhistoria, historias de Micro (2003) que realizó la Universidad de Antofagasta, con fondos del Consejo del Libro. Entre sus novelas se encuentran: Alto Hospicio (Quimantú, 2009; Emergencia Narrativa, 2014), Pop(Cinosargo, 2010), Namazu (Narrativa Punto Aparte, 2013), Pinochet Boy (Narrativa Punto Aparte, 2016), Ciudad berraca (Alfaguara, 2018) y el volumen de crónicas Tropitambo (Quimantú, 2018), del cual se ha extraído el presente texto, cedido especialmente por su autor para ser incluido en el Diario Cine y Literatura. Próximamente Ramos Bañados publicará su primer libro de cuentos, el cual se titulará, Flotantes.

 

 

Las crónicas de “Tropitambo” (Quimantú, 2018), lanzadas en la reciente Furia del Libro

 

 

El escritor y periodista chileno, Rodrigo Ramos Bañados

 

 

 

Crédito de la imagen destacada: Alexis Sánchez, por Getty Images.