Ballet «La casa de los espíritus» en el Municipal de Santiago: El bello gesto del arte

Con motivo de los 60 años de vida del Ballet de Santiago se programaron obras de diferentes coreógrafos vinculados a la compañía. En un estreno absoluto, Eduardo Yedro y José Luis Domínguez ofrecen el montaje inspirado en la novela homónima de Isabel Allende. Las funciones se extienden hasta el próximo 17 de septiembre en el coliseo de la calle Agustinas.

Por Sofía Miranda Valdebenito

Publicado el 13.9.2019

Isabel Allende dio a la luz La casa de los espíritus en 1982 y desde ese momento la obra inició un viaje excepcional como best-seller de la literatura chilena, siendo aclamada por su riqueza de personajes, espacios, juego de épocas y retrato de la dictadura. Además, la crítica y los lectores han valorado enormemente el delicado balance entre mundo real, imaginario, onírico y fantástico que tiñe la historia; este elemento fue clave para que el cine quisiera adaptar la obra. Esto ocurrió una década después a manos de Meryl Streep y Jeremy Irons.

La celebración de los 60 años del Ballet de Santiago ha sido el escenario ideal para llevar la obra de Allende a un nuevo formato y con nuevos códigos: danza y música. Eduardo Yedro (coreógrafo y maestro de baile) y José Luis Domínguez (compositor y director musical) se encargaron de mantener la riqueza de la multiplicidad discursiva de los personajes y el tono de la historia. Yedro asumió el desafío de sostener la historia (con el cambio de épocas y paso del tiempo que tiene la novela) y entroncar, a su vez, el lenguaje de la danza para así exhibir la intimidad psicológica de los personajes. Esto, sumado a la complejidad de representar los espacios políticos y familiares que se combinan con la base de realismo mágico que la obra usa de pilar para construirse. La labor se pudo llevar a cabo gracias a la sensibilidad del coreógrafo, quien ideó una clase de movimientos para cada personaje: técnica clásica y zapatillas de punta para personajes de talante más correcto y lejanía de estas formas para personajes más rupturistas (como Clara, por ejemplo).

La música jugó un papel igual de importante para lograr transmitir todos los elementos de la novela; Domínguez creó una composición que aúna piezas clásico-románticas con melodías de corte exploratorio contemporáneo. Para dar soporte y mayor énfasis a los personajes usó fragmentos melódicos repetitivos que los acompañaran en escena y para ello se apoyó en instrumentos ligados al romanticismo y posromanticismo. En la composición total también se encuentra presente —de forma muy delicada y sutil— el folclor chileno.

 

«La casa de los espíritus» en el Municipal de Santiago

 

El gesto de inaugurar un 11 de septiembre

La potente presencia de la dictadura en La casa de los espíritus no quedó inadvertida en la puesta en escena del Ballet de Santiago: los cuerpos de bailarines siendo torturados, acribillados y abatidos son uno de los elementos más dramáticos que ofreció el espectáculo. Alba (nieta de Esteban) es violada y torturada por militares frente a los ojos de los asistentes del Municipal. El gesto de haber realizado el estreno de la obra un 11 de septiembre no es casual: el arte se hace cargo de hablarnos y recordarnos nuestra historia. Ya lo dijo Deleuze: “no es que el arte piense menos que la filosofía, sino que piensa por afectos y percepciones” y la sala del teatro más importante de Santiago sintió muy fuerte el llamado de la memoria.

 

Sofía Miranda Valdebenito (1983) es escritora, editora y traductora. Cursó licenciatura en literatura hispanoamericana (Universidad de Chile) y traducción inglés-español (Instituto Chileno Británico). Su primera obra literaria —El orden de la tierra— está en proceso de publicación de la mano de Ediciones Filacteria bajo la colección de escrituras femeninas “A Solas”.

 

«La casa de los espíritus», en el Municipal de Santiago

 

Ficha artística

Coreografía: Eduardo Yedro.

Asistente del coreógrafo: Pamela Figueroa.

Guión para ballet: Verónica González y Pamela Figueroa (basado en la novela de Isabel Allende, quien apoyó y colaboró en este proyecto, en conjunto con la Agencia Literaria Carmen Balcells S.A.).

Música: José Luis Domínguez.

Asistente musical: Nathalia Aquiles.

Escenografía y vestuario: Jorge Gallardo.

Iluminación: Ricardo Castro.

Proyecciones: Felipe José Hernández.

 

Reparto:

Esteban Trueba: Cristopher Montenegro.

Clara: Romina Contreras.

Blanca: Lorena Borja / Montserrat López.

Alba: Katherine Rodríguez.

Rosa: Camila Aranda.

Férula: Andreza Randisek / Natalia Berríos.

Pedro Tercero: Lucas Alarcón / Emmanuel Vázquez.

Tránsito: Mariselba Silva.

Pancha: Chizuro Ota.

Esteban García: Rodrigo Guzmán / José Manuel Ghiso.

Padre Restrepo: Sebastián Bergmann.

Severo del Valle: Miroslav Pejic.

Nivea del Valle: Deborah Oribe.

Miguel: Emmanuel Vázquez / Gustavo Echevarría.

Tío Marcos: Gustavo Echevarría / Gabriel Bucher.

Jaime del Valle: Iván Araya.

 

Ballet de Santiago:

Directora artística: Marcia Haydée.

 

Orquesta Filarmónica de Santiago:

Director musical: José Luis Domínguez.

Desde el 11 hasta el 17 de septiembre de 2019.

Horario de las funciones: 19:00 horas.

Teatro Municipal de Santiago (Calle Agustinas Nº 794).

Valores de las entradas: desde $3.000 a $47.000.

 

 

Sofía Miranda Valdebenito

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Patricio Melo, del Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile.