Concierto 14 del Ceac de la Universidad de Chile: Una versión dubitativa de la «Nuevo mundo» de Dvorak

Bajo la conducción del artista hispano-estadounidense François López-Ferrer -director asociado de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile- la agrupación laica y universitaria ofreció una deslucida interpretación en torno a una de las piezas más reconocibles y paradigmáticas del canon musical docto.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 25.10.2018

En el concierto número catorce de la temporada 2018 de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en el ex Teatro Baquedano, el día 19 de octubre de 2018 comparecieron tres compositores de distintas edades y épocas: 1) René Silva (Chile, 1984 – ) con su Y todavía tiene una pena; 2) Max Bruch (1838 – 1920) con su Fantasía escocesa Op. 46 (1880) y Antonin Dvorak (República Checa, 1841 – 1904) con su Sinfonía Nº 9 del Nuevo mundo (1893). El director musical fue el español Francois López-Ferrer.

 

1) René Silva (Chile, 1984 – ) y su obra Y todavía tiene una pena.

Gran orquesta. Comienza con percusión de tambor militar, notas sostenidas por violines primeros y segundos, cromatismos, cuerdas frotadas con el arco por violines. Juego con bronces como parloteos, tensiones armónicas, disonancias, portamento de violas y luego de violines primeros en mezzopiano. Contraposición rítmica entre Contrabajos y violines primeros, ostinato de violonchelos. Se escucha el tema “Arauco tiene una pena” de Violeta Parra tocada por trombón y tuba.

 

2) Max Bruch (1838 – 1920) y su obra Fantasía escocesa Op. 46 (1880).

Solista de violín: Marcelo Gonzalez

I) Comienza como un himno donde el arpa acompaña y el violín desarrolla un contra-tema acompañado por el arpa y con stacatto de chelos y otras cuerdas en pianísimo. Termina con trinos y una nota aguda en piano del solista.

II) Introducción orquestal para que el solista entre con un tema virtuosístico. La orquesta toca su parte y al entrar el solista baja su volumen, casi siempre en stacatto. Juego con la flauta traversa. El solista nuevamente termina con una especie de cadencia y la orquesta finaliza con golpes en forte.

III) El solista desarrolla el tema en mezzo piano y mezzo forte, luego improvisa prácticamente a capella con acompañamiento de vientos de madera y algunas cuerdas. Término en piano.

IV) Se inicia con un ritmo de marcha presentado por el solista de violín acompañado por el arpa, luego es replicado por un tutti orquestal en forte. Intervalo virtuosista del solista hacia variaciones sobre el tema en ritmo de marcha. Un segundo tema presentado por violines primeros seguidos y desarrollados por el violín solista con acompañamiento de arpa. Re exposición del primer tema, cadencia virtuosista del solista improvisando sobre el tema, re exposición del segundo tema. Final con la re exposición del primer tema.

El solista destacó por su sonido en los solos a capella, su compenetración con la orquesta y su destreza técnica en las cadenzas y pasajes virtuosísticos.

Nos brindó un extra de dos bises acompañado por la solista de arpa. La meditación de Thais y melodía de Tchaikovsky.

 

3) Sinfonía Nº 9 del Nuevo mundo (1893).

Adagio. Allegro molto. Luego de la introducción faltó un poco de fuerza en el ataque de las cuerdas, los cornos no estuviera certeros en su intervención inicial. Los chelos y los vientos de madera pusieron el toque de distinción. En la re-exposición los violines no golpearon tanto sus entradas. Los cornos no pudieron mantener sus líneas de intervención sin quebrarse. Costó armar el sonido del primer movimiento, no se acoplaron bien bronces y cuerdas.

Largo. Buen coral de inicio de los bronces. Tímido solo del corno inglés. Los bronces continuaron con las dudas. Buen pizicatto de los contrabajos. Solo del concertino y del violonchelo. En general la orquesta se equilibró mejor aunque en los piano sonaban un tanto difusos, problemas con algunas entradas de bronces a destiempo el final, tal vez causadas por la lentitud del tempo empleado por la dirección.

Scherzo. Molto vivace – Poco sostenuto. Nuevamente el Scherzo, tal y como en la sinfonía Nº6 de Tachaikovsky en el concierto 13, comenzó con otra energía y consolidación rítmicas. El ritmo de vals en el interludio fue bien desarrollada por violas y viento de madera. Tal vez la nota disonante lo pusieron los bronces con su falta de presencia. El segundo tema fue bien llevado por los vientos de madera y seguido por los violines primeros y cuerdas en general. Equilibrio dinámico entre las cuerdas. Lo mejor fueron los interludios con ritmos de vals. Nuevamente los bronces fallan en momentos cruciales de sus intervenciones con el resto de la orquesta.

Allegro con fuoco. Esta vez los bronces estuvieron a la altura de la introducción del movimiento presentando el tema. Los violines primero tendieron a sobre exigirse. Efectivo contraste entre chelos y clarinete. A las trompetas les faltó presencia en el tutti orquestal. Buen sonido de violas y mejor el de chelos y contrabajos. En la parte final los cornos afirmaron su sonido. Buen coral final de cuerdas y de trombones.

 

La temporada 2018 de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile continuará con dos funciones dobles el próximo viernes 16 y sábado 17 de noviembre, en el tradicional horario de las 19:40 horas, en el ex Teatro Baquedano, cuando la agrupación laica y universitaria, que será dirigida en la oportunidad por el maestro venezolano Rodolfo Saglimbeni, ejecute el oratorio La creación del compositor alemán Joseph Haydn, en compañía del Coro Sinfónico de la Casa de Bello.

 

 

Una panorámica de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en su presentación del viernes 19 de octubre en el ex Teatro Baquedano

 

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile.