[Crítica] «Basada en hechos reales»: Relaciones de fuerte dependencia

Esta obra de la narradora francesa Delphine de Vigan es una gran novela, una continuación de la anterior «Nada se opone a la noche», pero ahora en clave de misterio, o a la manera de Stephen King, y la cual pone en el centro del relato al proceso de creación y de escritura de un autor, como si se tratarse de una lucha entre el bien contra el mal.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 30.10.2023

La escritora francesa Delphine de Vigan (1966) es la autora de Basada en hechos reales (2016), una novela donde vuelve a una de sus temáticas favoritas: la realidad de la narración. Este libro lo escribió después de la exitosísima Nada se opone a la noche (2012), relato basado en su familia, en especial en su madre, Irene.

Basada en hechos reales es un paso más en esa reflexión que inició con la historia de su familia. En este caso, Delphine es la narradora y protagonista de su historia que se sitúa justo después de los años que vinieron tras la publicación de Nada

Un tiempo que dejó exhausta a la protagonista entre premios, conferencias, firmas, entrevistas, etcétera. Un momento de desgaste y sobre exposición donde no pudo escribir durante tres años. Algo de esa resaca pública refleja la historia.

El relato se divide en tres capítulos, encabezados por epígrafes de las novelas de Stephen King, Misery y La mitad oscura. En estos apartados, la autora da cuenta del encuentro y posterior relación que entabla con una mujer, llamada L. Una mujer que conoció en una fiesta y que luego reencontró en distintos lados hasta iniciar una amistad que poco a poco se transforma en una relación de fuerte dependencia.

 

Acercarse a algo inalcanzable

L. trabaja como escritora fantasma, hace biografías para personajes famosos sin aparecer acreditada. Es audaz, seductora y sofisticada. Una mujer que está en pleno dominio de su vida. Al interrelacionarse con Delphine, que está en un bloqueo creativo, comienza a ayudarla para que supere este obstáculo y luego a presionarla, para que vuelva a la escritura, pero a un tipo de texto que L. siente debe ser el camino correcto: la escritura de la realidad. De la propia realidad de Delphine, igual que lo hizo con la novela Nada…

En estos pasajes del libro, están las mejores reflexiones acerca de la literatura y de su estatus de ficción. Delphine se pregunta qué tan fiel es la escritura cuando se acerca a la realidad. Y al igual que en la novela anterior, están los cuestionamientos de cómo se llega a una verdad acerca de la realidad, sin traicionarla con la ficción, o sea, con la literatura.

Esta paradoja que está en el centro de la narración de Nada…, vuelve a plantearse con mucho más fuerza en la historia de estas dos mujeres:

«Pero si no hay verdad. No existe la verdad. Mi última novela no era más que un intento torpe y fallido de acercarme a algo inalcanzable. Una manera de contar la historia a través de un prisma deformante, un prisma de dolor, de pesar, de rechazo. De amor también. Lo sabes perfectamente. En cuanto recurres a la elipsis, en cuanto estiras, comprimes, llenas los agujeros, estás en la ficción. Yo buscaba la verdad, sí, tienes razón. He confrontado las fuentes, los puntos de vista, los relatos. Pero toda escritura sobre uno mismo es una novela. El relato es una ilusión. No existe. No debería permitirse que ningún libro se apropiara del término».

Mientras Delphine, con la persistente presencia de L., trata de resolver esta disyuntiva, a su casa llegan cartas amenazadoras de un familiar que se sintió agraviado con el libro anterior y no deja de mostrar su hostilidad hacia la escritora. Misivas que la perturban y que agrega un elemento más al estado de angustia y estancamiento en el que se encuentra.

La narración se vuelve un thriller donde la escritora Delphine no deja de reflexionar sobre la realidad y la ficción, en una historia que lentamente se va combando, para entrar a los erráticos caminos de la locura. Y de ahí se entienda la conexión con los epígrafes que introducen los episodios.

Basada en hechos reales es una gran novela, una continuación de la anterior Nada se opone a la noche, pero ahora en clave de misterio, o a la manera de King, que pone en el centro del relato el proceso de creación y escritura de un autor, como si fuera una lucha del bien contra el mal.

La novela tuvo una adaptación del cineasta Roman Polanski, que al visionarse puede dar luz a ciertos pasajes que Delphine trata de manera muy sutil o ambigua y que en el cine se interpretan de cierto modo. Algunas veces dan en el clavo; otras, no.

 

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó en 2017 el libro Versos y yerros.

 

«Basada en hechos reales», de Delphine de Vigan (Editorial Anagrama, 2016)

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Delphine de Vigan.