[Crítica] «Elogio de la naturaleza»: Voy a aprenderme esta tierra

El talento creativo de Gabriela Mistral queda absolutamente confirmado con este libro, una contundente muestra de gracia y de virtud al momento de narrar, que es capaz de devolvernos la realidad que ella ha visto, con imágenes contundentes, plagadas de significado poético, y construidas con una prosa estéticamente superior.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 20.1.2024

Cada cierto tiempo aparecen nuevas obras de Gabriela Mistral (1889 – 1957), la poeta más importante de Chile y una de las piedras fundamentales de la poesía latinoamericana del siglo XX. El rescate de su poesía dispersa es un gran aporte para las nuevas generaciones de lectores, que se acostumbraron a conocer un par de poemas infantiles de ella, todos aprendidos en la etapa escolar.

Sin embargo, gracias a este esfuerzo editorial es que nos hemos adentrado en un mundo vasto y profundo, lleno de sensibilidades y a veces muy extraño para las audiencias menos avezadas.

En este trabajo, Elogio de la naturaleza (Debate, 2024), tal cual lo señala su título, es un libro que reúne una serie de escritos en torno a la naturaleza y a las observaciones que hizo ella de todo su entorno:

«Voy a aprenderme esta tierra adonde me trajo el viento, una marea y un leño. Aprenderme quiero, uno por uno, Dios mío, sus árboles que veía en sueño, aprenderme como palabra cada fruta. Desde el fondo de las quebradas, aprenderme los mugidos nuevos de los animales. El extraño sabor del aire, aprendérmelo, lleno de sal, de polen, de caña de azúcar. Esta rojez de la tierra parecida a Bartolomé, con mi espalda sobre ella, aprendérmela. El fervor de los colibríes en los cafetos floridos, parecido al fervor del cielo, aprendérmelo, antes del cielo».

Tal cual leemos en el párrafo anterior los intereses de Mistral son amplios y abarcan el mundo vegetal y el de los animales. A pesar de que este es un libro escrito en prosa, imposible no rastrear y darnos cuenta de que quien escribe es una poeta mayor, alguien que ha decidido bajar a la prosa y regalarnos algo de estilo poético en este tipo de escritura.

 

Barnizar los sentidos

Habitantes del mar como ballenas, focas, conchas, la arena, el mar, las islas y por supuesto las estrellas que adornan el cielo son parte de este enorme y portentoso trabajo:

«Paré la marcha, alcé mis ojos hacia la inmensa noche mustia en que latían las estrellas con un latir de amor y angustia. Y febrilmente clavé en una de ellas mis ojos desolados. Temblaba como una ancha lágrima, daba el fulgor ensangrentado».

Como leemos, y tal cual decía Roberto Bolaño, esta es poesía escrita como una prosa que nos barniza los sentidos con cada frase que vamos leyendo.

En su afán de observación y de describir todo lo que tiene a su alrededor, también se fija en animales como cabras, perros, tortugas, conejos y gatos, a quienes dedica varias de estas páginas; sin embargo, su aguda mirada no se detiene en esto, sino que además da cuenta de diversas especies que surcan el cielo, como las golondrinas, queltehues, colibríes, la lechuza y la cigüeña: «un ave llena de melancolía».

Así, el talento creativo de Gabriela Mistral queda absolutamente confirmado con este libro, una contundente muestra de gracia y virtud al momento de narrar, que es capaz de devolvernos el mundo que ella ha visto, con imágenes contundentes, plagadas de significado poético, construidas con una prosa estéticamente superior.

En definitiva, Elogio de la naturaleza —al cuidado de Daniela Schütte González, y que reúne más de 70 escritos en prosa de la Premio Nobel de Literatura 1945— es un recorrido por el mundo material de la forma más poética posible.

 

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por esa última casa de estudios.

 

«Elogio de la naturaleza. Textos en prosa», de Gabriela Mistral (Lumen, 2024)

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Gabriela Mistral.