[Crítica] «Pobres criaturas»: Definitivamente se trata de un peliculón

Desde 2009 que el director griego Yorgos Lanthimos quiso adaptar la novela homónima del autor escocés Alasdair Gray y vaya que la espera valió la pena. Junto a Emma Stone como coproductora y protagonista, este bizarro largometraje de ficción se convierte en un triunfo cinematográfico con grandes actuaciones, magníficos vestuarios y un ojo muy particular que solo puede provenir de un artista visionario.

Por Rafael Jaramillo Avellán

Publicado el 1.2.2024

Después de La favorita (2018) Yorgos Lanthimos (1973) supo que cualquier productora le confiaría un alto presupuesto para cualquier proyecto que quisiera emprender. En efecto, y luego de esa realización regresó a su obsesión de los últimos años: la novela escocesa Poor Things, del escritor y poeta británico Alasdair Gray (1934 – 2019).

Así, este brillante realizador de los últimos tiempos embarcó a Emma Stone junto a él y otros para producir esta magnánima obra literaria de ficción con tintes de Frankenstein. No solo se encargaron de tomar las riendas de esta peculiar historia, sino que adoptaron la grandiosa decisión de poner a la actriz estadounidense en el protagónico de la única y curiosa Bella Baxter.

Es increíble como nuestra protagónica tiene el poder de empezar su andadura como una recién nacida y terminar décadas más allá mentalmente, al modo de una mujer adulta y estudiante de medicina. Es una transición peculiar y demasiado bien actuada que merece todos los premios.

Dicha transición es el eje central de la historia, ya que esta inocencia lujuriosa demuestra ser el deseo carnal primordial que lleva al personaje principal a conocer el mundo y a sí misma en el proceso.

La narrativa la lleva por diferentes partes de Europa para que de a poco responda a esas preguntas que finalmente la hacen ser y crecer: ¿qué son las mujeres?, ¿qué son los hombres?, ¿qué significa ser humano?, ¿qué hay allá, afuera en el mundo?, y ¿quién y qué soy yo?

 

Una odisea del autodescubrimiento

Esta bizarra odisea de descubrimiento necesitaba de un equipo realizador que pudiera ayudar a llevar a cabo la visión única del director. Tony McNamara se encarga de adaptar la novela y tenemos personajes hilarantes, serios y profundos, además de crear una base sólida para el trabajo del cinematógrafo Robbie Ryan.

Pobres criaturas no sería lo que es sin ese ojo particular que relata visualmente la historia. El deleite cinematográfico es potente y el manejo de cámaras junto al uso de lentes de ojo de pescado logran ese punto de vista tan estéticamente necesario, que la película estaría incompleta sin ellos.

En efecto, parte de lo hermoso recae en el vestuario de Bella, porque es prácticamente ella la única en su entorno que resalta por su comportamiento y vestimenta. Qué elegantes, casuales y llamativas son las prendas que hicieron para el personaje.

Mucho del viaje interno y desarrollo de la protagonista se puede ver a través de la forma en la cual va cambiando sus ropas, además de cómo evoluciona la música que ayuda a que la narrativa resalte lo pintoresco que hay en su retórica audiovisual.

Pero antes de concluir, debo cuestionar un par de cosas. Si bien el deseo de encontrar conocimiento fuera de donde fue concebida es impulsado por el apetito y la curiosidad sexual de Bella, creo que mucho del desarrollo se centra en la forma en que la protagonista sacia esta hambre carnal y no tanto en la vía del cultivo científico que también es característica de su personaje.

En parte es por esa situación, que se percibe con bastante claridad cuando Bella logra su arco dramático, pero el epílogo se extiende para presentar y concretar una idea que recién aparece hacia el final del metraje. Por esto, creo que los últimos 15 minutos de la película no dan ese impacto estético y dramático que uno esperaría.

Habiendo dicho esto, Pobres criaturas no deja de ser una deliciosa muestra de lo que el cine puede hacer cuando persigue y busca la audacia creativa, lo extraño y lo coqueto. ¿La obra audiovisual más extraña del 2023? ¿El largometraje de ficción más particular y excepcional de la temporada?

Tranquilamente el presente filme puede dejar atrás a cualquiera en estas categorías porque definitivamente es un peliculón.

Ganadora del León de Oro a la mejor película del prestigioso Festival de Venecia 2023, la nueva entrega de Yorgos Lanthimos se encuentra nominada también a once niveles de los premios Oscar a definirse durante las próximas semanas, en menciones que incluyen los codiciados galardones destinados para el mayor filme de la temporada y asimismo para el más destacado director del año.

 

 

 

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Rafael Jaramillo Avellán (Guayaquil, 1994) estudió ingeniería civil en el Tecnológico de Monterrey (México) y actualmente cursa una maestría en innovaciones pedagógicas en la Universidad Casa Grande (Ecuador).

Amante del audiovisual desde muy pequeño, lleva siete años escribiendo crítica de cine y ha colaborado con revistas tanto físicas como digitales. Sus escritos pueden encontrarse en su blog personal.

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Rafael Jaramillo Avellán

 

 

Imagen destacada: Pobres criaturas (2023).