Te amo y sufro al no poder aliviar tu duelo. Veo una serie de tres temporadas para levantar el ánimo. Me encantaría tener recursos para que sobrevivas con una licencia. Necesitas descansar de mis abusos, de las empresas y de este Estado que fagocita dineros ajenos.
Por Aníbal Ricci Anduaga
Publicado el 10.1.2024
Fonasa congela las platas durante este período mientras las clínicas privadas interrumpen las prestaciones a los usuarios fuera del sistema de Isapres. El gobierno jugará a la momia durante los próximos dos años y en el Frente Ampliado no comprenden que al colapsar el sistema privado están destrozando la salud pública. No más exámenes a tiempo y listas de espera interminables. No suman dos más dos y en educación el ministerio mantiene fijo el número de colegios subvencionados.
Dicen que a los establecimientos del Estado les sobran vacantes, cuando en verdad los apoderados no quieren entregarles a sus hijos. El Ministerio de Educación controla la oferta debido a que es el que autoriza la creación de nuevos colegios. La sartén por el mango, además de incapaces de presionar al gremio de los profesores. Abundancia de colegios sin patines mezclado con las consecuencias de una huelga. Inoperancia extrema y en Vivienda tampoco cancelan los trabajos adjudicados a las empresas del rubro.
El gobierno dilapida el presupuesto financiando fundaciones que traspasan dineros para campañas políticas. Dos soluciones reñidas con el arte de administrar. No pagar a los privados y emitir más deuda externa. El desempleo rozando los dos dígitos y ellos facilitan la quiebra de empresas constructoras. Sabiduría de la más pura que requiere aumentar los impuestos para pagar sueldos a los parientes. Cómplices de haber votado por ellos, un efecto residual. Tomarán el desvío en un delirio de condenados. Ladrones de tomo y lomo.
No tengo trabajo, soy de los 500 mil que no buscan empleo desde el estallido y la pandemia. Escribo para denunciar estos cuatro años de soledad que se cuelan entre los dedos. Meterán las manos al erario público para alimentar a sus familiares. Para perpetuar sus políticas nefastas. Peor educación sin patines y con derecho a estudiar en una universidad no acreditada que quebrará en un par de años.
Segregación garantizada, financiamiento estatal para sus familias cuyos hijos estudiarán en colegios privados. Sistema perfecto que otorga larga vida a estos delincuentes. Dejando crecer al crimen organizado para camuflar a los del gremio ampliado. Hace años que no salgo a trabajar. No soy amigo de ellos y vivo gracias a la pensión garantizada.
No será un beso, pero estarás más cerca
Amo a esta mujer que dirige una empresa constructora. El gobierno no cancela lo convenido en las licitaciones, al tiempo que despilfarra recursos de asignación directa. Ella ha ido enfermando y ha recortado los sueldos de la plana mayor. La depresión se instala mientras el dinero desaparece a mitad del mes.
Vuelvo a la capital e intento escribir estas irregularidades. La protesta escrita no permea los oídos llenos de soberbia. Quieren instaurar su sistema caótico y apurar una reforma educacional que terminará de sepultar a la educación pública. Ya se cargaron a los liceos emblemáticos e incluso quisieron arremeter contra los bicentenarios.
Madrugo escribiendo palabras de protesta y duermo durante el día. Amo a esta mujer que lucha contra el gobierno. Me siento culpable de estar dormido mientras ella navega en reuniones de directorio. Te amo y sufro al no poder aliviar tu duelo. Veo una serie de tres temporadas para levantar el ánimo. Me encantaría tener recursos para que sobrevivas con una licencia. Necesitas descansar de mis abusos, de las empresas y de este Estado que fagocita dineros ajenos.
El psiquiatra recetó antidepresivos y dejar el alcohol. Debes descansar del monstruo en que me transformo. Te amo y prometo estar despierto. Podrás llamar a cualquier hora y desahogarte. Un cómplice entrado la medianoche. Feliz cuando apareces en la pantalla del celular.
Estás lejos y me angustio. Sabes la letra de todas las canciones y complementas vacíos. Tu amor alcanza cada rincón, pero estás a cien kilómetros. Mañana rondarás por las afueras de la capital. Almorzarás con tu familia y estaré atento a tu llamada. No será un beso, pero estarás más cerca.
Visitaré un parque con mi sobrino desde una banca observando sus juegos. Todo irá mejor el lunes, los exámenes, la depresión, el cáncer no tendrá lugar. Extraigo un estuche azul mientras se columpia. Contiene tu reloj que mandé a reparar. Siete más cinco y en mi celular recién da la hora en punto. Por wasap veo tu rostro.
Las nubes se disipan y observo el segundero de cobre. El relojero alabó su precisión y acaricio la pantalla sabiendo que estás cinco minutos adelantada. Quisiera estar a tu lado, pero el dinero del mes se esfumó. Transferí lo justo para la sesión de tu psicóloga. Estarás mejor si descansas muchas horas.
La otra semana verás que hemos avanzado un poco. Al menos al mismo tiempo y tus ojos volverán a transmitir energía. Medito desde la banca observando un balancín. Hablas de Juan Luis Guerra y Al lado del camino.
Durante el mes siguiente acudiré al psiquiatra. Bastante desintoxicado, lo suficiente para seguir sus consejos y reaccionar como Dios manda. La voluntad para dejar el alcohol ya no será una promesa imposible. Beberemos una copa de vino sólo en ocasiones especiales. Aquilataré la felicidad para disfrutar a fuego lento. Pequeños planes para que sea capaz de cumplirlos. Meses donde aprenderemos a querernos.
Alma vieja y hombre que maltrató su cuerpo. Una juventud que esconde experiencia y mis años muchas de las malas. Atormentado de los excesos debo aprender a construir para encajar en tus planes. Lo destructivo alejándose entre pequeños silencios.
Sincronizo el reloj para navegar en aguas tranquilas. Ya no seremos una montaña de emociones, pero la sangre aprenderá a recorrer nuestras venas. Lo moral tendrá cabida y no volveré a destruir sueños. Estarás en los míos, capaz que algún día escribamos un libro a cuatro manos.
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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) es un ingeniero comercial titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios formales de estética del cine cursados en la misma casa de estudios (bajo la tutela del profesor Luis Cecereu Lagos), y también es magíster en gestión cultural de la Universidad ARCIS.
Como escritor ha publicado con gran éxito de crítica y de lectores las novelas Fear (Mosquito Editores, 2007), Tan lejos. Tan cerca (Simplemente Editores, 2011), El rincón más lejano (Simplemente Editores, 2013), El pasado nunca termina de ocurrir (Mosquito Editores, 2016) y las nouvelles Siempre me roban el reloj (Mosquito Editores, 2014) y El martirio de los días y las noches (Editorial Escritores.cl, 2015).
Además, ha lanzado los volúmenes de cuentos Sin besos en la boca (Mosquito Editores, 2008), los relatos y ensayos de Meditaciones de los jueves (Renkü Editores, 2013) y los textos cinematográficos de Reflexiones de la imagen (Editorial Escritores.cl, 2014).
Sus últimos libros puestos en circulación son las novelas Voces en mi cabeza (Editorial Vicio Impune, 2020), Miedo (Zuramérica Ediciones, 2021), y la recopilación de críticas audiovisuales Hablemos de cine (Ediciones Liz, 2023).
Imagen destacada: El ministro Carlos Montes y el Presidente Gabriel Boric.