«Crónicas de payaso», de Pogo: Un periodista salvaje en la jungla

La editorial independiente Camino apuesta a la publicación de este libro —autoría del legendario vocalista de la banda de rock Los Peores de Chile—, y un volumen compuesto por tres crónicas y un prólogo, el cual nos sumerge en la selva literaria de la lucha entre realidad y ficción, esa eterna y peligrosa dualidad creativa.

Por Rodrigo Carvacho Alfaro

Publicado el 17.4.2020

Hablar de Pogo (1957) —el mítico vocalista de Los Peores de Chile— es hablar de punk, historieta, literatura, etcétera. Un artista de la vieja escuela que a base de puños y patadas abarca los ámbitos artísticos que se le antoje. En su documental reafirma la idea de no ser muy bueno en lo que hace, pero que lo que construye es sólido y con una simpleza que irradia fuerza. Y eso lo apreciamos en Crónicas de payaso, la nueva entrega de este artista que transita por Santiago. Editorial Camino apuesta a la publicación de este texto que suman tres crónicas y un prólogo que nos sumergen en la jungla de la lucha entre realidad y ficción. Eterna dualidad peligrosa.

Crónicas de payaso se inicia con el prólogo de Pogo cuestionando los textos presentados. Y juega con sus posibles respuestas, como evasivas para dejar al lector enfocarse en su mundo. Pero de lo que sí está seguro, es desde dónde surgen: “estos relatos se basan en supuestos hechos verídicos, contextualizados en verdades tan indiscutibles, como históricas” (Pág. 5). Y de alguna manera en estas tres historias se juega en el abismo de la realidad y de la ficción, aunque todos sabemos que en la construcción, la eterna ficción gana por nocaut.

Payaso es un periodista que viaja por el mundo y que posee un carácter serio, nihilista, frío y sin temor a enfrentar al poder. En la primera crónica, una excelente entrevista a George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos de América, se presenta como un tipo: “tan serio como un recaudador de impuestos y nunca he podido contar ningún chiste (…) soy periodista. Un amargo y nihilista corresponsal de esos que nada cree” (Pág. 17).

El protagonista de estas tres crónicas tiene su oficio muy claro en su mente como en la importancia que debe poseer siempre, un fuerte palo a los periodistas y medios de comunicación de la actualidad: “la experiencia me ha marcado. Nada es verdad y nada se debe creer, no sólo porque dos días más tarde tendrás que echar pie atrás de todo lo que te tragaste un puñado de horas antes. Sino porque la historia hay que reescribirla a cada momento, en medida que salen nuevos datos desde las sombras” (Pág. 17-18).

En la primera crónica “Siento que te he visto antes” el protagonista debe viajar a Estados Unidos a entrevistar a su presidente por la intensa búsqueda de Saddam Hussein como una vil excusa de obtener el petróleo de Irak. Payaso nos describe las situaciones, las sensaciones que puede percibir en la Casa Blanca, pero sin dejar de enfrentar a Bush por su gobierno macabro y el invento de una guerra falsa y peligrosa.

En la segunda crónica, nuestro periodista protagonista penetra el ataque de Israel contra el Líbano, hecho que ya viene ocurriendo hace bastantes años, como una estrategia de ruta hacia lo más codiciado en medio oriente: su petróleo. Payaso nos muestra dos rutas, como todo buen periodista debió siempre hacerlo: lo oficial y en terreno. Por un lado hace el rescate de testimonios en hospitales, recibiendo la cruda realidad frente a frente: niños mutilados, hombres sin familias, heridos sin derecho a quejarse y la frase más potente que puedes recibir de un pueblo moribundo: “Señor Periodista, no tenemos tiempo para llorar, sólo hay tiempo en este país para la muerte” (Pág. 72). Y así continúa su viaje caminando, ahora buscando el testimonio de los pocos sujetos que quedan con vida, caminando sin destino próximo. Así se topa con una familia que lo ha perdido todo. Sólo tienen su ropa y las ganas de irse. Pero lo que tienen claro es quién los atacó, llevan entre sus manos una cola de misil hebreo, con la estrella de David: “lo tendremos siempre y luego lo tendrán nuestros hijos. Y más tarde los hijos de nuestros hijos para que sepan y no se olviden nunca quién es nuestro enemigo” (Pág. 88). Así, Payaso buscará la ruta para el hotel y seguir escribiendo estos crueles testimonios.

En la última parte del libro, Payaso instalado en Irak debe hacer un viaje casi suicida a Fallujah: “ciudad que ha sido símbolo histórico de la resistencia contra cualquier invasor que se ha atrevido a meterse en el atolladero iraquí” (Pág. 104), y donde las tropas de Estados Unidos arrasan con la vida de cuanto civil encuentran. Nuestro personaje sabe de las injusticias y así las presenta en su relato. Una ciudad devastada y con eterno sufrimiento. Un territorio en disputa siempre es el más peligroso para cruzar y ayudar, porque te encuentras en el centro de ambos bandos que disparan sin pensar.

Estos tres relatos que cruza nuestro protagonista, Payaso, es una excelente construcción histórica y ficcional que nos muestra una cruda realidad de la vida y del mundo. Pogo, su autor, nos sorprende con una voz narrativa directa y cruda que merecen las imágenes descritas y los acontecimientos que narra el protagonista. La rudeza, la crudeza y la injusticia son tres palabras que sintetizan estas Crónicas de payaso.

Finalmente, este libro es un fiel reflejo que la gran disyuntiva entre la realidad y la ficción se convierte en un cruce peligroso, pero siempre atractivo. Este volumen potente y con mucha fuerza de reflexión, nos invita a soñar a otro posible texto, donde Payaso transite por Plaza de la Dignidad dando cuenta del fervor de un Chile que despertó y que exige cambios profundos. La literatura, amigos míos, siempre ayudará a soñar los distintos caminos.

 

***

Rodrigo Carvacho Alfaro (1982) es profesor e investigador de literatura chilena. Estudió pedagogía en castellano y comunicación, y licenciatura en lengua y literatura hispánica en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y magíster en literatura latinoamericana y chilena en la Universidad de Santiago de Chile. Entre sus publicaciones destaca Su voz viene en el viento. Poesía reunida de Manuel Rojas (2012).

 

«Crónicas de payaso», de Pogo (Editorial Camino, Santiago, 2019)

 

 

Rodrigo Carvacho Alfaro

 

 

Crédito de la imagen destacada: Editorial Camino.