De vuelta a Roberto Bolaño: En «Putas asesinas», un escritor libre de cargos

A los personajes de este libro les toca sufrir y, a veces también tienen que morir. En este volumen, como en «Estrella distante» (1996), Chile, el país natal del autor está muy presente: hay constantes referencias, sobre todo en los primeros cuentos, al golpe de 1973, y a un viaje que B (uno de los personajes de algunos de los relatos) hizo a Chile durante ese año de gracia y acerca de referencias a los exiliados chilenos, especialmente en México y en España.

Por Sergio Inestrosa

Publicado el 11.4.2018

Para quienes encuentran la lectura de Roberto Bolaño (1953 – 2003) difícil, sexista y más de alguna vez han abandonado un texto a la mitad, he aquí un libro que tal vez los haga recuperar el interés por leerlo. Me refiero al volumen de cuentos Putas asesinas (2001) que se lee, me parece, sin mayores sobresaltos, aun cuando sus personajes sigan siendo caracterizaciones que a veces actúan de forma extraña, que son ordinarios y vulnerables (como cualquiera de nosotros) y cuyos viajes no son otra cosa que un escape de la realidad que han dejado atrás.

A los personajes de este libro, les toca sufrir y, a veces tienen que morir. En este volumen, como en Estrella distante (1996), Chile, su país natal, está muy presente; hay constantes referencias, sobre todo en los primeros cuentos, al golpe de 1973, y a un viaje que B (uno de los personajes de algunos de los relatos) hizo a Chile durante ese año de gracia y acerca de referencias a los exiliados chilenos, especialmente en México y en España.

Como es su costumbre, no podía faltar la erudición literaria con listas de intelectuales famosos, ni las referencias a los genitales y relaciones sexuales; también sus textos se desplazan por diversas ciudades; en este libro los primeros cuentos ocurren en México y después las historias se desplazan a España, en concreto a Barcelona, siguiendo de alguna manera la biografía propia del mismo Bolaño.

En el último cuento de los que ocurren en México, en específico en el puerto de Acapulco, encontramos a B, (clara abreviatura de Bolaño) que disfruta de unas vacaciones junto a su padre, después de haber regresado de Chile en 1974, año en que Bolaño vuelve a México. En el siguiente cuento titulado “Días de 1978” este mismo B, un hombre chileno, un día asiste a una fiesta de exiliados chilenos en Barcelona. Recordemos que Bolaño llega a España en 1977. Este personaje B, en general hace siempre lo que no desea hacer, es como si su voluntad fuera a contra corriente con sus acciones. En otro cuento B se desplaza de París a Bruselas para ver a la hija de un exiliado chileno ya muerto.

El relato “Prefiguración de Lalo Cura” tiene título ambiguo que puede leerse como la locura o como en el cuento que trata sobre un personaje que se llama Olegario y que todo el mundo llama Lalo y cuya madre (una artista de películas porno) registró con el apellido Cura que era como llaman a su padre (que tal vez fue cura o pastor). Esta ficción resulta divertida por las absurdas tramas de las películas porno en que participan los personajes, incluyendo la madre de Lalo Cura.

El cuento “Putas asesinas” es una narración dura y por momentos todo pareciera suceder como en una pesadilla, es en verdad, una historia de terror; el relato es uno de los mejores del libro y tiene una alta dosis de violencia insinuada. En este argumento hay un par de aseveraciones que quiero destacar y que son dichas por la protagonista y narradora del cuento (la princesa inclemente): “Las mujeres son putas asesinas”. Afirmación problemática por lo demás y tal vez hoy más que nunca. La segunda es: “…el azar, que es el mayor criminal que jamás piso la Tierra”; jamás había pensado que se pudiera caracterizar el azar desde esta perspectiva, la cual se acerca más al sentido que esa misma palabra tiene en portugués, que como algo negativo.

En el cuento “El retorno” se hacen varias referencias al cine, el narrador que se ha muerto, es un cinéfilo, incluso hace referencia explícita a la película Ghost, que el considera mala, pero el tema de la trama tiene el mismo tono del largometraje. El narrador está en París, en una discoteca y muere de un infarto, pero aunque está muerto no lo está, justo como en el filme.

El siguiente relato se titula «Buba» y es sobre Acevedo, un futbolista chileno que juega en Barcelona (la ciudad de la sensatez y del sentido común, según se dice en el cuento), sufre una lesión y por un tiempo lleva una vida disoluta, pero gracias a Buba (su compañero de cuarto) regresa a jugar y termina teniendo varias temporadas de ensueño. Como tenía que ser el cuento está dedicado a Juan Villoro, escritor mexicano apasionado del futbol.

El siguiente cuento se llama «Dentista», después le sigue «Fotos», «Carnet de baile» y cierra el libro «Encuentro con Enrique Lihn». Dejaré sin comentar estas ficciones para provocar a los potenciales lectores.

Este libro de cuentos resulta fácil y placentero de leer de principio a fin y quizá es el mejor libro para alguien que quiera adentrarse en la obra de Bolaño o para quien lo haya abandonado por no sentirse cómodo con otros de sus títulos.

Permítanme terminar esta reseña con el epígrafe que Bolaño usa y está tomado de Horacio: “La demanda acabará en risas y tú te irás libre de cargos”. Ojalá que si se animan a abrir este libro lo disfruten tanto como lo he disfrutado yo.

 

Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos.

 

Roberto Bolaño y la primera edición de «Putas asesinas» (Editorial Anagrama, 2001), en un fotomontaje

 

Crédito de la imagen destacada: http://www.rtve.es