Documental «Hoy y no mañana», de Josefina Morandé: La lucha feminista en tiempos de la dictadura

El homenaje audiovisual al movimiento «Mujeres por la Vida» -premiado durante el reciente Festival Internacional de Documentales de Santiago 2018- protege y rescata la tan necesaria memoria que tanto se nos ha querido borrar y que gracias a este tipo de aportes culturales es posible sacar a la superficie.

Por Alejandra Coz Rosenfeld

Publicado el 16.11.2018

Sinopsis: En 1983 surge un excepcional grupo de mujeres que dejará un legado único en la historia de Chile. Es el movimiento Mujeres por la Vida. Figuras femeninas que en tiempos de la dictadura militar (1973 – 1990), cuando pocos se atrevían a salir a la calle, se organizaron convocando cada vez a miles de mujeres que con valentía lograron hacer actos relámpagos e inéditos para la época. Su objetivo era denunciar lo que ocurría en el país asumiendo la voz de quienes no podían hacerlo y así poner fin al sistema de muerte que estaba imperando en Chile. Hoy estas mujeres, casi todas ya mayores, siguen trabajando activamente por un Chile más justo y solidario desde la empatía, el coraje, el humor y la creatividad.

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El documental Hoy y no mañana, recientemente galardonado en Fidocs 2018 con una distinción especial del INDH (Instituto Nacional de los Derechos Humanos), por su: «notable aporte a la promoción y defensa de los derechos humanos desde el cine documental», habla de la memoria como colectivo-país y de la incansable lucha femenina que hasta hoy sigue pulsando.

Mujeres por la Vida, fue una agrupación que se formó en el año 1983, a raíz del impacto que generó la inmolación de Sebastián Acevedo, padre de dos hijos que fueron detenidos por la CNI en plena dictadura. El movimiento se construyó transversalmente, y se fue conformando a través de las miles de redes que se organizaban por medio del boca en boca. Sus participantes aprendieron a sacudir el miedo de sus cuerpos para salir a las calles a hacer viva la voz y a mostrar resistencia frente a la evidente herida que estaba sufriendo nuestro país.

Se desplegaron acciones tremendamente exitosas donde la unión entre las mujeres fue el lema, el vínculo de la unidad desde el amor. El movimiento reunió mujeres de distintos estratos sociales, culturales e incluso políticos (desde la DC hasta el MIR), campesinas, pobladoras, artistas, profesoras, escritoras, periodistas, dueñas de casa, estudiantes, etcétera, que se unieron con un sólo fin: luchar y resistir.

La principal motivación de la directora Josefina Morandé (Santiago, 1964) fue hacer un homenaje a la memoria y de alguna manera tratar de contrarrestar la tremenda deuda que aún se tiene como país frente a las atrocidades vividas durante la dictadura, y ante un pasado doloroso, que muchas veces se quiere dejar en el olvido con la excusa de un falso progreso. Basta sólo con nombrar el asesinato ocurrido este 14 de noviembre del joven comunero mapuche Camilo Catrillanca en La Araucanía y las autoridades justifican la violencia. Es esta misma herida que sigue sangrando a diario, en cada acto de indiferencia, en las calles, dentro del Congreso, en la falta de educación.

Mujeres por la Vida se cristalizó y logró hacer pública la voz de la mujer pobladora, movimiento que dentro de las poblaciones ya se había gestado y que tenía tras bambalinas una gran red de organización y de solidaridad de base. Mujeres por la Vida hizo posible exteriorizar esa fuerza y determinación que contenían todas las agrupaciones y logró la unidad en medio de la diversidad. Gracias a que muchas participantes eran periodistas fue posible enviar comunicados de prensa al extranjero que dieron cuenta de lo que estaba sucediendo en aquel entonces a modo de denuncia y como registro histórico.

“NO + porque Somos +”, fue una consigna muy utilizada en Mujeres por la Vida, consigna creada por Diamela Eltit y Lotty Rosenfeld quienes encabezaron de alguna manera el equipo creativo del movimiento. Ellas paralelamente formaban parte del grupo C.A.D.A (Colectivo Acciones de Arte), colectivo donde se gestó en primera instancia la consigna NO +, que hoy es parte de la imaginería universal y que es utilizada en cada marcha alrededor del globo.

 La gran mayoría de los registros del documental son material de archivo de la época, fotografías y videos que dan una plasticidad especial a la narrativa y un ritmo que posee una fluidez coherente con los hechos que van recordando y narrando algunas participantes del movimiento.

Cada imagen habla por sí sola, amplificada con la música tan bien sentida y pensada a cargo de Catalina Claro. La dirección y montaje encabezada por Josefina Morandé, la producción ejecutiva por Consuelo Castillo, la cámara por Fernando Navarro, la misma Josefina Morandé y Guillermo González. La animación por Liv, el post de sonido por Mario Díaz y la post de imagen de Claudio Aguilar.

 Mujeres por la Vida es parte de la trama de todos los movimientos feministas previos y posteriores, dando a entender que es la misma energía perenne que sigue luchando por la igualdad de derechos.

 Hoy y no mañana (2018) es un homenaje a todas las mujeres luchadoras que rompieron con el miedo, con el deber ser frente a lo socialmente correcto y salieron a las calles. Es un homenaje y una inyección de energía y movimiento a todas las mujeres que seguimos luchando hoy, unidas desde la transversalidad.

 

Alejandra Coz Rosenfeld nace en Santiago de Chile, en 1972. Poeta, artista y terapeuta transpersonal, estudió letras y estética en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y arte en el Palazzo Spinelli, de Florencia, Italia. Ha publicado el poemario Marea baja (Editorial Cuarto Propio, Santiago, 2017), y prepara su primer libro de relatos con el título tentativo de Las aguas de Neptuno y otros cuentos, y una segunda entrega de poemas, ya bautizada como Jabalina (Ediciones Filacteria, Santiago, 2019).

 

 

 

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