[Ensayo] «Hambre»: Para sobrevivir a las penurias de la carne

Ahora, los lectores hispanoparlantes pueden darse el gusto de encontrarse con el John Fante cuentista, gracias a la publicación de un conjunto de dieciocho de sus relatos, incluido un prólogo inédito a su ya icónica novela, «Pregúntenle al polvo».

Por Alfonso Matus Santa Cruz

Publicado el 30.3.2023

Una muchacha mexicana, asediada por la locura de un amor incurable, deja su auto estacionado a orillas de la carretera y echa a andar por el desierto californiano, que borrará las huellas de su desaparición.

La escena no admite artificios, la historia es maravillosa y brutal, como la vida misma de los marginados de siempre durante los espasmos económicos y sociales que provocó la gran depresión.

Una época que se tatuará en la memoria de John Fante (1909 – 1983), pero no desde su panorámica, sino a partir de retazos de vidas, historias que acudieron a él y que sufrió y metabolizó con la experiencia y una capacidad de observación cruda, mezcla de boxeador y de caminante de la urbe, chupando el desasosiego, la exaltación y la violencia de calles, bares y relaciones de pareja que parecen temblores o demoliciones consentidas.

Fante tuvo un renacimiento literario tras su muerte gracias a Charles Bukowski, quien lo ensalzó como su precursor, el artista perdido de la gran depresión que lo prefiguró a él y a los beat. Su novela principal, Pregúntale al polvo (1939), fue reeditada y goza de una segunda vida narrativa.

Y ahora, los lectores hispanoparlantes, pueden darse el gusto de encontrarse con el Fante cuentista, gracias a la publicación de un conjunto de relatos, incluido el prólogo a su icónica novela ya mencionada, titulado «Hambre» y editados por Anagrama.

 

Personajes entrañables y fracturados como la vida

La génesis de cómo se recobraron estos cuentos viene incluida en el volumen y conserva algo del aura de misterio y polvo que animan la obra del autor. En 1994, su biógrafo, Stephen Cooper, tras muchas conversaciones con la viuda del escritor, tuvo la ocasión de penetrar en una habitación donde ésta conservaba la mayoría de los materiales y archivos mecanografiados de su esposo.

Una pequeña y sombría mezquita de polvo y papeles, conservada como una cápsula del tiempo, entre cuyos borradores y manuscritos encontró los dieciocho textos que desembocarían en este libro.

Los flujos y reflujos de la literatura siguen derroteros casi inescrutables. Lo que durante un año parece deslumbrar a la mayoría de los lectores es alimento para el fuego una década después, mientras que algunas obras subterráneas, leídas por unos pocos en su tiempo, de repente son resarcidas por algún heredero que les rinde tributo y reflota sus cualidades.

Esto pasó con el gesto de Bukowski hacia Fante, un favor para nada arbitrario, ya que las vidas de ambos siguen decursos similares: obreros, escritores casi apátridas en su propia tierra, parte vagabundos, parte escritores en habitaciones de moteles y habitaciones estrechas como las frases que conjuraban golpeando las máquinas de escribir.

Frases cortas y punzantes, mezcla de jazz y de box traducido en descripciones concisas. Despojadas de artificio u adjetivos sobrantes. Arte de las escenas decadentes, conversaciones trasnochadas, discusiones de pareja, pasión, patetismo y el ejercicio mismo de la escritura.

La infancia, la adolescencia y la juventud de su alter ego, Arturo Bandini, desfilan en una serie de cuentos en los que nos topamos con un humor que coquetea con el absurdo y la crueldad, con la compasión debatiéndose entre el desengaño y la risa irónica. Personajes entrañables y fracturados como la vida que les pasa por encima.

En estas páginas, la tragedia y el humor se toman de la mano. Las tácticas de sobrevivencia de los inmigrantes filipinos, la xenofobia en contra de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, el machismo brutal de la primera mitad del siglo XX y la ingenuidad y los delirios literarios de un escritor en constante prueba de sus destrezas, luchando con su materia de trabajo cuerpo a cuerpo.

Todo eso constituye el meollo de un volumen en el que se incluyen dos bocetos para una novela inconclusa. Hambre de literatura para sobrevivir las penurias de la carne.

 

 

 

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Alfonso Matus Santa Cruz (1995) es un poeta y escritor autodidacta, que después de egresar de la Scuola Italiana Vittorio Montiglio de Santiago incursionó en las carreras de sociología y de filosofía en la Universidad de Chile, para luego viajar por el cono sur desempeñando diversos oficios, entre los cuales destacan el de garzón, el de barista y el de brigadista forestal.

Actualmente reside en la ciudad Puerto Varas, y acaba de publicar su primer poemario, titulado Tallar silencios (Notebook Poiesis, 2021). Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Hambre», de John Fante (Anagrama, 2022)

 

 

 

Alfonso Matus Santa Cruz

 

 

Imagen destacada: John Fante.