[Ensayo] «Los favoritos de Midas»: Un arte audiovisual de valor cívico

La serie española de Netflix y compuesta de seis capítulos —creada por Mateo Gil, quien codirige con el director Oskar Santos Gómez— y protagonizada por Luis Tosar, Marta Belmonte y Willy Toledo, acaba de ser estrenada vía streaming durante el mes de noviembre y se basa en el relato corto «The Minions of Midas», del ya clásico escritor estadounidense Jack London.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 11.12.2020

«Lo que plantea la serie son muchas preguntas sobre nosotros mismos y sobre la sociedad que hemos construido, que deberíamos hacernos a diario: ¿cuánta solidez hay en nuestros principios?, ¿cuánta altura moral hay en la sociedad para poder seguir hacia delante? Porque quizá no podamos seguir así por mucho tiempo».
Luis Tosar

El actor gallego —todo un mito viviente— protagoniza esta excelente miniserie que nos muestra una ficción fiel reflejo de nuestra sociedad actual. En una entrevista concedida a El Periódico Tosar se plantea esas preguntas y afirma: “La serie habla de un desorden, de un caos que estamos viviendo y que cada vez es más flagrante. Cada vez hay señales más claras de que la sociedad, tal y como la conocemos, se está desestructurando”.

Y añade crítico: “En todos los caos que se producen a lo largo y ancho de nuestro mundo siempre salen ganando los mismos”.

Ese es el tema central de Los favoritos de Midas, título que alude al misterioso grupo de poderosos que chantajea a Víctor Genovés, un empresario que encarna brillantemente Tosar.

La acción se desarrolla en Madrid, en un presente convulso en el que se producen manifestaciones en contra de las políticas gubernamentales. Y en ese fondo caótico, la tensión.

Genovés es propietario de un periódico que se arriesga a publicar un informe que pone en evidencia los trapos sucios de una entidad bancaria que les financia. Este obrar transgresor se debe a su natural independencia y a su atracción por Mónica (Marta Belmonte) la periodista que ha destapado el caso.

Tensión que el empresario vivencia por ese sacar a la luz periodístico y en mayor medida por el extraño chantaje de ese enigmático grupo que mata inocentes aleatoriamente. Así, Genovés decide pedir ayuda a la policía: es el inspector Conte (espléndidamente interpretado por Willy Toledo, actor “maldito” para los católicos acérrimos) quien se hace cargo del caso del grupo extorsionista implicándose al máximo en lo que entiende —con razón— como una seria amenaza para la sociedad.

Porque ese grupo actúa conociendo al detalle todo lo que la policía y Genovés saben. Los Midas no son una banda criminal al uso, poco a poco se hace evidente que son un reducido grupo de poderosos en la sombra con tentáculos indetectables en los poderes visibles.

Un grupo elitista que lo controla todo desde su confortable anonimato, un grupo en imperturbable orden que promueve el caos social como medio de vida.

 

Serie «Los favoritos de Midas» (2020)

 

Valores, persona y sociedad

La obra va desgranando cómo viven esa tensión cada uno de los personajes principales (empresario, periodista y policía), los retrata en su valentía, sus inseguridades y debilidades humanas. Y también en cómo son sus relaciones mutuas (Genovés y Mónica como pareja inestable y a la vez Genovés y Conde como colaboradores recelosos).

Pero sobre todo a Mateo Gil —guionista y director— le interesa poner el foco en los valores de cada uno de ellos, en sus principios morales. Mostrar cuáles son sus prioridades y cómo reaccionan ante situaciones límite en las que se juegan su futuro e incluso su vida.

En definitiva, al realizador canario le interesa retratar el valor —o no— de cada uno de ellos para actuar según sus principios personales en entornos a menudo cobardes y «vendidos».

Ese retrato personal al desnudo es también un retrato social y una metáfora sobre la necesidad de transparencia en los escurridizos poderes públicos y privados en un mundo de máscaras como es esa ficción, y por analogía como es el nuestro.

Los favoritos de Midas incide principalmente en el poder económico —la banca denunciada y los empresarios: Genovés y su inquietante amiga María José a quien da vida Marta Milans—, el poder policial —Conde y otros agentes— y el cuarto poder —Mónica y el director del periódico interpretado por Carlos Blanco—.

En esa elección a tres, Gil relega al poder político, quizás como forma de denunciar que en nuestro mundo la clase política es —desafortunadamente— cada vez más irrelevante.

Tal y cómo afirma Tosar nuestro mundo se está desestructurando, todo ha cambiado mucho en poco tiempo. La globalización actual —como todo lo humano— tiene sus luces y sus sombras: somos conscientes de que todos estamos conectados, nos enriquece el conocer y abrazar tantas diferencias ocultas antes en las fronteras y los muros físicos y mentales… pero también surgen miedos de todo tipo por la pérdida de privilegios especialmente en nuestro ambiguo y a menudo insolidario “primer mundo”.

Mientras se espera un nuevo orden, crece el caos y el desconcierto. Y ante el miedo a perder privilegios se retroalimentan discursos y modos radicales que añoran fórmulas que creíamos superadas. Pero también —afortunadamente— crecen las voces y las obras para reformular el mundo desde los valores humanos con conciencia planetaria.

En esta dualidad, en ese pulso estamos y está la obra. De entrada parece que siguen ganando los de siempre, es decir los pocos que tienen mucho y siempre ambicionan más en nula empatía. A casi nadie extraña que puedan existir grupos como Los favoritos de Midas ahora y aquí. Y que utilicen todo su poder para fomentar el caos, el miedo y la desinformación.

Como siempre, el punto está en cada uno de nosotros. En si optamos por “pasar” convirtiéndonos en mayor o menor medida en masa manipulable. O nos mantenemos despiertos y comprometidos buscando orientarnos en las nieblas de la desinformación y del miedo.

Por todo lo expuesto hay que visionar Los favoritos de Midas, por todo lo descrito y por más. Porque además de invitar a la reflexión es un original thriller que engancha y entretiene.

La puesta en escena es excelente y las interpretaciones —en general, desentona y mucho el niño que intrepreta al hijo de Genovés— también, destacan —tal y como ya se ha comentado— tanto Tosar como Toledo y dos grandes actrices aquí secundarias: Marta Milans y Elena Irureta, quien encarna a la empática madre de Mónica.

Sus seis episodios saben a poco.

 

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Jordi Mat Amorós i Navarro es pedagogo terapeuta por la Universitat de Barcelona, España, además de zahorí, poeta, y redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Jordi Mat Amorós i Navarro

 

Imagen destacada: Los favoritos de Midas (2020).