[Entrevista] Fabián Rivas: «‘Mensajes’ nace de la catarsis y de la necesidad»

El autor e ilustrador nacional se refiere al libro y álbum que aborda el tema de la muerte, pero dirigido a los más pequeños, y explica la estética detrás de un texto que busca generar conversaciones en las cuales sus lectores puedan expresar sus sentimientos, experiencias, ideas y temores relacionados con el duelo.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 8.11.2023

Fabián Rivas (1986), ilustrador y autor de libros infantiles, publica nuevo libro: Mensajes. El diseñador y profesor de ilustración ha colaborado para medios nacionales y para el extranjero (Colombia, España), y fue elegido para contribuir con las ilustraciones de Santiago en 100 palabras. Como autor de libros infantiles ha publicado en diversas editoriales y ha ganado cinco medallas Ibby Colibrí.

Aquí nos habla de su reciente entrega, que aborda el duelo de un ser querido, específicamente el que experimenta un niño al perder a su abuela, Yoya. La propuesta es transversal y no está formateada por arquetipos tradicionales, ya que se trata de una familia donde no hay presencia paterna, tampoco el peso de una religión tradicional.

El efecto se acentúa con la ausencia de nombres propios. El único «personaje» nominado es la abuela, quien se presenta por su apodo: «Yoya».

Sin ir más lejos, este libro y verdadero álbum ilustrado ha sido publicado por la editorial nacional Escrito con Tiza en su colección De Palabras.

 

Las fases de un duelo en «colores»

—Elaboraste tanto las ilustraciones como el texto. ¿Cómo pensaste este proyecto? ¿Cómo concebiste la idea de comenzar con representaciones que destacan por su neutralidad y colores sepia, hasta la paleta final que brilla con muchas luces de colores?

Mensajes nace de la catarsis y la necesidad de un libro que viene de una pérdida personal, de como la viví, como lo hizo mi entorno, y plasmar eso poco a poco. De como mi forma de vivir el duelo fue escribiendo una historia, dibujando unos bocetos y, como dice Neil Gaiman en una de sus frases más conocidas, en malos momentos: ‘hacer arte’.

Poco a poco, eso fue generando una historia. De elegir primero el formato, donde hay un abanico gigante que puede ir desde libro ilustrado hasta una novela gráfica, pero para mí era un libro lleno de tiempos, de sutilezas, donde el paso del color, desde los grises pasando por los amarillos y finalmente el color, debía ser paulatino. Debía ser como una nota que fuera lentamente y donde las ilustraciones y el texto pudieran conversar.

Se habla mucho de las fases del duelo, que son cinco, la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Para mí es en colores, en la ausencia de ella y cómo los recuerdos y mensajes que van apareciendo son un puente, un paso entre estas etapas.

El estilo gráfico, el trazo también fue una decisión. De alguna manera es dibujada por el mismo protagonista, que en las primeras páginas aparece dibujando, nos está contando su historia y, por eso, su estado de sentir, de ver, está tan ligado.

 

«Hay una pena y una soledad muy presentes en el libro»

—La familia de Mensajes está constituida por el hijo, la madre y la recién fallecida abuela. Aquí no hay figura paterna.

—La verdad es que lo importante acá es el hijo, la madre, y la abuela que ya no está. Quería potenciar esa figura de tres personas, dos de ellas presentes y cómo viven este duelo. Cómo la abuela se hace presente y cómo, tanto la mamá como el hijo, responden a esto. Hay una pena y una soledad muy presentes en el libro y narrativamente al ser solo ellos, esta idea se potencia y remarca.

En un libro álbum es muy importante contar sin explicar y esta figura de abuela, madre e hijo habla de un puzzle, de un rompecabezas que al no estar una pieza presente, ellos deben adaptarse, replantearse y aprender a vivir  nuevamente. En este caso, como familia, caminar juntos.

Son ellos dos, siendo familia.

 

Los recuerdos vistos como textos

—Los mensajes que van apareciendo actúan como esperanza en un entorno laico. Es como si la magia de estos mensajes reemplazara el luto más convencional, generalmente asociado a los rituales designados por las religiones tradicionales.

—Quienes lamentablemente hemos perdido a alguien, ya sea una mascota, un amigo, hermano, papá, abuela o quién sea, sabemos que el duelo no comienza o termina en el cementerio o con un luto de tres días. Esa pena dura más que una ceremonia, pueden pasar días, meses, años. Para cada uno es distinto. Hay días buenos, hay días malos.

Puede que al despertar todo sea gris y mañana un recuerdo, un mensaje, una fotografía nos devuelva el color, la verdad es algo que nos acompaña y tenemos que aprender a vivir con ello. Como hablaba antes, estas etapas de duelo, de pena son tan personales y cada uno lo vive de la manera que mejor pueda hacerlo.

En este caso, los mensajes, los recuerdos, las vivencias y consejos, son vistos como textos, como frases. Pero es la manera que lo ve tanto el hijo como su madre. Si alguien esos mensajes los ve como una fotografía, como una película, como una vela o lo que necesite, me parece perfecto.

 

«Sensaciones, momentos que van y vienen»

—La Yoya, la abuela que representa el duelo del chico, es el único personaje que tiene nombre. La madre es «la mamá» y al niño tampoco se le da un nombre. Háblanos de tu decisión al pensar en las identidades de cada cual.

—Me parece que el ser personajes sin un nombre definido, ayuda a identificarnos y ponernos en el lugar del niño o de la mamá. Los mismos textos hablan de una especie de diario o bitácora donde el día a día se hace presente con pequeñas frases que trabajan también para contar sensaciones, momentos que van y vienen.

A diferencia de que el niño exprese y vaya contando con largos párrafos, acá cuenta elementos que van pasando, que lo van apenando o sorprendiendo y que de alguna manera intento que sirva para conectar más.

La Yoya es ese alguien que perdimos y que sí tiene un nombre o un apodo que con cariño nos trae, como las frases, recuerdos que nos vienen a la mente y nos acompañan día a día a hacer algo mejor.

 

 

 

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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, Dame pan y llámame perro, Subterfugio y Succión, además de los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.

Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Mensajes», de Fabián Rivas (Escrito con Tiza, 2023)

 

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: Fabián Rivas.