«Guasón», de Todd Phillips: Las claves del filme que remece la cartelera mundial

El gran estreno de esta semana es una obra audiovisual que apunta no solo al fanático, sino también al amante del cine y he ahí otro de sus grandes aciertos: proponer una relectura de este personaje consistente con su origen en las viñetas de una revista, pero segura y actual en su adaptación cinematográfica.

Por Felipe Stark Bittencourt

Publicado el 2.10.2019

Guasón (Joker, 2019) se sostiene por la base compartida de la referencia cinematográfica y, por supuesto, por su génesis en el mundo del cómic. Le presta mayor atención, sin embargo, al primer aspecto que al segundo; pues mientras que en aquel puede desenvolverse tranquilamente al dotar al personaje de una base más segura y respetable —una que la crítica de cine ha validado por su impacto cultural e histórico—, en la otra se arriesga a encontrar el desdén del espectador de nicho que espera ver en el payaso un reflejo fiel de su vertiente literaria y de la sombra de Heath Ledger en El caballero oscuro, hazaña sumamente difícil.

Si bien es un movimiento que podría chocar con los orígenes inciertos que DC le ha atribuido al Guasón, cabe decir que esta película sortea ese obstáculo sin mayores problemas por la notable interpretación de Joaquin Phoenix y la eficiente dirección que Todd Phillips aplica a su viaje al abismo de la demencia.

El villano, en la piel de Phoenix, puede recordar, como han señalado otros críticos, al protagonista de El rey de la comedia, pero sobre todo al de Taxi Driver, largometraje que funciona como base, pero también como antítesis para la presente obra. En el mítico filme de Scorsese, la travesía de Travis Bickle hacia la locura evita la corrupción moral, pero evidentemente el viaje del Guasón sigue el rumbo contrario, manteniendo, sin embargo, unos inquietantes rasgos de su contraparte, que permiten empatizar con él, con su vida miserable y claustrofóbica.

Phoenix lo consigue al permitir la coexistencia de la fragilidad emocional de su Guasón con la inestabilidad mental que sufre su alter ego Arthur Fleck, la cual lo hace ser despiadado y errático, pero también solitario y lastimero. Es un hombre marginado por la sociedad que busca reconocimiento, pero del que no podemos asegurar un referente claro para dárselo, porque Phillips nos lo niega a nosotros mismos.

En ese sentido, no hay una intención de glorificar la violencia ni mucho menos de hacer del Guasón un personaje atractivo o un modelo a seguir; la película sigue un camino en el que la muerte y la destrucción resultan incómodos y brutales. Llamativos, sin duda, porque se hiperbolizan con la interpretación de Phoenix y la insistencia de Phillips al jugar con la luz, la sangre y la geografía de Ciudad Gótica, pero evidentemente desagradables y espantosos en su origen.

Pues, al igual que Travis, a Fleck la urbe le sirve de compañera y hasta de enemiga, convertida aquí, gracias al esmero de la puesta en escena, en otro personaje más, uno que refleja el malestar del protagonista, pero sin unirlo de un modo muy consistente con su vida privada, en la que el rol de la madre juega un papel importante por su siniestra ambigüedad.

El director prefiere sumergirse, sin embargo, en esa metrópolis y convertirla en un basurero donde aprovecha de poner la firma de DC Comics. Si bien no llena la pantalla de referencias, estas aparecen lo suficiente como para alegrar a los más fanáticos y acoplarlas con mayor naturalidad a esa otra vertiente cinematográfica que tiene como hoja de ruta y base.

Ciudad Gótica, consecuentemente, es un lugar inquietante e inmersivo; un laberinto abrumador en el que los colores se reducen a un paleta opaca y sucia y en el que la luz pierde vigor frente al avance de las sombras. Repite visualmente lo que al espectador no hace falta anunciar, porque este conoce el destino del personaje, de su mente predestinada a caer del sartén al fuego y de volverse un villano terrible.

Eso que conocemos del protagonista desde un principio resulta efectivo y hace más fascinante su descenso al infierno, no es una decisión que le reste interés a la película. Sobre todo cuando vemos que Fleck quiere hacer del mundo un lugar menos espantoso, tal como le dijo su madre, y en el que participar de un late show aparece como una alternativa eficaz y amable.

Este descenso, sin embargo, se tropieza con una virtud que los realizadores saben aprovechar, aunque no del todo: la consciencia de que tienen un material muy delicado entre manos y que cualquier cosa que hagan con él, tendrá el repudio absoluto del público de nicho. Todd Phillips y su equipo lo saben y así nos lo demuestran; manejan eficientemente los recursos cinematográficos que disponen y los acoplan bastante bien con la cinefilia y el cómic, tratando de no dejar a nadie insatisfecho.

No obstante, en más de una ocasión, caen en redundancias e inconsistencias narrativas al tratar de jugar a ganador. Hay riesgos, decisiones creativas notables y un guion bien escrito (aunque poco pulido), pero que no escapan de lo convencional y del terreno seguro, siendo la actuación Joaquin Phoenix el aspecto más destacable de toda la película, pero no el único.

Guasón es un filme que apunta no solo al fanático, sino también al amante del cine y he ahí otro de sus grandes aciertos: proponer una relectura de este personaje consistente con su origen en las viñetas de una revista, pero segura y actual en su adaptación cinematográfica. Es decir, hacer de esta película un producto comercial sobresaliente, con suficientes capas para despertar uno que otro análisis y entretener de principio a fin a ese otro público que ya no quiere ver más cómics en la pantalla grande. Al menos por un tiempo.

 

Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile) y magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Actualmente se dedica al fomento de la lectura en escolares y a la adaptación de guiones para teatro juvenil. Es, además, editor freelance. Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción. También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

El actor Joaquin Phoenix en «Guasón» (2019)

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: El actor Joaquin Phoenix en Guasón (2019), de Todd Phillips.