«Historia universal del etcétera»: Un mundo posible tras los puntos suspensivos

El libro del poeta peruano Nilton Santiago —el cual se quedó con el primer lugar del Concurso Internacional de Poesía Vicente Huidobro en 2019— es un trabajo artístico audaz e innovador en su propuesta literaria.

Por Marcelo Gatica Bravo

Publicado el 29.4.2020

Cuando supe que el poeta Nilton Santiago (Lima, 1979) había ganado el primer Premio Internacional de Poesía Vicente Huidobro (2019), me alegré un montón porque sabía que el galardón había caído en un poeta que vive la poesía de una manera tan auténtica y vitalista, y cuya propuesta escritural dialoga con Huidobro, uno de los pilaras vanguardistas de nuestra literatura en español.

En el título Historia universal del etcétera (2019), ya se evidencia ese juego con el lenguaje, a partir de una poesía de vertiente reflexiva, coordenada destacada por el autor en una entrevista dada a la revista Íkaro: “La Historia universal del etcétera más que un libro, es una gran pregunta: ¿alguna vez te has preguntado qué hay detrás de este “etc…” en el cual terminan nuestras conversaciones o las noticias trágicas del periódico?”.

El universo poético del libro está habitado cinematográficamente por situaciones cotidianas, y personajes cuyas pulsaciones vitales e imaginarias adquieren una plasticidad y un dinamismo poético que le otorga un sello propio. En este plano, no es de extrañar que las leyes de la física del poeta permitan la aparición de: “unas avestruces que esconden la cabeza dentro de la tierra para buscar estrellas”, o “una australiana que se ha tomado tres gramos de estrellas con un chamán en la selva de Perú”; o “cuarenta y cinco papagayos lloran sobre una nube, recién nacida de este sábado por la mañana” —cuando va el poeta con su padre al correo—; o que una mujer llamada Caroline: “recoja los sueños rotos de los árboles”. O que el poeta Balam: “sonría y saque de su bolsillo una estrella de mar”.

Sea prosa o verso, Nilton surfea la realidad creando y recreando un matriz poética repleta de ventanas y conexiones como si fuera un poema-collage, en donde intercala su archivo del mundo a través de citas científicas, y su acervo cultural humanista. Esta forma de poetizar amplifica en primer plano fragmentos de su trayecto diario, dando explicaciones sorprendentes a hechos aparentemente intrascendentes.

En otro orden de ideas, es innegable una conexión con la resistencia huidobriana de tocar temas escabrosos. No hace mucho estaba re-leyendo sus Obras completas, y resaltan en este pliegue sus versos humanos y refrescantes como Ecuatorial, Poemas árticos, y a más de un académico o fans de la poesía más purista se quitaría los ojos con el polémico poema titulado “URSS”.

En este eje temático, Nilton no se queda corto, pues en su escritura existe una profunda vocación para asumir la realidad de los márgenes de Google. Esto se refleja en su discurso de recibimiento del Premio en Santiago de Chile: “Para los poderes económicos la poesía no sirve para nada y ahí radica su trascendencia: no se pone de rodillas ante el mercado; por el contrario, la poesía nos enseña a desobedecer, a cuestionarnos, a ver. A rebelarnos para ser más humanos y más libres”.

¡Y cómo no! En el libro ganador, incorpora hechos incómodos en sus poemas como “Alepo, diario de una lágrima”, o “El anochecer de los mendigos en el Central Park”. Cabe destacar la cita al trabajo del poeta Balam, reconocido por una escritura que asume los dolores de Centroamérica.

En suma, estamos frente a una obra de relojería poética digna de Huidobro. Una obra con cierto tono melancólico y de una aguda ironía existencial. Nilton Santiago no se conforma con las ilusiones ópticas del lenguaje moderno, que aparentemente lo tiene todo tabulado y calculado. La poesía no cabe en ese sistema. En las orillas del mercado invisible, la poesía se rebela. Tras los puntos suspensivos del etcétera permanecen en la resistencia un abanico de mundos posibles.

A continuación, dejamos una selección de poemas de Historia universal del etecétera, primer Premio Internacional de Poesía Vicente Huidobro versión 2019:

 

ARTE POÉTICA A FAVOR DE LOS MILAGROS Y EN CONTRA DE LOS AGNÓSTICOS

Y es así como “todo lo contiene todo”

y todas las estrellas son en realidad

el mismo miedo que huye de tu corazón

cuando despiertas por las mañanas

y vas a la ducha con la misma sonrisa que tendrías

frente a un pelotón de fusilamiento.

Si os fijáis bien, hace años que hemos dejado de ser nosotros.

 Ni siquiera el reflejo del espejo nos reconoce,

 ni la maquinilla de afeitar que recorre nuestra piel cada día

como si fuese un pez que tiene que aprender a nadar

 una y otra vez.

 Pero como “todo lo contiene todo” y nos arrastra

 hacia su vacío, hay que ponerse la corbata y salir a trabajar

con el corazón aún en el friegaplatos.

Terminar de leer en el autobús

aquel poema que empezaste a leer cuando tan solo

      eras un niño.

Y de pronto descubrimos que hasta un poema tiene que callar

para decirnos que, en realidad, el tiempo no es más

que un hámster que gira incansablemente

     dentro de la rueda del vacío.

Entonces el poema lee la historia de Shoden Yamazaki,

 aquel sacerdote del templo budista Choshoji

que acaba de ser arrestado por el robo de unas pantimedias

y también lee que en Magelang han construido

     una iglesia con forma de gallina

y es cuando el poema se deshace de las palabras

 y empieza a reír camino a la esquina de esta página

      en blanco

mientras piensa que, si todo es al fin y al cabo vacío,

  “nada existe”

que nada parece haber sido creado.

Pero de pronto el poema nos mira

 desde el fondo de la página en blanco

 y nos recuerda que Dios montó el paraíso

        y todo lo demás en 7 días,

y que los seres humanos tardamos miles de años

en imaginarnos a un barbudo

cuyo único mérito es caminar sobre el agua.

 Vaya, dice el poema,

mientras piensa que la imperfección de unos y otros

 hace de la creación el único milagro creíble.

Entonces el poema mismo es el vacío que crea,

el vacío que lo llena todo.

¿O es el poema que no existe el único verdadero?

 

SOBRE EL PORQUÉ ALGUNOS PANDILLEROS SECUESTRAN BALLENAS

Es hora del desayuno y Balam Rodrigo y yo

compartimos una gota de lluvia que alguien ha partido a martillazos.

No deja de llover

y un perro zapoteca nos trae en el hocico un tren lleno de salvadoreños.

No hablamos.

El silencio sacude sus ramas, como si fuese un árbol

que acaba de ser tiroteado al intentar cruzar una valla de equinoccios.

Al sacudirse, el árbol nos ha mojado de rocío

y ha hecho que varios peces caigan a nuestros cafés humeantes.

Me acerco a él para pedirle fuego, aunque sé que él no fuma.

Balam sonríe y saca de su bolsillo una estrella de mar

que migra cada día de un bolsillo a otro, de un corazón a otro (por reparar).

Su padre se la regaló hace varias vidas pasadas,

cuando los quetzales sabían hablar y lloraban.

Balam me pone la estrella sobre las manos

y un nuevo tren lleno de salvadoreños cruza esta mañana fría.

 

Balam dice que jugaba al futbol vestido de monje franciscano

y que, en Chiapas, los pandilleros secuestran a las ballenas

para enseñarles a pasar las fronteras con el estómago lleno de crack.

No muy lejos de nosotros,

la Mara Salvatrucha acaba de secuestrar a otra ballena centroamericana.

Lo sabemos por la forma en la que lloran los peces –asustados–

en nuestros vasos descartables de café.

Dos policías que nos oyen hablar nos dicen que los migrantes

nacieron de la costilla de un perro zapoteca

y no de las lágrimas de las ballenas.

Balam les sonríe porque cree que los países

no son más que pájaros en migración desde la creación del mundo.

Balam cree que yo me río de los pájaros migrantes

y que no me creo eso de que algunas ballenas duerman de pie.

Entonces se acerca a mí y me pide que cierre los ojos.

En ese mismo instante aparecemos en Tecún Umán, Guatemala.

intentando cruzar el río Suchiate.

Mi corazón es una estrella de mar que flota lejos de mí.

Nado para cogerla y, sin darme cuenta, llegamos al otro lado de la frontera.

Una ballena jorobada que me ve cree que soy un pez que llora.

No lloro, no, pero quizás sea verdad que soy un pez.

Cuando alcanzo la orilla alguien me apunta con su chimba y dispara

porque no llevo dólares americanos.

Balam coge la bala en el aire

y ésta se convierte en un quetzal de terciopelo.

Cuando me lo enseña abro los ojos.

Entonces veo que Balam Rodrigo está a lo lejos, mirando el vacío que nos separa.

Aún no hemos acabado de desayunar

ni hemos intercambiado palabra alguna.

No sabe quién soy (ni yo tampoco).

Sin embargo, hace siglos que ambos estamos muriendo

porque siguen matando a los perros vagabundos con veneno para estrellas.

 

EL ESTUDIO DE LA MATERIA DEL AGUA VS. EL ESTUDIO DE LA MATERIA DEL LENGUAJE

Para designar la palabra mar

primero hay que saber qué es la lluvia para un caballo.

Segundo hay que ponerle una escafandra al caballo

no,      mejor hay que sacar el caballo del agua.

Para ello sólo tienes que ir a buscarlo al diccionario

en la palabra mar

allí lo encontrarás solitario y lleno de escamas

y verás que ha crecido

hasta alcanzar el tamaño de un pez

y que el significado de caballo

esta irremediablemente contenido en la palabra mar.

 

***

Marcelo Gatica Bravo (Cauquenes, 1976) es profesor de castellano egresado del Pedagógico, poeta, y doctor de literatura en Vanguardia y postvanguardia en España e Hispanoamérica (Universidad de Salamanca, España). Ha publicado los poemarios El extramuro (Väljaspool-müüre, Estonia, 2018), Anclado al pescador de mares (2016), Crucial (con Pablo Gutiérrez, 2014), Portafolio. Poemas a pie de página (Con Camilo Cantillana, 2014) y Poemas identificados en el libro de pintura Los Nadies de Antonio Soto (Córdoba, España, 2013).

Como investigador literario ha publicado Buelos Barios: boladas boludas, del chileno Rodrigo Lira Canguilhem (Piélago Casa Editorial, Santiago de Chile, 2016), y en Estonia Vientos del sur (Lounatuuled, antología de poesía chilena, Editorial Toledo, Tallin, 2015) y Vientos del sur (Lounatuuled’II, Editorial Toledo, Tallin, 2018). Ha participado en ponencias, recitales, presentaciones de libros en Chile, España, Francia y Estonia.

 

«Historia universal del etcétera», de Nilton Santiago (Ediciones Valparaíso, 2019)

 

 

Nilton Santiago y Marcelo Gatica Bravo

 

 

Imagen destacada: El poeta peruano Nilton Santiago.