«Mi hijo sólo camina un poco más lento», de Ivor Martinic: La fisiología del amor

La simpleza en la escenografía de este montaje de fama mundial -que se exhibe actualmente en la sala Mori Bellavista- proporciona un resultado funcional a su dramaturgia, y donde los actores (que siempre se mantienen a la vista del público), aprovechan y ocupan el espacio teatral con mucha sutileza, sin estorbar, ni distraer a sus pares del elenco.

Por Miguel Alvarado Natalí

Publicado el 30.10.2018

Este drama familiar es dirigido por la famosa actriz Bárbara Ruiz-Tagle Correa (sobrina bisnieta del poeta Vicente Huidobro) y fue escrito por el joven dramaturgo croata Ivor Martinic y aunque el título sugiere un argumento donde se hablará de la enfermedad que mantiene al protagonista en silla de ruedas, es todo lo contrario, ya que la discapacidad está más en su propia familia. ¿Qué nos ocurre cuando tenemos entre nosotros a alguien diferente al resto y los problemas que esto conlleva?

Mientras los asistentes se van acomodando en la sala del Teatro Mori de Bellavista, ya los once actores están en escena bebiendo una taza de té o tal vez una de café -acompañado por unas galletas- sentados en sillas comunes alrededor de una mesa rectangular. A esto le sumamos unos ventanales y esa es la paupérrima escenografía, pero con la música de fondo ya se va creando esa atmósfera necesaria de la emocionalidad de un hogar. Es aquí, donde Branco, un joven inválido, cumple 25 años. Su madre se esmera en juntar a la familia por la tarde para celebrar su día. En tanto los personajes se distribuyen en el espacio escénico tomando cada uno su asiento para aparentar ser el living de la casa.

Mi hijo sólo camina un poco más lento se sumerge en el corazón de una familia que claramente ha tenido sus conflictos y que ahora los saca a la luz. La abuela con una especie de alzheimer no deja de divagar y de recordar a un ex amor, al mismo instante que putea y garabatea a su esposo. La hija que viene de visita no hace más que criticar a su hermana –que es la madre de Branco- porque no ha bañado ni alimentado bien a su anciana madre y la hermana de Branco llega con una amiga la que se enamorará de este joven, que solo anda más lento porque maneja una silla de ruedas. Él no tiene ningún impedimento en salir a la calle ni tampoco en dejarse llevar por el amor. Los rencores y las culpas, las heridas y la poca comprensión por el otro, van aflorando a medida que fluyen los diálogos.

Este montaje tiene momentos altos y bajos, hay que estar atento al desarrollo de los personajes para poder descubrir el vínculo familiar entre ellos. Una familia que aprovecha un cumpleaños para salir un poco de la cotidianidad, que finalmente, es el enfermo el menos aburrido y quien pese a sus limitaciones se vincula con el resto y acepta su condición sin complejos. Asumir la imposibilidad de caminar, es el que dice que hay que abrir las ventanas para que entre el aire, en tanto, el abuelo busca una corbata para esta importante ocasión, donde la alegría está en las pequeñas cosas.

La simpleza en la escenografía da un resultado funcional al montaje y los actores que siempre se mantienen a la vista del público, aprovechan y ocupan el espacio escénico con mucha sutileza, sin estorbar, ni distraer a quien le corresponde intervenir en el acto. Hay instantes en que los tiempos de diálogos caen en una lentitud, pero en la mayoría de las veces consigue la atención de los asistentes, tanto así, que el público aplaude largamente a este gran y diverso elenco al finalizar la obra y nos quedamos con esa sensación de que en los cumpleaños envejecemos y cuando envejecemos nos morimos y envejecemos todo el tiempo. Y es necesario advertir, que el elemento valórico en esta pieza teatral es el amor, sin importar la familia y la condición física del que lo recibe y lo devuelve con la misma honestidad.

 

 

 

Ficha técnica:

Autor: Ivor Martinic.
Dirección: Bárbara Ruiz-Tagle Correa.
Compañía: Mía Producciones.
Elenco: Ana Reeves, Hugo Medina, Roxana Naranjo, Alejandro Trejo, María José Siebald, Daniel Antivilo, Diego Ruiz, Carolina Correa, Andrew Bargsted, Alejandra Oviedo e Iñigo Urrutia.
Producción ejecutiva: Mauricio Bustos.
Asistente dirección: Paulina Eguiluz.
Producción: Valeska Flores.
Traducción: Nikolina Zidek.
Adaptación: Emilia Noguera.
Diseño vestuario: Andrea Contreras.
Asistente vestuario: Javiera Labbé.
Diseño escenografía /iluminación: Daniela Vargas.
Realización escenográfica: Manuel Morgado, Joel Banda y Nicolás Muñoz.
Fotografía: Daniel Corvillón.
Diseño gráfico: Lucía Correa.
Comunicaciones: Tania Araya.
Duración: 75 minutos.
Edad: +14 años.
Temporada: 11 de octubre al 1 de diciembre.
Horario: jueves y viernes a las 21:00 horas, sábado 20:30 horas.
Valores: jueves $8.000, viernes $10.000, sábado $12.000 general.

Sala: Teatro Mori Bellavista

Dirección: Calle Constitución, comuna de Providencia, Santiago.

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Centro Mori.