[Novedad] Tomo III de «El secreto de los próceres»: La sensibilidad en los orígenes de la República

La tercera entrega de la saga firmada por el narrador y arquitecto nacional Erwin Roberto Ramdohr se centra en reflexionar, a través de la ficción literaria, en torno al estigmatizado período del siglo XIX chileno que transcurrió entre la caída de Bernardo O’Higgins y el advenimiento de Diego Portales Palazuelos, luego de la batalla de Lircay.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 14.12.2020

El arquitecto y escritor chileno Erwin Roberto Ramdohr (1952) se ha planteado un ambicioso proyecto creativo y literario: novelar las primeras décadas del siglo XIX nacional, en especial los años que derivaron en el proceso emancipatorio del país de la corona española, y la época en la cual se gestó la construcción de la nueva institucionalidad republicana.

A mediados del siglo pasado (década de 1940, 1950 y 1960) la novela histórica tuvo un auge en la escena literaria chilena, y nombres como los de Magdalena Petit, Jorge Inostroza, Manuel Gregorio Balbontín, Sady Zañaertu y Enrique Campos Menéndez seducían a las audiencias con textos que se dirimían entre el ensayo, la ficción desatada y la biografía histórica con amplias libertades argumentales.

En tiempos recientes tenemos a la novela La ley del gallinero (1999), de Jorge Guzmán, y la cual rivaliza en orientaciones interpretativas con este tercer tomo de Erwin Ramdohr, en torno a idéntico período de inspiración. Y antes al clásico Alberto Blest Gana y su Durante la reconquista.

Ramdohr rescata esa tradición provisto de una pluma ágil, amena, dispuesta a indagar en la historia no contada de esos primeros años de nuestra balbuceante República (1823 – 1830), y atestiguar las emociones, dudas, ilusiones y temores íntimos, cuando no sentimentales de esos bisabuelos de piedra —al decir de Joaquín Edwards Bello— de nuestra ciudadanía.

Andrés Bello, José Joaquín de Mora, Isidora Zegers, José Zapiola y el inolvidable Diego Portales, ese padre de la Patria que se niega a ser encasillado en ribetes encorsetados, y digno de la admiración de políticos y de literatos, en ese país que lo invocaba con religiosidad manipuladora, hasta bien entrada la década de 1980.

Porque Portales es el mito humano fundacional de la República, así como, guardando las proporciones, los franceses fundan su segunda grandeza nacional, la posterior a la monárquica, en la figura de Napoléon Bonaparte.

El escritor plantea en su saga, y especialmente en este tomo, que la disputa ideológica entre pipiolos (liberales) y pelucones (conservadores), era la cara de una lucha todavía más sutil y subterránea: la que se forjaba entre la Iglesia y los laicos clericales y las incipientes filas de la Francmasonería en tierras sudamericanas.

Situación esta última, quizás sobredimensionada en su real magnitud, pues casi cualquier opositor al régimen de gobierno monárquico, podría ser considerado en esa época un masón, más allá del significado esotérico y de creencias estéticas y filosóficas en un sentido de postura existencial.

Llevada a un plano más científico e historiográfico, sería en el género de la novela, la coyuntura que en el plano del ensayo y de las interpretaciones historiográficas, plantearía un liberal como Ricardo Donoso en su Las ideas políticas en Chile (1946).

Sin pretender ofrecer una reflexión teórica a la primera parte del siglo XIX chileno, Erwin Ramdohr plantea una mirada posible y humana a los vaivenes de ese decenio (1823 – 1830) fustigado con profusión por los historiadores conservadores (Alberto Edwards, Francisco Antonio Encina y Bernardino Bravo Lira), y rescatado en su dimensión reflexiva por un investigador de data reciente como Gabriel Cid en su Pensar la revolución. Historia intelectual de la independencia de chilena (2019).

Las principales cualidades de este tercer tomo resultan de lo ameno que se lee su estilo escritural y de una elaboración dramática de personajes vivos y presentes, más allá de cualquier salto temporal hacia épocas de usos perdidos y desconocidos, en la realidad fáctica, por parte del narrador.

En efecto, los caracteres que intervienen en El secreto de los próceres, se perciben honestos en el imaginario diegético y estético pretendido por su autor. Y aquel rasgo estilístico es un logro de representación simbólica y creativa, de este corpus en general.

Así, la apuesta literaria de Ramdohr sigue siendo un plausible aporte al en estos días olvidado género de la novela histórica en el país.

 

***

Tomo III de «El secreto de los próceres. La historia de Chile contada desde dentro», de Erwin Ramdohr (2020)

 

 

Imagen destacada: Erwin Roberto Ramdohr.