Novela «Nueva narrativa nueva», de Rodrigo Torres Quezada: La hoguera de las vanidades

El presente título se trata de una obra sarcástica, llena de ironía y de humor negro, donde el autor muestra la escena de los talleres literarios y de los escritores “emergentes” como “un circo” lleno de ego, de personajes ridículos y de hipocresía. El narrador, a modo de testigo, casi como un observador voyeur, describe escenas que van desde lo patético hasta lo emotivo, junto a interesantes reflexiones acerca del oficio del escritor y del acto de la escritura.

Por Julián Calvo Nimega

Publicado el 4.6.2018

Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018) es lo nuevo de Rodrigo Torres Quezada (1984), quien ya había llamado la atención con el interesante conjunto de cuentos Antecesor (Librosdementira, 2014). El curioso título de la novela puede entenderse como una referencia al típico “Gran Circo Gran”, lo que podemos complementar a primera vista con la portada, que hace referencia a payasos y a tipografías circenses. Al leer el libro comprendemos a qué viene toda esta referencia al mundo del circo. Se trata de una obra sarcástica, llena de ironía y de humor negro, donde Torres Quezada muestra la escena de los talleres literarios y de los escritores “emergentes” como “un circo” lleno de ego, de personajes ridículos y de hipocresía. El narrador, a modo de testigo, casi como un observador voyeur, va mostrándonos escenas que van desde lo patético hasta lo emotivo, junto a interesantes reflexiones acerca del oficio del escritor y del acto de la escritura.

El narrador –quien nunca es presentado por su nombre- asiste a un taller literario que muy pronto se va despoblando hasta terminar en cinco integrantes. Lo curioso es que a ninguno de ellos les gusta realmente la literatura. Sus motivaciones para asistir son diversas e incluso ridículas. Un personaje destacable es el de Guacolda Josefina, una chica del barrio alto que “se burla de los escritores a quienes encuentra hediondos, comunistas, fracasados y condenados al suicidio, a la locura o al olvido”. Solo el protagonista siente genuino interés por las letras y sueña con escribir una obra que hable del “vacío y el sinsentido de la existencia humana”. Es un personaje sensible, convencido del valor de escribir en un mundo violento que una y otra vez le hace ver que pierde el tiempo empecinándose en sus sueños literarios:

“La noche estaba fresca e invitaba a que uno mismo se abrazara. Reflexionaba en torno a lo que la gente espera de nosotros. ¿Cuánto de lo que hacemos es solo por aparentar? ¿Cuántos de nuestros supuestos sueños son la derivación de los deseos de otros? El mundo tiene un plan para uno aunque no queramos admitirlo. Y escribir no está en ese plan. Esa noche me sentí rebelde, revolucionario, hasta que un grupo de tipos rudos pasó a mi lado y de nuevo me hicieron sentir frágil, vulnerable y condenado al miedo”.

El profesor del taller es un caso aparte; literato frustrado, es objeto de burla por los “triunfadores” en un mundo que Torres Quezada se empeña en mostrar como frívolo y dominado por los amiguismos y las apariencias. Sin embargo, la verdadera protagonista de esta obra es la literatura; es ella quien guía el acontecer y el pensar de los personajes, situando esta novela dentro de lo metaliterario, pero sorteando exitosamente la tentación de caer en los lugares comunes.

Nueva narrativa nueva es un texto que conjuga lo paródico con lo reflexivo, llevándonos a reír y a reflexionar con la misma intensidad, incorporando lo absurdo, lo patético, y las preguntas metaliterarias en una obra que, al fin y al cabo, aborda el vacío y el sinsentido de la existencia humana desde el pequeño mundo de la literatura.

 

 

 

 

 

El autor, Rodrigo Torres Quezada (1984), junto a su «joyita», días atrás, en la Feria del Libro de la Plaza San Isidro

 

 

 

 

Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018). Disponible en: Qué leo Tobalaba, Ulises Lastarria, Librería del GAM, Librerías UC, Librería Proyección, Librería En el Blanco (Valparaíso).

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Santiago-Ander