«Paraíso», de Andrey Konchalovskiy: Buscando otras formas de narrar el horror

El filme de época tiene una singularidad estética y dramática: relata tres historias humanas de forma honesta y «real», lo cual le otorga un toque de originalidad. Se trata, así, de un crédito audiovisual que describe y exhibe algo ya sabido -la Segunda Guerra Mundial y sus tragedias- pero de un modo más maduro y profundo.

Por Rodrigo Torres Quezada

Publicado el 31.10.2018

La película Paraíso, del director ruso Andréi Konchalovski, narra lo sucedido bajo la ocupación nazi en París, durante la Segunda Guerra Mundial, específicamente el año 1944 justo cuando Francia sería liberada de los invasores alemanes. La cinta se centra en tres figuras: un agente policial francés que sirve sin chistar a los alemanes, una mujer de la nobleza rusa llamada Olga que es arrestada por proteger a unos niños judíos y Helmut, un soldado nazi aristócrata que está enamorado de Olga.

La tarea del director no fue fácil, por cuanto surge la cuestión de: ¿cómo contar una historia que ya ha sido narrada muchas veces? Hay realizadores que ante esta disyuntiva se centran en cuestiones de índole histórica, dándole preponderancia a los datos entregados por la historiografía para dotar a la película de mayor “trascendencia”, como pasa con La caída (Hirschbiegel, 2004). Otros apelan a detalles emocionales. Tal es el caso de La vida es bella (Benigni, 1997) o El niño con el pijama de rayas (Herman, 2008). En lo que respecta a Paraíso, se podría decir que mezcla estos dos elementos, con preponderancia de las historias íntimas, pero sin caer en el melodramatismo. De hecho, es una cinta muy cercana a lo planteado en la ya mencionada La caída: quienes ejercían la labor cruenta y horrorosa de la tortura, no eran personas enfermas o locas, sino que eran seres humanos normales que veían lo que hacían a diario, como algo necesario y totalmente dentro de la lógica patriota. Y eso, por lejos, es totalmente terrorífico.

En este aspecto, la película se ciñe a lo estudiado por Hannah Arendt concerniente a la banalidad del mal. O sea, convertir lo malvado y siniestro en algo totalmente aceptable si se desarrolla y enmarca dentro de cierto aparataje político y social amparado en una supraestructura estatal. La forma de ver a las demás personas como si fuesen cosas, no es algo propio de la Alemania nazi. Y es aquí donde es importante recalcar un punto: el director de esta obra de ficción audiovisual, ha dicho que con ella quiso desmarcarse de una mirada que banaliza o frivoliza el tema del holocausto. Y en esta declaración hay una invitación a no tomar lo sucedido en aquella época como algo lejano y que solo sirve para realizar películas de guerra o que sean muy lacrimógenas. No, la idea es pensar en esa época trayéndola hasta nuestros días y comprender que en cualquier momento esto puede retornar. Pensemos en Bolsonaro en Brasil, Kast en Chile o en el auge neonazi de Europa. Es un tema serio. Así, el personaje del agente policial francés (Philippe Duquesne) es alguien que podemos encontrar todos los días en el trabajo o en la calle. Es la típica persona que solo va a pensar en su familia y en nadie más, y así salvar su pellejo. Sin importar el daño que cause. Y Helmut (Christian Clauss), el soldado nazi aristócrata, también representa un sector que hoy en día, por razones patriotas y casi místicas, cree en ser superior al resto. La única esperanza que queda, es que aún existan personas como la rusa Olga (Yuliya Vysotskaya), que sean valientes incluso en momentos en que su vida peligra.

El gran problema de la película es su duración. Más de dos horas puede resultar tedioso. Y eso sucede porque los directores creen que si van a hablar de la Segunda Guerra Mundial, deben tener como mínimo ese tiempo de duración. Pero no es necesario.

En conclusión, el filme es muy interesante puesto que cuenta las tres historias de forma honesta, real e inserta una entrevista hecha a los tres personajes, lo que le da un toque de originalidad. Paraíso, entonces, es una película que cuenta algo ya sabido pero de un modo más maduro y profundo.

 

Un fotograma de «Paraíso» (2016)

 

 

 

 

Tráiler:

 

Rodrigo Torres Quezada (Santiago, 1984) es egresado del Instituto Nacional “General José Miguel Carrera” y licenciado en historia de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de cuentos Antecesor (2014) y Filosofía Disney (2018) bajo el sello Librosdementira. También ha dado a conocer distintos relatos de su autoría en La Maceta Ediciones (2017) y la novela titulada El sello del pudú (Aguja Literaria, 2016). Lanzó, asimismo, el volumen de ficción Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018), y obtuvo el primer lugar en el concurso V versión Cuéntate algo de Biblioteca Viva (2012). El año 2016, en tanto, se quedó con el primer lugar en el I Concurso Literario del Cementerio Metropolitano. Igualmente es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.