El jueves 5 de septiembre, en el Palacio Balcarce de la ciudad de Buenos Aires, la reconocida autora trasandina Ana Arzoumanian, ha presentado su libro «Juana la Loca» en una traducción al francés efectuada por Georges Festa, y publicada por la prestigiosa Paradiso Ediciones de Buenos Aires.
Por Cine y Literatura
Publicado el 9.9.2024
Por primera vez en la Argentina se ha realizado la presentación de un libro con cascos de realidad virtual.
El evento tuvo lugar en el Palacio Balcarce, una casa histórica en la avenida Quintana de Buenos Aires. Esa calle permitía el acceso a la ciudad de los Frailes Recoletos Descalzos, una orden de monjes españoles que pertenecían a los Franciscanos del rey de España.
Así, en un solar sobre la calle empedrada, una vía que unía la ciudad incipiente de Buenos Aires con el Convento de los Recoletos, Balcarce, cuyo padre había sido el ahijado del mismísimo San Martín, edificó su casa.
En ese edificio, lleno de carga histórica, se presentó el libro de Juana la Loca, poema extenso sobre Juana I, Reina de Castilla y Aragón. El poema recorre la política expansionista de los reyes Católicos: el descubrimiento de América, la primera vuelta al mundo, el decreto de expulsión de los judíos en 1492 y de los moros en 1501.
Si la cosa juzgada registra una resolución sentenciadora, la cuestión Juana consiste en una sucesión de momentos donde historia y mundo se entretejen sustentando una palabra nueva frente al poder del Imperio.
Durante la primera globalización
Juana la Loca es un poema de amor que trata el cuerpo del amado como una materia al margen del cuerpo legal. El libro se desenvuelve alrededor del sintagma: Es justicia. En un lenguaje que salta del castellano antiguo (la lengua de Las Leyes de Indias) al castellano moderno-americano, de modo de hacer notar el efecto extendido, transoceánico.
Esa confusión de registros evidencia de algún modo la zozobra de la geografía. La incertidumbre de un mundo que se imponía frente a las masacres en América en un momento de quiebre de la línea sucesoria al trono. La supuesta debilidad mental de Juana abría el campo para encerrarla y poner al frente del gobierno primero a su padre, luego a su hijo.
Hija de los Reyes Católicos, el tiempo de Juana estuvo signado por lo que puede llamarse como el de la primera globalización. En ese tiempo se instauró una moneda de curso legal para todo un continente, una banca, una lengua y una religión que, tras la evangelización, pretendía dominar toda la región. La penetración de la cultura española determinó una modificación en el modo vital de aquello que llevó el nombre de «Nuevo Mundo».
Para poder adentrarse a la noción de cambio radical de un mundo, la autora no basó su presentación solo en explicaciones y argumentaciones sino que propuso una verdadera inmersión al público asistente. Para ello trabajó con la productora audiovisual Toxi Media, de modo de transportar al lector, usuario y prosumidor, al ambiente medieval a través de cascos de realidad virtual.
El desarrollador de videojuegos y productor audiovisual argentino, Juan Manuel Cafferata, quien preparase la documentación audiovisual, entre otros, de recitales como de Kool and the Gang en Buenos Aires, trabajó junto con Fermín Delía, músico y productor de sonido, para expandir la sensibilidad alrededor de la historia de Juana I de Castilla.
Una puesta en escena abismal
La noción de Nuevo Mundo en relación al llamado descubrimiento de América se pudo trasladar a la experiencia de los óculos, ya que, según la autora, la realidad virtual no sustituye al libro tradicional, sustituye al mundo tradicional.
Siguiendo al filósofo Dewey, Arzoumanian puso en crítica aquella noción de la filosofía occidental que considera al sujeto como espectador del universo arribando a una verdad luego de la contemplación, y llevó a experimentar el concepto de agenciamientos: el sujeto como agente de la realidad.
Una vez colocados los cascos, las personas podían acceder al castillo de Tordesillas, recorrerlo, observar un monumento a Juana, unos cuadros que describían su vida y, sobre una pira, una película con fragmentos de su historia. Todo este recorrido iniciado con unos versos del texto de Ana Arzoumanian.
De modo que se trató de una puesta en abismo: un castillo dentro de un palacio, una lengua dentro de otra lengua, una presentación de los alcances de la inteligencia artificial dentro de una presentación de un libro.
Arzoumanian subrayó las diferencias entre realidad y actualidad, enfatizando el concepto de realidad de la virtualidad. Luego de un pasaje sobre razonamientos filosóficos que abrevaban en Gilles Deleuze y sus trabajos sobre ontología realista, cerró el acto la lectura en francés de la poeta franco argentina Vivian Lofiego.
El carácter innovador de modos sofisticados de acceder a los estímulos sensibles fue el signo, el trazo que, suponemos, marcará una época.
Presentada en el Palacio Balcarce de la ciudad de Buenos Aires —el último jueves 5 de septiembre— Jeanne la Folle fue traducida al francés por el Chevalier de l’ Ordre National du Mérite y Officier de l’ Ordre des Palmes Académiques de Francia, Georges Festa, y publicada en formato de libro impreso por la prestigiosa Paradiso Ediciones.
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Imagen destacada: Ana Arzoumanian.