«Unidos en la gloria y en la muerte»: Chile se alzó en contra de la dictadura neoliberal de Evópoli

La crónica que registra los factores políticos y sociales que gatillaron la democrática rebelión de la ciudadanía nacional -que ya se extiende por casi dos semanas- vista por un poeta habitante de la Araucanía profunda: el hastío de la mayoría del país frente a la ideología elitista que profesa la agrupación dirigida por Hernán Larraín Matte y Felipe Kast Sommerhoff.

Por Ramiro Villarroel Cifuentes

Publicado el 30.10.2019

Escribir sobre los acontecimientos ocurridos en mi país desde la región de Araucanía es un reto no menor y que he tomado porque hay cuestiones que quisiera compartir con los lectores, por ser ésta una región que vive bajo el estigma de ser una víctima de la violencia, la desigualdad y conocida por ser una zona de conflicto, el “conflicto mapuche”, conflicto que se ha extendido súbitamente al resto del territorio nacional con detalles tremendamente interesantes desde nuestra óptica.

Primero que cualquier cosa debo remitirme a algunos indicadores: nuestra región es conocida por tener la mayor pobreza en el país, duplicando el promedio nacional durante once años consecutivos según la encuesta Casen de 2017, especialmente en ingresos y pobreza multidimensional, lo que viene acompañado de otros factores como la baja calidad de la vivienda y el entorno, de la educación, del trabajo, la seguridad social, la salud, las redes y la cohesión social, entre otros; sin embargo es en el exclusivo balneario de Pucón en el cual la clase media y media alta chilena pasa sus quince días de vacaciones de verano, donde aprovecha de lucir sus últimas adquisiciones en cuanto a vehículos de lujo, peinados, bisutería y acceso a restaurantes y hotelería de cinco estrellas, mientras sumerge sus patitas en las aguas del lago Villarrica, lago verdoso y pestilente por lo demás, producto de la explosión inmobiliaria y la incapacidad por parte de las autoridades administrativas de prever los efectos del garbo concentrado y multitudinario, que en invierno se transforma y disemina en grupos de ayahuasqueros que toman medicina porque obviamente deben estar enfermos de santiaguinidad y que nuestros paisajes alivian.

También podemos mencionar que desde el año 2015 funciona el Aeropuerto Internacional La Araucanía, al cual llega aproximadamente un millón de pasajeros pertenecientes sólo al territorio nacional, los que arriban preferentemente por motivos de negocios y de turismo. A esto habrá que agregar que tanto el Presidente Piñera, así como su antecesora, la ex Presidenta Michelle Bachelet, poseen sus casas de veraneo en el exclusivo lago Caburga, siendo excelentes vecinos según varias fuentes de fácil detección y así una buena lista e imagen de cómo se administra la inequidad, que fastidiaría a mi hermano lector o sister lectora, de comentarlos todos.

Por otro lado tenemos al pueblo mapuche y al pueblo mestizo en Araucanía, que han (hemos) sufrido la marginación y desprecio por parte de los terratenientes desde la “pacificación”; pasando por la reforma agraria con violentas y oprobiosas consecuencias; sobrellevando también en carne propia los excesos y crímenes de la dictadura; para después ser víctimas de la transición a la democracia que nos dio la espalda a todos los que creímos en las y los políticos de la Concertación de Partidos por la Democracia para vencer a la dictadura, los que se llevaron para la casa el Estado y con él sus oportunidades, posibilidades y recursos.

Para qué decir de este último gobierno en que como Araucanía tenemos a un par de militantes de Evópoli: el senador de la República don Felipe Kast y el diputado de la República don Andrés Molina que, como fieles representantes de la dictadura neoliberal que profesan, protegen y pretenden perpetuar este sistema que en nuestra región se observa en alto contraste debido al más alto índice de desigualdad que se expresa acá con toda su violencia. Debemos considerar que fue el senador Kast el que afirmó que: “los enfrentamientos fueron bastante duros” entre el Gope y Camilo Catrillanca, hechos completamente falsos y que Kast afirmó con su acostumbrada liviandad ante cámaras de distintos medios de comunicación nacionales e internacionales.

Ahora vemos que es Chile entero que se ve radicalizado con grandes, inmensas, y gigantescas marchas pacíficas y mis preguntas son: ¿Por qué las y los mapuche, en una especie de tregua, no han incendiado ningún camión ni maquinaria forestal u otra? ¿Por qué ese modus operandi se trasladó a Santiago, incendiándose gran parte de la infraestructura urbana metropolitana? ¿Por qué ahora hay tantas, o más, banderas mapuche junto a las chilenas que claman por justicia y dignidad? ¿Será que Chile se mapuchizó o que el mapuche, sus dolores y penas, son también los de Chile?

Creo que existe una frase que deberemos hacer propia y que se encuentra a metros del frontis del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile en la base de la escultura de Rebeca Matte: “UNIDOS EN LA GLORIA Y EN LA MUERTE”, porque al fin los chilenos de Chile, saben lo que nos pasa a los chilenos y mapuche de la Araucanía.

 

También puedes leer:

Chile: De la pesadilla a la esperanza, o una «nueva patria».

Escritor Marcelo Leonart: «Oh, cómo te desprecio Eugenio Tironi por las metáforas baratas con las que ‘analizabas’ al gobierno y el enriquecimiento de tus amigos».

 

Ramiro Villarroel Cifuentes (Temuco, 1974). Escritor, poeta, ensayista y crítico literario, también se desempeña en la producción ejecutiva de actividades culturales en distintos formatos y géneros principalmente en Temuco y la Araucanía. Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

Fotomontaje de Ramiro Villarroel Cifuentes

 

 

«Unidos en la gloria y en la muerte»

 

 

Ramiro Villarroel Cifuentes

 

 

Crédito de la imagen destacada: CNN.