Álvaro Agurto Pincheira: “Ordenar el clóset, pareció un buen comienzo, el ensayo general…”

El destacado poeta chileno de la generación literaria del Bicentenario entrevista al debutante creador penquista, en un diálogo donde el autor nacional aborda las interrogantes simbólicas y de vida, que lo llevaron por fin a publicar su inaugural y esperado volumen «Polaroids» (Plazadeletras, Santiago, 2019).

Por Ernesto González Barnert

Publicado el 10.9.2019

Acá converso con un amigo, un poeta, pronto a debutar con su primer libro Polaroids (Plazadeletras, 2019), después de años de trabajo, lecturas, perfeccionamiento y pulimiento de su máquina escritural, de su voz extraña. Un poemario de considerable extensión y cercano a una estética minimalista, breve, comprimida, pequeñas puntas de un iceberg que siempre revela más. Hablamos a orillas de una cancha de tenis sobre este libro, su mirada poética, el revés del panorama nacional –ese tema–, que solo es tema en Chile.

 

-Después de muchos años de lecturas, talleres, oficio, ser un poeta reconocido de la plaza, te animas a publicar. ¿Qué fue lo que decantó que dijiste ya es hora de realizar tu publicación, algo de lo hecho hasta hoy, dado el apuro con que muchos hoy se lanzan o cometen su primer pecado de juventud, como diría Nicanor Parra?

-La cristalización de un proceso natural, madurativo, de un grupo de poemas que fueron emergiendo de un recorrido vital. Faltaba quizás, en consonancia con el título del poemario, dejar sólo lo que cupiera en la foto (en un inicio era más extenso) y encontrar(se) con un proyecto editorial (Plazadeletras) que sintonizara con este trabajo.

 

Llamaste a tu libro Polaroids. ¿Cuál es la relación de tu poesía con ese tipo de fotografía?

-La relación tiene que ver con hacerse cargo de lo que uno puede hacerse cargo. La polaroid “asume” que puede tomar-captar el presente más inmediato, a corta distancia y con colores marcados: unos amigos que se abrazan a pocos metros de la cámara, por ejemplo. De un modo intuitivo, entonces, fui volcando en papel aquellas impresiones, sensaciones o insights, que necesitaron o quisieron tomar forma de poema. No forzando un proyecto o idea.

 

-¿Con qué ideas motrices trabajaste este Polaroids?

-La idea motriz-matriz del libro es la intuición, y como el tiempo o la espera paciente ayudan a madurarla. También está presente una suerte de goce en las sincronías cotidianas; el café como un conductor eléctrico de sueños, ansiedades; el caminar por los lugares que uno ama (el centro de Concepción, uno de ellos en mi caso) como actividad terapéutica y motor de proyectos.

 

-¿Cómo ves la escena literaria chilena?

-Hay algunas ideas que se me vienen al pensar en este punto. Una es lo saludable de la abundancia de proyectos editoriales, escrituras, géneros. Hay un dinamismo interesante, muy útil y estimulante para el medio editorial, pero que, al mismo tiempo, me da la impresión, puede resultar abrumador para un lector con pretensiones más abarcadoras: ¿cómo cubrir todo lo que se publica? Lo a su vez, me releva lo que deslizaste en la primera pregunta: la ansiedad por publicar: ¿es necesario que todos, o muchos, le digamos al mundo lo que sentimos, vemos, creemos a los 23? Creo que puede haber una trampa ahí: matar, por apuro, la vida propia de un texto.

Otra cosa que me llama la atención, es el definirse por oposición: quienes no han publicado, moteando de “institucionales” a los que sí; lo que ya lo han hecho, restándole pedigree a los que no.

 

-Me gustaría nos contases cómo es tu proceso escritural.

-Básicamente como la observación y escucha atenta de mis intuiciones. Me identifico mucho, en ese sentido, con lo que dice Denise Levertov en su ensayo sobre la forma orgánica. De esa observación o seguirle el hilo a las propias sensaciones, resultará que algunas desemboquen en poema; otras no. Mediado como uno está por las obligaciones laborales, familiares, cotidianas, privilegio a la hora de leer aquellas poéticas que constituyan un lugar de descanso: la devoción de Thomas Harris por Concepción, esa cosa carveriana de Pedazos de agua, de Roberto Contreras, por ejemplo. En la vereda contraria, veo el poema y su escritura, como el lugar donde va a descansar la intuición.

 

-¿En tu ADN como escritor y músico, qué obras te marcan?

-El Vitalogy, de Pearl Jam, las letras completas de Bob Dylan; la poesía de Carver; Todo el mundo adora nuestra ciudad: una historia oral del grunge, de Mark Arm; Una vida crítica, la recopilación de reseñas cinéfilas de Héctor Soto; Se arrienda y Música campesina, de Alberto Fuguet; La generación del cordero: Antología de la poesía actual en las islas británicas, de los mexicanos Carlos López Beltrán y Pedro Serrano; y la poesía de Leonard Cohen.

 

Selección de poesía de Polaroids:

 

Eres esa pequeña

ciudad medieval

que por temor

se fortifica

en una cumbre.

 

*

Te dejé engordar

como a un pensamiento

y terminaste

ocupando

hasta mi pupitre

con tus materiales.

 

*

Dormir o no

bajo las tapas

lo mismo que titular

o no

mis poemas.

 

*

Como este lavamanos

lentamente dejo ir

mi agua empozada.

 

*

Como estética

de sábado por la tarde,

a mediados de los noventa,

detenía la gracilidad

en pos de cuadernos

y cuadernos

años más tarde,

al salir de tu oficina,

permitías a la escena

seguir su reproducción.

 

*

Damos vuelta

la hoja

de los años

como esculturas

prestas

a lanzar

un disco.

El niño tiene calor

juega afanosamente

en la calle

con sus amigos

 

tiene calor

sin embargo, su mamá

insiste

en que se abrigue

tiene calor

pero aprende

que lo correcto

es abrigarse.

 

*

Ordenar el clóset

pareció un buen comienzo

el ensayo general

para ordenar el espacio

porque las cosas a veces son eso

puntos en una hoja blanca

con los que vamos formando

nuestra geometría.

Sorbos de agua

cada tanto

me recuerdan

que solo somos

mamíferos

cuando no huimos

de un depredador

bebemos tranquilamente

en una fuente.

 

*

Estirar el músculo

de una emoción,

la moneda de cambio

para un poema.

 

*

La intuición

es el río

como el poema

la desembocadura.

Una taza

servida a ¾

es su metáfora

de estar

en el presente.

 

Ernesto González Barnert (nació el 30 de agosto de 1978, en Temuco, Chile). Ha obtenido por su obra poética el Premio Pablo Neruda de Poesía Joven 2018, el Premio Consejo Nacional del Libro a Mejor Obra Inédita 2014, el Premio Nacional Eduardo Anguita 2009, entre otros, además de varias menciones y becas.

Entre sus últimos libros está Equipaje ligero (HD, Argentina, 2017), la reedición de Trabajos de luz sobre el agua (HD, Argentina, 2017), Éramos estrellas, éramos música, éramos tiempo (Mago, Chile, 2018), la reedición de Playlist en EE.UU. (Floricanto Press, 2019) y en Chile (Plazadeletras, bilingüe, 2019), además de la antología Ningún hombre es una isla (BuenosAiresPoetry, Argentina, 2019). Es cineasta y productor cultural del Espacio Estravagario de la Fundación Pablo Neruda. Actualmente reside en Santiago.

 

«Polaroids», de Álvaro Agurto Pincheira (Plazadeletras, 2019)

 

 

Ernesto González Barnert

 

 

Imagen destacada: El poeta chileno Álvaro Agurto Pincheira (Concepción, 1978).