Reeditada durante esta temporada (2019) por la editorial argentina Eterna Cadencia, la novela de la autora estadounidense -ambientada en la capital francesa- es una novela para entretenerse pero además para reflexionar sobre el paso del tiempo, el aborto, los trabajos de juventud, la (no) huida como una forma de vida y la construcción de una pareja con el paso de los años.
Por Joaquín Escobar
Publicado el 10.9.2019
Berie Carr, la protagonista de esta novela, viaja con su marido a París. Lo que parece un viaje para volver a reencontrarse con el amor y la vida, termina siendo una verdadera pesadilla. Lejos de ser la huida que tanto soñaron, el escape profundiza las grietas de una herida que crece sin pausas ni prisas. El matrimonio está desecho, destruido, aniquilado por el paso del tiempo.
Es interesante como el texto destruye, sin ser explícito, la idea comercial en torno al amor que genera una ciudad como París. La capital erigida en Casablanca o en la novelas de Patrick Modiano, se ve desestabilizada, perdiendo toda la condición mediática que el marketing le inyectó. En este gesto, que podría ser nimio, hay una postura crítica -incluso sociológica-, que pretende mirar el reverso de los irritantes lugares comunes.
Berie Carr está cerca de los cuarenta años. En el ombligo de la vida, quizás en la mitad de su existencia. En ese paso difuso entre la juventud y el comienzo de la vejez. De manera, quizás, involuntaria, Berie hace repaso y se remonta a su adolescencia, a los quince años, al verano del 72, a un pueblo perdido de la frontera con Canadá. En muchos pasajes de este retorno, está presente lo lárico. Hay nostalgia por un tiempo perdido, sin embargo, también cuenta con el humor característico de la interesante obra de Lorrie Moore (Estados Unidos, 1957). Acá los lloriqueos están suspendidos, o mejor dicho, están matizados, pues la melancolía se bate con potentes dosis de sátira que logran entregar un equilibrio perfecto.
Lo que podría parecer un folletín amoroso propio de los bettsellers, es justamente lo contrario. Acá se concentra el (re) apropiamiento de un género anclado en las garras de lo mediático. Lorrie Moore con una prosa mordaz que no pretende ser pomposa, trabaja los espacialidades en torno a lo que fuimos y terminamos siendo. El paso de ser las jóvenes rebeldes que bailaban y rompían con los convencionalismos de su tiempo social, y que viajaban hasta las fronteras ayudadas por delirantes personajes, hasta las protagonistas de una vida supuestamente apacible cargada de ferocidad.
Una novela para entretenerse pero además para reflexionar sobre el paso del tiempo, el aborto, los trabajos de juventud, la (no) huida como una forma de vida, la construcción de una pareja con el paso de los años y la relación de las ranas con la humanidad. Altamente recomendable, ¿Quién se hará cargo del hospital de las ranas? (1994) es otro (re) posicionamiento literario que debemos agradecer. Una vez más dice presente la implacable editorial Eterna Cadencia.
Joaquín Escobar (1986) es escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017).
Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: La escritora estadounidense Lorrie Moore (1957).