«Azares del cuerpo», de María Ospina Pizano: La vida está en otra parte

La calidad de los cuentos de la autora colombiana hacen de este un libro necesario, y el cual vuelve a posicionar la función de la humanidad física como un paño sintomático de los múltiples ecos de una sociedad -la latinoamericana- que todavía funciona con barrotes.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 28.11.2019

La editorial Edicola viene hace años realizando un extraordinario trabajo en el mundo de las editoriales independientes. He tenido la suerte de leer muchos de sus libros desde Vermouth de Esteban Salinero hasta Nieve, perro, pie de Claudio Morandini. En todas sus publicaciones no solo hay una selección cuidada y rigurosa de edición, también hay un componente estético que resulta atractivo: los libros de Edicola son preciosos. 

Gabriel Giorgi sostiene que es en los cuerpos de los sujetos en donde vemos las formas de violencia. Las marcas que la represión y la vida han dejado, como huellas indelebles, son una manifestación de los síntomas político-sociales. Esta hipótesis se ve reflejada en cada uno de los interesantes cuentos de María Ospina Pizano (Bogotá, 1977). Al igual que en la novela Mapocho de Nona Fernández, son los pedazos del cuerpo los que relatan, reviven y flotan para forjar y formar un relato que pareciera íntimo pero que finalmente es la historia de un país. 

En estos seis cuentos protagonizados por mujeres, ronda la idea del cuerpo como un lugar fantasmal que nunca descansa y que siempre retorna. Un espacio que tiene la función de narrar desde un lugar de enunciación tan oculto como interior. 

En el primer cuento vemos a una ex guerrillera que ahora trabaja de cajera en un supermercado. Lo que fue su épica revolucionaria es representada en forma de nostalgia no expresada, pues el precarizado presente en el que vive la protagonista se contrasta con la selva de la cual un día decidió huir. Incómoda y perdida en un presente que no le es favorable, nos habla de su obsesión por los pájaros y de un amor por otro guerrillero, el cual por las reglas del campamento no pudo prosperar. Una editora pretende publicar un libro sobre la experiencia vivida, lo que podría ser un documento vivencial, interesante, se termina trasformando en un producto publicitario creado a la medida de una multinacional. En el segundo relato, una empleada doméstica cuida a una niña preguntona que tiene una relación especial con la naturaleza. Mientras se pregunta por Marcela, su hermana que se enrieló en la guerrilla, tiene una relación tan silenciosa como invisible con un empaque del supermercado. En otro de los cuentos, una voyeur se obsesiona con un convento de monjas. Lo que parecieran sólo miradas buscando otros mundos, termina siendo un cruce de cartas en las que se prestan sus soledades. 

En todos los relatos vemos a mujeres que están moviéndose, hay un proceso de constante huida. Siguiendo la máxima de Kundera piensan que la vida está en otra parte, por lo mismo, asistimos a procesos en donde el desplazamiento pretende ser una forma de resistencia ante los convencionalismos dominantes. 

Azares del cuerpo es un libro interesante y necesario que vuelve a posicionar la función de los cuerpos como un paño sintomático de los múltiples ecos de una sociedad que funciona con barrotes. 

 

Joaquín Escobar Cataldo (1986) es escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor de los libros de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017) y Cotillón en el capitalismo tardío (Narrativa Punto Aparte, 2019).

Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

Los cuentos de «Azares del cuerpo» (Edicola Ediciones, 2019)

 

 

Joaquín Escobar

 

 

Imagen destacada: La escritora colombiana María Ospina Pizano.