Biografía «James Joyce», de Richard Ellmann: Un retrato del genio irlandés

La investigación que se reseña viene a hacer justicia con el inmortal narrador europeo: pues ninguno de los numerosos textos que hablaban sobre él y su literatura, tuvieron un equivalente al tamaño de su obra. Todos los libros de índole académica o narrativa dedicados a aquél, siempre quedaban al debe, y no tenían la espalda necesaria para situarse como un plausible complemento. Esa deuda pendiente se acabó, gracia a esta monumental monografía.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 7.1.2019

La literatura de James Joyce (Dublín, 2 de febrero de 1882 – Zúrich, 13 de enero de 1941) es más comentada que leída. En los cerrados círculos literarios occidentales, se suele hablar del Ulises o del Finnegans Wake, sin embargo, en la mayoría de las casos, las referencias no están mediadas por la lectura de estos libros, más bien, hay una apropiación indebida (y anecdótica) de ciertos pasajes que alguien comentó y escucharon de oídas.

¿Cómo hablar de los libros que no se leen pero se citan? ¿Cómo abordar un clásico que es todo un fenómeno en la literatura, pero que a su vez funciona como un inductor del sueño? Hay múltiples respuestas para estas interrogantes, algunas más acertadas, otras más descabelladas, no obstante, en nuestro afán por no distanciarnos de ninguna discusión, proponemos que -quizás- la mejor forma de entrar al Mundo-Joyce sea por su biografía. Sus monumentales obras, que desde su arquitectura ya infunden pavor, pueden ser abordadas desde su trastienda, entendiendo el contexto del autor -y su producción- antes de enfrentarnos al hueso mismo de la ficción.

Para escribir James Joyce (de 1959, y ganadora del National Book Award de ese año), el biógrafo Richard Ellmann se dedicó a viajar por todos los lugares donde el irlandés dejó huellas. Copenhague, Zúrich, Dublín, París y Trieste, fueron los parajes, poblados de anécdotas y de personajes, que le sirvieron para retratar no solo la vida de Joyce, sino también toda la escena cultural y artística de la época, por lo mismo, el texto funciona como un documento histórico que permite (re) crear los cafés y bares de la Europa literata. Asímismo, el libro plasma las relaciones de Joyce con Hemingway, Proust, Fitzgerald y otros escritores del periodo, mostrando las influencias de ellos en su obra y en su vida, es decir, podemos apreciar un interesante proceso de intertextualidad que adorna con datos y referencia un libro que pese a su extensión (casi mil páginas) nunca logra desbordarse.

Joyce a los nueve años, hizo su primer poema. También a temprana edad, y luego de múltiples infecciones, perdió la visión de su ojo izquierdo, de hecho, era tal el pavor a perder la visión total, que a su hija la llamó Lucía, patrona de la vista. Tuvo una vida marcada por las enfermedades, que incluso lo llevaron a una quiebra económica de la que solo pudo salir por el aporte monetario que le hizo un anónimo que se declaró fanático de su obra.

Una traducción interesante y necesaria, que viene a hacer justicia con James Joyce. Ninguno de los numerosos textos que hablaban sobre él y su literatura, tuvieron un equivalente al tamaño de su obra. Todos los libros-académicos y narrativos- siempre quedaban al debe, no tenían la espalda necesaria para situarse como complemento. Esto se acabó, el texto de Ellmann le puso punto final a esta deuda pendiente, y con un trabajo completo y basto tenemos una biografía monumental.

 

Joaquín Escobar (1986). Escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017). Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

La exhaustiva biografía publicada recién en 1991 en España

 

 

El crítico y escritor chileno, Joaquín Escobar Catalán

 

 

 

Imagen destacada: James Joyce en Zürich, Suiza, en 1938, por Carola Giedion.