«Chicago Girls»: Las mujeres del neoliberalismo

Este montaje dramático -que se exhibió hasta el último fin de semana en la sala del Teatro del Puente de Santiago- trata sobre las esposas de los hombres que instauraron el proyecto socioeconómico neoliberal durante la dictadura de Augusto Pinochet, en la década de 1970 en el país.

Por Jessenia Chamorro Salas

Publicado el 2.9.2019

La compañía de teatro “La Descriteriá” vuelve a escena tras su exitoso primer montaje Libér, historias en color rosa pastel, con una pieza que aborda desde una óptica crítica y feminista, la importancia que los llamados “Chicago Boys” tuvieron en Chile durante la Dictadura, a través de la aplicación del proyecto neoliberal asociado a la escuela de Milton Friedman y Friedrich von Hayek, el cual cambió las lógicas socioeconómicas del país, y que nos rigen hasta el día de hoy.

Chicago Girls trata sobre las esposas de estos hombres, las que están reunidas en un lujoso hotel mientras sus maridos se hayan en conferencias varias. Mediante esta obra la Compañía pretende develar cómo estas mujeres, siempre un paso atrás de sus exitosos cónyuges, y anónimas públicamente aunque distinguidas entre los círculos de señoras; conforman una élite que reproduce las lógicas del funcionamiento del proyecto neoliberal. En palabras de La Descriteriá, el montaje:

“Busca evidenciar la importancia de un hito que cambió el destino de Chile, pero esta vez, desde la mirada particular de las que no lo protagonizaron. Ellas en escena y, desde sus discursos horrorosos –pero no tan alejados de la realidad– muestran cómo llega el neoliberalismo a Chile y permiten abrir el cuestionamiento respecto a qué tan libres nos ha hecho… Detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, señala la compañía.

Las mujeres que componen la pieza no son protagonistas de la hazaña que realizan sus maridos, sin embargo, están tras ellos, incitándolos, movilizándolos, y brindándoles el “hogar perfecto” que ellos requieren para alcanzar sin dificultades el éxito. Les entregan hijos, desahogo sexual, silencio cómplice, y todo aquello que es útil al proyecto que la élite desea instaurar.

Mientras, los hombres abordan las políticas económicas, sus esposas en escena beben, compran ropa, se atemorizan por los hippies que ven en las calles marchando por la paz, y las invade un miedo feroz ante la invasión de un “otro” que no solo les haga perder la supuesta “libertad” que han ganado, sino sobre todo, la posición hegemónica en la que se encuentran ellas y sus maridos. La otredad es su talón de Aquiles, y aquello se refleja no solo en el terror que les produce el comunismo, sino también en sus relaciones interpersonales, pues la supuesta camaradería que mantienen entre ellas no es tal.

Critican duramente al personaje de la mujer que está soltera y no tiene hijos, critican también –al punto de verla como una intrusa– a la esposa que tiene un pasado pobre; se burlan de la esposa que está embaraza nuevamente y las desventuras de la maternidad; y se burlan de los maridos de las amigas, revelando sus defectos y vicios. Son incapaces de ver/se a sí mismas, su mirada está atravesada por la de sus maridos, no logran ver su coartada realidad, ni cómo su libertad ha sido puesta en jaque por una sociedad que publicita una libertad falaz.

Tampoco son capaces de ver su decadencia y el sin sentido en que están sumidas sus vidas. Solo la hermana soltera tiene conciencia de la situación de las mujeres, solo ella entiende las consecuencias que la instauración del neoliberalismo tendrá, solo para ella este experimento no es digno de celebración, sino de duda. Pero las mujeres no lo logran ver aún, están cegadas por su opulencia, zona de confort e ilusión de libertad.

Estos personajes femeninos son protagonistas de la pieza en cuestión, aunque no necesariamente de sus propias existencias, las cuales están atravesadas por dependencias económicas, sociales, y afectivas que las llevan a creer en el juego de las apariencias de las que forman parte y reproducen, inconscientes de que tales juegos –marcados por el arribismo, la hegemonía de su clase y las lógicas sexogenéricas normativas – coartan su propia libertad.

El proyecto neoliberal impuesto en Dictadura de la mano de los “Chicago Boys”, es considerado hoy en día como uno de los hitos que cambió a Chile, convirtiéndolo en el epicentro de la experimentación socioeconómica, al privatizar todas aquellas instituciones que antes eran estatales, pero sobre todo, al ejecutar la idea de que el desarrollo del país depende de factores meramente económicos; los cuales, a su vez, están vinculados a las inversiones de capital y las lógicas de consumo.

Esta situación no es ajena a la problemática feminista, ya que permite evidenciar cómo la aplicación del neoliberalismo, promovió la ilusión de “libertad” entre los individuos. Una libertad económica a cambio de la pérdida de la libertad personal. Las mujeres ingresan con fuerza al mundo del trabajo, tienen un sueldo, pero deben cumplir las mismas labores domésticas que si estuvieran en casa; si pueden, tienen una nana que les colabora, una mujer de clase baja cuyo trabajo es servir a las de clase alta para que puedan desarrollarse profesionalmente, con sueldos más bajos que los de sus pares masculinos.

Justamente, el personaje de la “nana” en esta pieza cobra vital relevancia, pues se trata de un personaje absolutamente subyugado por las esposas, quienes no solo usufructúan de ella debido al servicio que presta como empleada doméstica, sino que abusan de ella, tanto en el trato, como en el menosprecio, e incluso, una de las esposas lo hace sexualmente, situación que no tiene importancia para las demás esposas. Este personaje es quizá uno de los más interesantes, pues protagoniza una intriga que solo logra revelarse en el desenlace, la cual mantiene la tensión dramática en el último tercio de la obra.

Desde una perspectiva situada críticamente frente al contexto representado, con una óptica feminista y un texto dramático en donde el lenguaje grotesco y el humor negro son la piedra angular, la compañía monta una pieza cuya realización escénica apuesta por lo hiperbólico en la actuación de sus personajes, los clichés, los estereotipos, elementos postdramáticos, la parodia de un teatro documental –con la inserción de escenas en donde una presentadora expone imágenes sobre el neoliberalismo– y todos aquellos recursos que sirvan para la construcción de esta aguda comedia sobre el neoliberalismo y la posición de la mujer.

 

Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile. Igualmente es redactora estable del Diario Cine y Literatura.

 

El montaje «Chicago Girls»

 

Ficha artística
Dramaturgia: La Descriteriá.
Dirección: Fernanda Carvajal y Pascale Larrosa.
Producción: Karen Muñoz y Javiera Cornejo.
Elenco: Milenka Abrego, Javiera Cornejo, Pascale Larrosa, Nicole Quezada, Francesa Santoro, Valeria Uribe y Elizabeth Valdebenito.
Diseño integral: Andrea Bustos.
Fotografía: Javiera Polvorín.

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Teatro del Puente.